Capítulo 31- nueva vida?

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Llevamos 2 horas metidos en el avión y jode los odio! Nunca me han gustado los aviones, pienso que se va a caer o que algún terrorista lo secuestra o cosas así. Si, sé que necesito un psicólogo.

Carlos se a pasado todo el viaje durmiendo y cuando se despertaba me besaba una y otra vez y me agradecía que estuviera aquí. Yo, sin embargo, me he pasado el viaje vomitando y viendo una película, que para colmo es una de Los señores de los anillos, y esas película son muy largas y aburridas. Bueno aburridas para mi. Jode si les gusta las películas de fantasía y ciencia ficción que hubieran puesto una Harry Potter que esas por lo menos son entretenidas.

Queda una hora para llegar a Londres, así que voy a intentar dormir esa hora. Estoy cansada, vomitar tanto cansa eh, pero mucho. Cierro los ojos y pienso en mi Madrid, en mi familia y en mi antigua vida, y así me quedo dormida.

•• - Isa despierta, isaaa ya llegamos! - Mmm abro los ojos poco a poco y lo primero que veo es una sonrisa radiante y preciosa.

- Qué hora es?

- Son las 7

- Y ya llegamos entonces? - digo con voz de dormida.

- Te ves tan preciosa cuando estas dormida Isa... - me acaricia la cara.

- Qué vergüenza, seguro que me veo horrible - cuando me despierto parezco un poco de mezcla entre puretilla y León.

- Tú nunca te ves horrible Isabella. Ven - me acerca a la ventana - mira que vistas.

Vaya... Siempre había querido venir a Londres, es una ciudad impresionante. Pero las vistas que se ven desde el avión lo son aún más.

Al cabo de 20 minutos ya estamos aterrizando. Joder como me acojona esto. Cierro los ojos con fuerza. Carlos debe de darse cuenta y me agarra la mano. No se que es peor, si el despegue, o el aterrizaje. Pero lo que si se es que yo un día muero por ir en avión.

Cuando salimos del avión nos dirijamos a recoger las maletas dentro del aeropuerto.

Carlos me lleva de la mano hasta la zona donde se ponen los familiares con un cartel con su apellido. Un señor tiene un cartel con el apellido Grayson, supongo que será algún familiar de Carlos.

Nos acercamos a ese hombre y Carlos lo abraza.

- Señorito Grayson que gusto volver a verle.

- Igualmente Bob. Bob te presento a mi novia Isabella, Isabella este es el chófer de la familia pero es como uno más - El señor me mira y me sonríe amablemente.

- Un placer señorita - y me tiende la mano y lo saludo.

- Igualmente Bob.

El chófer parece ser muy simpático y también parece querer a Carlos. Por lo que e visto Carlos no es de esos típicos niños mimados que lo tienen todo y tratan mal a su servicio. Al contrario, los quiere más que a su familia. Y eso es digno de ver, en alguien de su estatus.

El camino hacia la casa de Carlos no está lejos, en 10 minutos llegamos. Y joder! Si la casa en la que fue mi cumpleaños era impresionante ésta lo es aún más, el triple diría yo. Es enorme, de color blanco como la otra, tiene un enorme jardín con muchos tipos de flores distintas.

El coche entra por una enorme puerta, de estas típicas de las películas, pues como esa. Delante de la casa hay un camino para dejar los coches, y delante hay una enorme fuente.

Paramos justo delante de la puerta principal, que como todo aquí, es enorme. Bob coje nuestras maletas y las lleva dentro. Carlos me agarra la mano, y dejo de apreciar la casa.

- Qué te parece la casa de mis padres?

- Es muy... como decirlo? Muy "waohh"...

- Por dentro te gustará aun más.

Cuando entro a la casa... osea si, es mejor por dentro. Es una mansión en toda regla. Carlos y yo subimos a la 2° planta que está llena de habitaciones. Deberían ponerle números tipo hotel, nose esque aquí es fácil perderse.

Entramos en una habitación que es enorme. Vamos en esta cama caben 4 personas perfectamente. Tiene unas ventanas enormes que dan al jardín, una mesa con sillas muy lujosas y la cama, la cama es muy grande. No se como esperan aquí que seamos los invitados, luchadores de zumo quizás..


- Ésta es tu habitación Isa. Descansa, acomodate y duerme un poco. Vendré por ti dentro de 2 horas para cenar y presentarte a mis padres.

- Pero Carlos no estamos en la misma habitación? - se ríe burlón y al momento me pongo roja. Seguro piensa cosas raras.

- Tranquila preciosa, mi habitación está justo en frente, pero creo que voy a pasar más tiempo aquí, que allí...

- Me parece perfecto! - me tira de un brazo y con la otra me agarra por la cintura.

- A mi también - me besa y se va.

Bueno... pues aquí estoy, en Londres, en la casa de mis suegros y sola, como de costumbre.

Tengo un sueño que me muero así que ni deshacer las maletas ni nada. Me tiro en la cama boca abajo y así me quedo dormida.









El amor dá asco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora