Capítulo 25- sorpresa?

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No puedo abrir los ojos. Por culpa de éste horroroso dolor de cabeza. Me levanto un poco y dios! Me va a reventar la cabeza. Si esto es una resaca no quiero saber nada más de beber.

No se donde me encuentro. Es una habitación pequeña, acogedora.

Oh no, me acabo de acordar de que alguien me trajo hasta este lugar. Y no sé quién. Estoy algo asustada porque y si... y si me a hecho algo?

Corriendo me miro y tengo la misma ropa de anoche y también tengo mi ropa interior en su sitio.

Buff que alivio. No se que hacer. Si salir o quedarme aquí hasta que alguien entre y me digas quien es y porque me trajo hasta aquí.

No voy a esperar más, tengo un dolor espantoso y quiero tomarme algo para que se me pase lo más rápido posible.

Abro la puerta y no hay nadie en el salón. Que por cierto es bastante grande y bonito.

El desayuno está puesto en la mesa. Hay tostadas, zumo de naranja, café y porras.

No se que hacer. Esta casa no es mía y no sé de quien es, y si cojo mis cosas y me voy? Quizás sea lo más prudente en esta situación.

- Isabella, como amaneciste? Estas bien?

Ouch espera... esa voz.. esa voz que tantas veces ansié escuchar esta semana, esa voz que tanto había hechado de menos y que su recuerdo hechaba de más.

- Carlos, eres tu?- me restriego los ojos para verlo mejor. Puede que vea mal y no sea el.

- Sí, soy yo. Como te sientes?

Carlos luce con cara de preocupación y cansancio. Viste unos vaqueros y camiseta. Diría yo que lleva con esa ropa más de un día.

- Como me siento de anoche, o como me siento después de no verte durante una semana?

- Isa, lo siento. No tenía el móvil encima donde estaba. Y cuando llegue aquí vi tu llamada y mensaje y fui a buscarte pero tu hermana me dijo que habías salido y tuve suerte al encontrarte en aquel antro en el que estabas.

- Mira en 1° lugar no tienes derecho a excusarte. Si no querías hablar conmigo, me lo dices y punto. Pero no me tengas toda la semana preocupada por ti. Y 2° quien te manda a sacarme de allí, quien te crees que eres Carlos?

- Soy tu novio Isabella.

De verdad a dicho novio? Este chico sigue siendo igual de gilipollas que siempre.

- Después de esta semana ya no se lo que eres para mi Carlos.- cojo mi bolso y los tacones. Me dirijo a la puerta pero el me detiene por un brazo. Me giro y lo miro. Y por mala suerte sigue igual de guapo.

- Sueltame Carlos, me quiero ir.

- Isa, por favor. Escúchame, déjame explicarte el por qué me fui. Dame una oportunidad te lo suplico.

- No te recomiendo que pierdas la dignidad suplicando. Yo la perdí al salir con alguien a quien no le importo. Y si, duele ver como me destruyo a mi misma.

Me suelta el brazo y puedo salir de aquí.

Puede que en lo último me haya pasado algo con el. Pero joder! Duele pero muchísimo que te guste una persona incluso quieres, y que pase de ti como una mierda. Eso es lo peor que te pueda pasar. Sentir algo y que esa persona no te corresponda.

Subo una planta y ya estoy en mi casa. Era un privilegio poder vivir en el mismo edificio que tu novio pero ahora será un infierno verlo a diario.

Busco las llaves en mi bolso y dios no encuentro nada aquí. Esto me pone de los nervios. Y como era de esperar esta casi a lo último del bolso.

Abro la puerta silenciosamente.
Y si, es un intento fallido ya que al otro lado, en el salón están las tres mujeres de mi vida mirándome.

Lucía se levanta corriendo y va hasta donde estoy yo.

- Isa, cariño estas bien? Estábamos muy preocupas por ti. Tu novio nos dijo que estabas bien en su casa. Oh cuanto me alegro de que estés bien.- y me abraza repetidas veces.

- No es mi novio Lucy. Y no tendríais que estar preocupadas. Ya soy mayorcita.

Rach no dice nada. Sólo observa desde la cocina. Dejo a mi hermana hablando sola y me voy a mi habitación, necesito darme una ducha y quitarme esta ropa incómoda.

Cuando estoy en ropa interior. Entra Rach con un vaso de agua en una mano y en la otra una pastilla.

- Toma, se que es la borrachera y necesitas esto, te aliviará.

- Gracias.- la cojo y me la tomo.

- Isa, por que tu y Carlos ya no sois novios? Anoche llego a casa preguntando por ti, le dijimos lo que pusiste en el papel y fue corriendo a buscarte. Y cuando te encontró vino el mismo y nos dijo que estabas bien, que no nos preocuparamos. Isa, yo lo vi mal y preocupado.

- Qué pena que no lo viera, me hubiera gustado ver como sufría por no saber de mi. Igual que yo lo pase mal por su culpa.

Cojo la ropa limpia y me voy al baño.

El agua está riquísima. Realmente la ducha te alivia la borrachera. Y lo necesitaba, de verdad.

Salgo de la ducha, me pongo la ropa interior, encima el pijama y unos calcetines. Me peino el pelo y me lo seco un poco.

Cuando salgo del baño Rach me está esperando fuera.

- Qué quieres Rach?

- Nada, que tienes visita.

- Ay no Rach, dile que se valla no quiero verlo.

- Isa, cuando Miguel vino a hablar conmigo yo no quería y tu me convenciste para que le diera una oportunidad para que se pudiera explicar. Y ahora, te lo digo yo a ti. Deja que se explique, tiene una buena explicación Isa.

Oh dios! Por que esta mujer siempre tendrá razón? Es tan odiosa cuando tiene razón en todo...

- Está bien. Dile que pase.- sonríe contenta y se va afuera.

Yo me siento a modo de indio en mi cama. Cuando entra el, siento un nudo en el estómago. Como las primeras veces que lo veía, mariposas...

- Puedo sentarme?- asiento con la cabeza y se sienta en el borde de la cama con su vista posada en mi.

- Adelante, te escucho Carlos.

- Vale... empiezo desde el principio. Mi familia es rica, es una familia muy poderosa y conocida en Londres. Hace dos años decidí no saber nada más de mis padres, siempre me decían que no era lo suficientemente hombre como para llevar el apellido Gray. Bueno este año mi hermano Michael se fue de Londres también por el tema de que el es gay... y mis padres no lo toleran. Hace un mes mi abuelo enfermó. Y toda mi familia estaba esperando su muerte para poder cobrar la herencia. Y cuando murió hace una semana, mi padre me llamó para decirme que el abuelo había dejado casi toda su herencia a mi disposición. Y tuvo que viajar con Michael a Londres, por eso tarde tanto en llegar. Lo siento Isabella.

- Por qué no me habías dicho todo esto desde el principio?- me ha cogido por sorpresa. Sabia que Carlos venía de buena familia pero eso... eso no.

- Porque no me gusta ir diciendo por ahí quien es mi familia Isabella. Entiendeme.

- No sé qué decir Carlos...

- Sólo di que me perdonarás y que seguirás a mi lado.- No puedo decirle que no con esa mirada suplicante y triste que pone.

- Está bien. Te perdono. Pero prometeme que nunca ma.... - No me deja terminar la frase debido a que se abalanza sobre mi y me besa.

Cuanto hechaba de menos estos besos que me hacen subir al cielo. Lo agarro del cuello y hago el beso más profundo. Me encanta como nuestras lenguas se enlazan de una manera muy especial. Como si solo sirvieran para estar juntas. Voy a olvidar todo lo que e pensado de el esta mañana. Y solo voy a pensar que está aquí, conmigo.

El amor dá asco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora