Antes de volver a la playa, ordené a mis guardias retirarse, no necesitábamos atacar más, esas luces estaban teniendo un cambio de gobierno por la increíble confesión que hice sobre su reina. Eran demasiado patéticas para humillarlas más de lo que estaban, la guerra fue suspendida indefinidamente, nadie sabía cuándo volvería a continuar y esas luces teniendo un golpe de estado no creo que hagan mucho.
Al fin llegamos a la playa, apoyé a Luciérnaga en el suelo arenoso, la miré y le pregunté.
—¿Te duele? —Me di vuelta—. Iré a buscar a alguien para que te revisé. —Señale a mis hombres que estaban cerca de allí.
—Estoy bien —dijo en un tono bajo.
—¿Segura? —insistí acercándome de nuevo a ella.
—Sí —contestó cortante.
Supuse que no podía hacer nada, así que yo, solo debería preguntar.
—¿Qué harás ahora?
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Casada con la oscuridad
Short StoryUna novela en pequeños párrafos donde la oscuridad y la luz contarán su versión de la historia, ¿pero por qué te lo estoy contando yo? Ellos mismos pueden contártelo. Narra Luz. ―La oscuridad, la oscuridad que me persigue, me he casado con la oscuri...