Capítulo 8.

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Estuvimos haciéndonos fotos haciendo el tonto, tomando café, jugando a videojuegos en la play a pesar de que no sabía manejar los mandos me lo pasé demasiado bien.
Era genial, John hacía el mundo un sitio mejor, hacía que le encontrara sentido a mi vida aunque el era un idiota no podía evitar quererle y sentirme satisfecha de que al fin había encontrado a alguien que a pesar de todas mis rarezas el seguía aquí a mi lado, nos compenetrábamos tan bien que a veces me daba miedo, el era diferente y creo que eso era lo que me encantaba de el.

Nos quedamos dormidos, me desperté a la mañana siguiente tumbada en el sofá y en el otro estaba John mirándome:

- ¿Que miras? - dije mientras me incorporaba.
- Sabes que eres muy adorable mientras duermes aunque se que odias que lo hagan pero me encanta verte dormir. - dijo el y se rió.
- Eres idiota. - puse los ojos en blanco y me dirigí hacia la cocina.
- Bueno ¿que quieres que hagamos hoy? - preguntó gritando desde el salón.
- Pues lo que quieras, me da lo mismo. - pegué el último sorbo al café.

Pasamos la mañana andando, fuimos a un centro comercial cercano, comimos en un restaurante italiano y por la tarde fuimos al cine a ver una peli de miedo y después fuimos a un McDonald's a cenar. Reconozco que estaba realmente cansada y en seguida llegamos casa. Lo que hice nada más llegar fue tumbarme en la cama, quitarme las zapatillas y encender la tele.
John tardo un poco pero al igual que yo se echó en la cama, nos empezamos a pelear para decidir que poner en la tele solo había una peli de esas romanticónas que tanto odiaba o una de miedo y al final John salió ganando. Le miré y pude ver como un par lágrimas caían por sus mejillas:

- ¿Por qué lloras? -le pregunté mientras miraba hacia la televisión.
- No estoy llorando. - dijo mientras se secaba rápidamente las lágrimas con las mangas de su camisa de cuadros.
- Entonces ¿te sudan los ojos no? - reí.
- Mierda me has pillado. -se rió el también.
- No te avergüences de ello porque llorar no es nada malo y si te piensas que por llorar y no saber reconocerlo eres más machote estás muy equivocado. - seguí mirando hacia la televisión.
- No es que me avergüence, simplemente es que no me gusta que me vean llorar todos piensan que soy un chico duro y que se disimular bien mis sentimientos pero realmente no sirvo ni para eso, no quiero decepcionar a las personas porque si quiero decepcionar a alguien que sea decepcionarme a mi mismo ¿me entiendes? - se giró hacia mi y me miró.
- Vaya, al final voy a tener razón somos tan diferentes pero a la vez tan iguales. - le miré con una media sonrisa.
- Lo sé y me encanta. - me devolvió la sonrisa.

Terminamos de ver la película tenía mucho sueño y al cabo de un momento John pegó un bostezo pude notar el que al igual que yo estaba cansado y le insistí en que nos fuésemos a dormir y así fue.

Almas Rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora