Un pequeño regalo

201 15 1
                                    

-Tranquila- dijo mi madre, pero yo me aparté como si estar en sus brazos me diera asco y ella me miró con pena -¿No me piensas hablar?

La miré por última vez y me fui a mi habitación, puede que sea de críos lo que estoy haciendo, pero no me había sentido así desde la muerte de mi hermana.

A la hora de la cena comimos todos en completo silencio, nadie hablaba y había muchísima tensión, hasta que finalmente solté lo que había pensado unas horas atrás.

-Si no me dejas luchar con tu mafia, me iré sola, no espera- dije con ironía- ya no estoy dentro de tu mafia, por lo tanto mañana por la mañana me voy a Italia con tu permiso o sin él, soy mayor de edad y puedo hacer lo que me dé en gana.

-Tú no te irás a ningún lado jovencita, ¿por cierto que chico era con el que pasaste la noche?

- No te incumbe- repliqué de manera grosera.

-Modales- reprochó mi madre- Nosotros te hemos enseñado modales.

-Sí, y también me habéis enseñado a conseguir siempre lo que me proponga y eso es lo que voy a hacer- dije levantándome de la mesa.

-Si te vas, nunca jamás volverás a pisar esta casa- gruño mi padre.

-No lo pensaba hacer, me habéis decepcionado y no sabéis cuanto- dije marchándome a mi habitación.

-María- grito mi padre y yo me di la vuela- Tú también eres una decepción para esta familia con lo que estás haciendo- dijo y mis lágrimas estaban empezando a caer.

- Jeorge...- le dijo mi madre como diciendo que parara que se iba a arrepentir después.

-No - le dijo mi padre- lo tiene que escuchar- y volvió a centrar su atención en mí- No solo eres una decepción para tu familia sino también para Ana- cuando dijo eso sí que las lágrimas no cesaban- te crees que haciendo todo lo que haces la vengaras, pero no tienes ni idea de...

-¡¿Y TÚ SI TIENES IDEA DE LO QUE PIENSA?!- le grite cortándolo -¡TÚ NO SABES NADA!- me fui corriendo a mi habitación, esto me había sentado como una patada en el estómago. Mientras hacía mis maletas oía discutir a mis padres en la planta de abajo y jamás habían discutido entre ellos. Baje las escaleras hasta abajo y los vi.

-Cariño no te vayas, no es verdad lo que dijo tu padre- dijo mi madre aguantando las ganas de llorar, yo me paré en la puerta.

-Adiós- dije mirándolos a ambos y la cerré.

Habían pasado 2 días desde que me fui de casa, yo me fui otra vez a Italia, no dejaría que me quitaran den medio tan fácilmente. Como sabía mucho de ordenadores jaqueé el ordenador de Miguel(ahora este nombre me ponía enferma) e Iván para poder ver todo lo que mi padre les decía.

Cogí mi ordenador y vi que mi padre les había enviado algo.

"Chicos hoy mismo sin falta les enviaré a otra persona para sustituir a la anterior, hoy habrá un encuentro en la calle forest a las 3:00 en punto, espero que vosotros solos seáis capaces de hacerlo o si no ya podéis volver.

Sr. colins"

Yo no soy tonta por lo tanto llegaré un poco antes me encargaré de todo, así les demostraré que no necesito a nadie y que soy capaz de valerme por mi misma. Quedaba media hora para el encuentro así que me vestí con unos tejanos y un top, me recogí el pelo en una coleta alta y preparé todo lo que necesitaba, ya sea armas, cuchillos...

Me dirigí a toda prisa con mi coche hacia el encuentro, por suerte no me encontraría con los chicos.

Me sorprendí porque ya estaban haciendo un intercambio, concretamente lo que intercambiaban era una chica, que tendría como unos 3 años, no paraba de llorar, pobrecita, pero qué coño querían de ella si solo es una niña. Empecé a dispararlos a todos, pero cuidando de que la niña no saliera herida, me escondí detrás de un coche y muchísimos disparos llegaban a mí, salí un momento y le disparé a uno en la cabeza, ya solo quedaban dos y estaban a punto de marcharse, suerte que antes de intervenir con los cuchillos pinche todas las ruedas... Los hombres parecían desesperados y el último que quedaba vivo, cuando maté al compañero, me disparó en el brazo. ¡Joder que daño!, yo me tapé con una mano la herida y con el brazo malo le disparé en el corazón y corrí a buscar a la chiquilla.

-Preciosa...- la llamé, pero ella no hacía más que llorar, así que la cogí en brazos como pude porque me dolía como los mil demonios y la metí en el coche, cuando me marché vi que llegaban Iván y Miguel y que miraban la escena sorprendidos.

¿Por qué los dragones querían a una niña? No lo entiendo, pero ahora ella será mi prioridad. Miré por el retrovisor y vi que se había quedado dormida en los asientos de atrás, por suerte antes de que mis padres cancelaran mi cuenta me compré un piso, el coche, y muchísimas armas para que no se me terminaran, y cogí dinero para poder comer como por un año, lo se es como si les hubiera robado, pero lo necesitaba, se lo devolveré más tarde.

Cuando llegué a mi piso bajé del coche y cogí a la niña en brazos, subí a mi piso y la dejé recostada en mi cama, le acaricié el pelo y me marché de la habitación ajustando la puerta detrás de mí. Me fui al baño y me curé la herida de bala.

Ya era prácticamente de noche cuando oí unos pasitos que caminaban hacia mí, yo me giré y la vi allí parada. Era una niña hermosa, rubia con el pelo bastante largo, unos ojos grandes y azules que transmitían miedo y un cuerpo muy chiquito.

-Hola preciosa- le dije acercándome a ella, pero ella retrocedió- No te haré daño mi amor- ella me miró con desconfianza, pero finalmente dejó que me acercara.

La levanté en mis brazos y me fui a sentarme en el sofá con ella en mis rodillas.

Sin piedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora