Por lo visto, John y yo ya estábamos bien, las cosas ya empezaban a ser como eran antes, nos pedimos perdón tanto el por su comportamiento de capullo, tanto yo por mis celos tontos sin razón. John y Jake tuvieron que ir al hospital para visitar a un tío suyo mientras yo me quedé en la casa. Estaba tumbada en uno de los sofás del salón, viendo un programa de estos de cotilleo, tampoco había nada mejor que hacer. Llamaron a la puerta y me levanté, miré por la mirilla, era Emily ¿que quería? ¿por que había venido sabiendo que John ni su familia estaban en casa? Respiré hondo y abrí la puerta.- Oh Emily ¿que haces aquí? John no está. — le dije.
- Hola, Lía. No, no vengo por John precisamente. — dijo con un rostro serio.
- ¿Entonces? — le dije con un tono confuso.
- Vengo para hablar contigo. — dijo mirándome de arriba abajo.
- Oh, entonces pasa, te estarás helando de frío. — me aparté, le dejé pasar y cerré la puerta.
Se quitó el abrigo y la bufanda, se sentó en uno de los sofás "¿Quieres algo? ¿un café, un té...?" le pregunté desde la cocina y ella respondió con un "No, gracias." Me senté en el otro sofá y apagué la televisión.
- Bueno ¿de que querías hablar? — le pregunté algo curiosa.
- Pues, mira quería pedirte algo. — miró hacia el suelo.- Pues adelante, desembucha. — le dije inquieta.
- Quiero que te alejes de John, que desaparezcas de su vida para siempre bueno y de la mía. — suspiró con un aire de superioridad.
- ¿Perdón? ¿Quién te crees tú? No eres nadie para venir aquí con esos aires. — dije algo desconcertada.
- No necesito unas palabras vacías de una niñata como tú, solo necesito que te vayas. — contestó.
- Pues que pena. — suspiré furiosa.
- ¿Que? — preguntó confundida.
- La pena que das, vamos a ver, no eres nadie, vete tú de aquí que no se te ha perdido nada y así dejo de perder mi tiempo en cuestiones tan estúpidas como esta, bueno, con una persona tan sumamente tonta como tú. Así que, ahí tienes la puerta y ya estás tardando en irte. — fui a por su abrigo y le abrí la puerta.
- Tú, tú eres la culpable de todo esto, de que John haya dejado de quererme. — me replicó — ahora el te quiere a ti.
- No, la culpa no es mía. Porque ni el me quiere como tu te piensas que lo hace, ni yo le quiero como tú piensas que lo hago. Si te refieres a que el está enamorado de mi o yo de el, que no es el caso, si el ha dejado de quererte es porque se habrá dado cuenta de la mierda de persona que eres, que no ves más allá de tus propios ojos, en tu mundo solo existes tú, por dentro estás vacía. Y se que ahora pensarás que no te conozco como para saberlo, pero estos días que llevo aquí me lo has demostrado. — le dije furiosa.
- Perdona, pero el estaba enamorado de mi, llegaste tú y todo y de repente todo desapareció. — me replicó.
- ¿Acaso te lo dijo? — le pregunté.
- Eh...no...— suspiró.
- Entonces no sabes si el sentía por ti lo mismo que tú sentías por el, no tengo la culpa de nada, yo no tengo nada que ver porque yo no soy John ni tú eres John como para saber o decidir sobre sus sentimientos. Así que si no tienes nada más que decirme, puedes irte por donde has venido. — le dije.
- No tengo otra cosa que hacer aquí, así que adiós. — se levantó, se puso el abrigo y bufanda y se marcho.
Para ser sincera tenía muchas ganas de plantarle cara a Emily, no podía seguir soportando ese aire de superioridad que llevaba. Me sentí algo culpable porque ¿y si de verdad yo tenía la culpa? no sabía en que estaba pensando, John Miller enamorado de mi, que ironía. Cogí el movil y vi un mensaje de John, decía "En seguida llegamos." Y al leer el mensaje pude escuchar el sonido de unas llaves, miré en dirección a la puerta y eran ellos. Al entrar John fue al salón, me levanté y me abrazó y Jake me dio dos besos mientras los demás me saludaron.
- Bueno ¿que tal? ¿que has hecho? — me preguntó John.
- Pues bien, no sé. — dije algo desanimada.
- Oye ¿que te pasa? — volvió a preguntarme.- No me pasa nada ¿por qué iba a pasar algo? — le dije seria.
- Te noto distante. — me miró.
- ¿Como quieres que esté después de que tu ex venga aquí y me eche la culpa de que tú le hayas dejado de querer? ¿que haya venido y me haya pedido que desaparezca? — desvié la mirada.
- ¿Que? — dijo confundido.
- Sí, Emily ha venido. Me ha dicho que yo tengo la culpa de que lo vuestro se acabase, de que la dejases de querer, me ha pedido que desaparezca. — mantuve las lágrimas.
- Hablaré con ella ¿vale? — vio que estaba llorando — Hey, no llores. — se acercó y me abrazó.
- ¿Y si realmente tiene razón? ¿Y si de verdad debería desaparecer? — dije con la voz entrecortada mientras sollozaba.
- No la tiene, si la he dejado de querer es porque ella no es la chica que busco, la quise claro que lo hice. Pero no me completaba, no me aportaba nada. No quiero que pienses eso, ni en broma. Eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, sin ti yo no sería capaz de seguir, si tu desapareces, no se que sería de mi, posiblemente iría detrás. — pude notar como un par de lágrimas caían sobre sus mejillas.
- ¿Sabes? — suspiré, me sequé el resto de lágrimas con la manga del jersey — Nunca te he dicho esto pero, te quiero John Miller. — y lo abracé con más intensidad.
- ¿Sabes? — suspiró — yo te quiero más Lia.
Después de ese momento tan bonito y tan cursi, fuimos a cenar. Al rato fui a cepillarme los dientes y me puse el pijama, me metí en la cama y me quedé leyendo un rato hasta quedarme dormida.
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Almas Rotas.
Teen FictionLía es una adolescente de 18 años, vive en la ciudad de Rochester, Nueva York, junto a su madre. A lo largo de su vida ha pasado por diversos sucesos que le han marcado y dejado huella y ahora, está hecha toda una chica invencible. Ella solo intenta...