Historia

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Si me tengo que definir, lo haría como una chica que no ha vivido una infancia normal. Mis padres me quieren, pero en nuestra familia no vivimos para un futuro, sino por un presente. He estado 19 años de mi vida envuelta en armas, muertes y muchísimos más riesgos que no me importa correr.

Me gusta matar a la gente.

Me desahoga.

Me gusta verlos sufrir y suplicar por su vida.

Mis padres forman parte de una mafia en la cual son los cabecillas, están un poco reacios a que me meta en esta vida, ya que perdieron a una hija por culpa de ello, pero a mí nadie me va a decir como vivir mi vida.

Yo decido lo que quiero hacer, y es matar.

Presente

-¡Papá, a tu espalda!- dije gritado mientras mataba a uno que apuntaba a mi madre con un arma, mientras mamá y yo continuamos disparando hacia todos lados.

- ¡Hora de irse, no podemos esperar más!- gritó mi padre también matando a gente que estaba a nuestro alrededor.

Entonces, mientras nos encaminábamos hacia la puerta trasera del edificio para salir, un hombre me empujó y al mismo tiempo cogieron a mis padres para que no me pudieran ayudar.

-¡María, cuidado!- gritó mi madre.

Pero no me dio tiempo de esquivar el cuchillo que se clavó en mi pierna causándome un dolor insoportable y caí al suelo. Pero una de las cosas que mis padres me enseñaron desde que era pequeña, es a no mostrar los sentimientos, ni que te estés muriendo de dolor, no hagas ningún signo que lo demuestre.

Me levanté muy rápido y saqué un cuchillo de mi bota haciéndole al hombre un corte en el brazo bastante hondo.

-¡María detrás!- gritó mi padre forcejeando para que lo soltaran, pero lo único que se ganó es que lo golpearan.

Me giré rápidamente cogiendo el segundo cuchillo que tenía en mi bota y lo tiré lo suficientemente fuerte para que se le clavara en la frente del tipo que venía directamente a por mí.
Me fijé otra vez en el hombre que me clavó el cuchillo, aún con el dolor de pierna, le hice una técnica y lo inmovilicé mientras él se quejaba de dolor.

-Colins, si yo fuera tu lo dejaría ir, si no quieres que tus padres mueran ahora mismo- dijo una voz muy conocida para mí. Cher Thompson. Él era el culpable de la muerte de mi hermana.

En ese momento el color que predominaba en mi mente era el rojo y el sentimiento era la venganza. No tardé ni un segundo en cortarle la garganta al chico que tenia cogido.

-Tú lo has querido- dijo Cher haciendo una seña a los hombres que tenían sujetados a mis padres.

-Les llegas a tocar un pelo a alguno de los dos y te vas a arrepentir, te lo juro- le dije con voz fría y amenazante.

Él hizo un gesto con la mano para que sus hombres no hicieran nada.
- Continúa, la verdad es que me da curiosidad saber porque me arrepentiría- dijo él en forma de burla.

Miré a mis padres y no tenían ninguna expresión en la cara, yo les di una sonrisita para que no se preocuparan porque en verdad lo tenía todo bajo control.

-Tú estás acabando con mi familia y lo que realmente me pregunto es ¿Qué pasaría si yo acabara con la tuya?- dije mirándole amenazante y él se puso serio de golpe- sí, eso es, no te gustaría, pero hay un pequeño problema, tú ya me has arrebatado una hermana, por lo tanto esto es ojo por ojo. Ahora mismo tengo a tu hermana- dije mirando a mis padres, que estaban sorprendidos.

-Eso no puede ser, ella está en otro país- dijo Cher intentando ocultar el miedo.

-Lo sé, el punto exacto donde se encuentra es España ¿quieres que te diga la calle y el número de su antigua casa?- le pregunté

-Siempre ha vivido en la misma casa, no tiene ninguna antigua- se rio él.

-Oh, a partir de ayer sí que la tiene, su casa ya no es suya, ahora es de otra familia, se la vendí ayer, porque está claro que tu hermana no sobrevivirá- me burlé.

-¡¿DÓNDE ESTÁ?!- gritó.

-Dentro de poquito estará en el cielo, con mí hermana- dije mirándolo fijamente mientras él apretaba los puños.

-No puede ser- maldijo él por lo bajo.

-Lo sé, yo tampoco lo creía, la única diferencia que habrá será que tú la mataste frente mis ojos torturándola y yo la torturaré igual pero tú no lo podrás ver, si quieres te envió lo que quede de ella, si es que queda algo- le dije.

-Matadlos ahora mismo- ordenó.

-Yo que tu no lo haría, si terminas con mi familia ¿recuerdas lo que dije hace pocos segundos? Ojo por ojo, tienes mujer y dos hermosos hijos, uno es de mi edad y una niña de tres añitos, no creo que sean los culpables de nada pero no tendré más remedio- le dije- ahora si me haces el favor de dejar a mis padres...- dije yo con una sonrisa.

-Suéltenlos - mandó Cher- Esto no se quedará así, no descansaré hasta que te vea muerta- dijo mirándome fríamente.

Tengo que admitir que me dio miedo aunque lo disimulé perfectamente sonriéndole con burla.

-Eso ya lo veremos- susurré para mi misma.

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¡Sé que se puede mejorar mi redacción, pero por favor no me lo tengáis en cuenta que aun soy una principiante!

Espero que realmente os haya gustado el primer capitulo, si es así, no os olvidéis de votar y comentar. ;)

¡Mil y un besos!

Sin piedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora