Capítulo 49 - frialdad?

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- Carlos! Tenemos que irnos yaaa! - le grito desde el salón.

Yo llevo lista como hace media hora, pero no, este hombre tarda más en arreglarse que una mujer, y bueno, el resultado es más que grato para mi vista, pero eso no quita que quizás solo quizás sea un poquito más rápido.

Yo no me busqué mucho la vida. Me puse un vestido corto negro ajustado que me traje de Rach cuando me vine a Londres, que por cierto puede que ya haya notado su presencia, es que no es por nada, pero me queda mejor ami. Además llego unos tacones de un poco te plataforma rojos, y un bolso de mano rojo, para ir a juego. En cuanto al maquillaje no me he hecho gran cosa, una raya superior en el párpado, con un poco de rimel, y los labios de rojo claro, para que vallan igual a los zapatos, y porque el rojo me queda muy bien, y sé que le gusta a Carlos.

El lleva metido en el baño una hora, y yo en media ya estaba lista, no se, es raro, pero en casi todas las relaciones de pareja siempre es el chico el que espera por la chica cuándo van a salir, y en nosotros, es al revés, todo muy lógico. Pero eso es mejor, porque no somos iguales a las demás parejas, somos diferentes.

- Ya estoy - dice Carlos saliendo del baño. Madre mía, este hombre hasta con ropa, provoca miles de reacciones en mi, y en cualquier mujer que lo mire. Está tremendamente guapo, lleva un pantalón negro de pinza, que se le ciñe un poco al culo y le hace un culazo de infarto, también lleva una camisa blanca metida por dentro del pantalón, que le da un toque muy elegante, y por último lleva unos zapatos muy estilosos, de esos que llevan los pijos, no es por insultar a Carlos pero... hay que reconocer que es algo pijo, pero no me importa, porque está guapísimo!

- Estás guapísimo mi amor - me acerco a el y le abrazo por la cintura.

- Y tú estás preciosa mi vida - me da un beso en los labios. Cuando nuestros labios se separan, le paso un dedo por los labios para quitarle el pintalabios que le dejé.

En este momento suena el timbre, Clara o Alex ya debe de haber llegado, o los dos juntos, y me decanto más por la segunda opción.

- Vamos, ya están aquí - coje a Carlos de la mano, cojo mi bolso y salimos por la puerta, no sin antes cerrarla con llave.

Cuando abro la puerta me encuentro con el rostro feliz de Alex, que como siempre está guapo eh, va más o menos del estilo de Carlos.

- Hola Alex! - me acerco sonriente y le doy dos besos.

- Hola Isa! - sonríe encantado, pero cuando salude a Clara va a estar más que encantado.

- Alex, éste de aquí - señalo a Carlos que está a mi lado - es Carlos, mi novio.

Carlos da un paso hacia delante y le da un saludo a Alex, el típico de los hombres, un apretón de manos.

- Bueno, quien quiere conducir? - elevo mi mano derecha con las llaves del coche y las muevo. Tenemos que ir a buscar a Clara, ella me había dicho que quizás se dejaba ver aquí, pero que lo más seguro era que pasáramos por ella a su casa, según ella, le daba vergüenza estar a solas con Alex.

Carlos me coje las llaves y me guiña un ojo.

Subimos los tres en el coche de Carlos, yo voy de copiloto, y Alex detrás, así cuando Clara se siente estará a su lado, a ver si se le quita la jodida vergüenza.

La casa de Clara no está muy lejos de la nuestra. Y lo agradezco, porque aveces ella me acompaña a alguna clase que tengo, y por las mañanas tengo tanta pereza, como para caminar mucho.

En cuestión de 10 minutos ya estamos delante de su puerta. Clara vive con sus abuelos. Una pareja de ancianos muy entrañables y amables, cada vez que vengo su abuela me prepara la merienda como si fuera su nieta pequeña, y yo se lo agradezco, porque que me trate como a su nieta, me recuerda a mi abuela, y son unos recuerdos muy queridos por mi, porque se que esta en Gran Canaria, pero la hecho de menos.

El amor dá asco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora