56) Narra Oscuridad N#28

555 63 8
                                    

Sentados en esa mesa, ella no hizo más que criticarme, tenía razón pero yo no lo podía evitar. Tengo un ego infinito y Luciérnaga destruye mi orgullo en tan solo cinco segundos, imposible no admirarla. Nadie me había enfrentado como ella lo hacía, así que sonreí.

—Debo admitir que tienes agallas pero, ¿de verdad crees que conseguirás algo de mí tratándome así?

Frunció el ceño y me contestó enojada.

—¿Y cómo quieres que te trate? Señor Secuestrador.

—Te aseguro que si fueras más amable, conseguirías un mejor trato.

Continué alardeando.

Casada con la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora