Primero pensé en el arrepentimiento por dejarla ir.
Segundo en la culpa por obligarla a quedarse.
Y tercero ¡Dios! La dejé perderse y caminar sola por este lugar peligroso.
Dejé de dar vueltas y corrí en su ayuda, el que se pierde aquí nunca vuelve a ser el mismo.
¡Debía apresurarme!
Maldición, Maldición, Maldición.
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Casada con la oscuridad
ContoUna novela en pequeños párrafos donde la oscuridad y la luz contarán su versión de la historia, ¿pero por qué te lo estoy contando yo? Ellos mismos pueden contártelo. Narra Luz. ―La oscuridad, la oscuridad que me persigue, me he casado con la oscuri...