¡Pues claro que aceptaba! ¿Cómo no iba a aceptar? Me sentí superior y muy feliz. Mi alegría aumentaba a cada momento y luego de escuchar la última frase del cura, aún más.
—Puede besar a la novia.
Agarré su rostro, divisé su boca, que casi no se podía ver por el resplandor que ella emanaba y la besé.
Fue una sensación deleitante, la cual no quería que terminara.
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Casada con la oscuridad
Historia CortaUna novela en pequeños párrafos donde la oscuridad y la luz contarán su versión de la historia, ¿pero por qué te lo estoy contando yo? Ellos mismos pueden contártelo. Narra Luz. ―La oscuridad, la oscuridad que me persigue, me he casado con la oscuri...