El amor dá asco.

Capítulo 10- ¿Interés?

A las 6 en punto de la tarde, tocan en la puerta. Abro y me encuentro con la sonrisa de ligón que usa Carlos.

- ¡Buenas tardes bella flor! - saluda contento.

- Hola Carlos, pasa. - me hago a un lado y lo dejo pasar. Se sienta en el mismo sitio de ayer y mira;
- ¿Sabes que? Me encanta cuando dices mi nombre - sonríe el muy canalla.

- Y a mí, cuando me dices profe - le respondo con humor.

La clase transcurre muy bien, incluso, diría que perfecta. Nunca he tenido un alumno, pero he de confesar que Carlos atiende muy bien, y se nota que se interesa en lo que le explico. Lo que es genial, porque si me lo pusiera difícil, sería más complicado enseñarle.

- Profe - dice levantando la vista del libro - tengo una propuesta que hacerte. 

- ¿Qué propuesta?- respondo con curiosidad.

- Tú me estás ayudando con literatura, y yo quiero darte algo a cambio; ¿qué te parece si te invito a cenar el sábado? - ¡Vaya! Realmente esto no me lo esperaba...

- Gracias, pero no puedo...

- ¿Me estás diciendo que no preciosa?

- Exactamente.  ¡Lo vas entendiendo campeón! - respondo con guasa.

- ¡Me vuelves loco preciosa! Pero algún día, accederás. 

- Quizás en otra vida - me río al decir eso, realmente me hace mucha gracia que piense que puedo salir con él. Es decir, casi no nos conocemos. Y si algún día llegáramos a ser algo, solo sería una amistad, no algo más allá.

- Ya veremos... bueno me tengo que ir al entrenamiento. Que tengas buena tarde preciosa. - Me lanza una mirada seductora y se va por la puerta.

Que surrealista todo ¿no? Yo, dándole clases a un chico que físicamente es guapo, y que no me gusta ni me atrae lo más mínimo. Más de una chica pensará que estoy loca por no aprovechar esta oportunidad, pero, hay cosas más importantes que el amor o la atracción sexual, cosa que no hay entre ambos. 

Oigo que abren la puerta, por lo que debe ser Rach que ya ha llegado. 

- Holaa Isaa, una cosa - se pone las manos en la cintura - ¿porqué ha salido ese pedazo de bombón de aquí? ¿Hay algo que no sepa? 

- Rach te estás imaginando cosas que no son - le respondo mientras empiezo a recoger los libros de literatura de la mesa.

- Lo único que veo es que estabas con ese pedazo de hombre,  y yo no sabía nada. - Exclama molesta.

- Te explico; Carlos es el hermano de Michael, el chico rubio que viste el primer día de clase. Vale, pues Michael y yo nos hemos hecho amigos, y me ha pedido que ayude a su hermano con literatura, y el chico que has visto es su hermano. Además, ambos son nuestros nuevos vecinos. Nada más. - le aclaro de una vez. 

- Entonces, ¿no tienes nada sentimental con él?

- ¡Noo! ¡Nunca tendría nada con él! - río ante sus ocurrencias.