Buena distracción

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-Ivan, ¿qué ocurre?- le pregunté nada más llegar
-Oh, nada, estaba pensando- dijo mirándome a mí con una sonrisa- ¿Dónde se encuentra el imbecil?
-Está al otro lado de la ciudad, es hora de irse- dije- Cógela, no la podemos dejar aquí, la acabaran encontrando

-Okey- dijo- ¿Pero dónde la dejamos entonces?- preguntó

-¡Oh dios!- exclamé emocionada- Tengo una idea

Cogí el teléfono y marqué a un viejo amigo

-¡IAN!- grite al móvil

-¿Maria?- preguntó él extrañado-¿estás bien?

-Yo siempre estoy bien, ¿te acuerdas del favor que me debías?- le pregunté

-Claro, como olvidarlo- dijo de forma irónica

-Pues es el momento de devolvérmelo- le dije- Tienes que cuidar de una chica de los dragones, no los pueden encontrar, si te encuentran con la chica estas muerto

-¿No me digas que tienes a la novia del jefe?- dijo sorprendido

-Asi es, y como en este plan me falles te mataré y no estoy de bromas- le dije seria

-Claro quedamos en mi casa ahora- dijo

-Vale, una cosa más, esta misión es la más importante que he hecho en toda mi vida, si consigo superarla toda esta mierda de bandas se terminará

-Haremos todo lo que podamos- dijo Ian

-Eso espero- dije y colgué

-Por fin puedo cobrar lo que me debía - chillé y Ivan rodó los ojos

-No entiendo cómo te puedes emocionar por una maldita tontería- dijo cogiendo a la chica del pelo y metiéndola en el maletero

Cuando llegamos a casa de Ian le entregamos a la chica y nos fuimos a por nuestro plan. La casa donde se instalaban los dragones estaba en ruinas ya que supongo que así es su manera de camuflarse. Pude observar a la parte de delante 2 chicos, y como yo precedí muchos estaban buscando a la chica. Corrimos por las calles hasta la parte de atrás y allí no se encontraba nadie, pero eso era muy extraño

-Vamos- dijo Miguel queriendo entrar pero yo lo detuve

- Espera- le dije cogiéndolo del brazo y escondiéndolo otra vez- ¿No ves que es muy extraño que no haya nadie?- pregunté

-Sí, y por eso tenemos que aprovechar ahora o no entraremos- dijo Ivan

-Yo no lo veo así pero... no tenemos tiempo que perder así que...-me encogí de hombros- ¿Tienes todas las armas?

-Si

-Pues vamos- dije haciendo una señal

Empezamos a correr hacia la puerta trasera y Miguel abrió la puerta. En el pasillo no se encontraba nadie, cerré la puerta detrás de mi sin hacer ruido y empezamos a mirar a todas las habitaciones pero no había nadie. Muy extraño. Entonces escuché un ruido que provenía del suelo. ¡Eso es!

-Están al sótano- le dije

Empezamos a buscar unas escaleras que bajasen y allí las encontramos, bajamos lentamente y yo intentaba sujetar el arma lo más fuerte que podía pero no podía evitar estar nerviosa, nos estábamos metiendo en la boca del lobo, pero tampoco tenía nada que perder.

Yo espié y allí los vi eran como 10 hombres jugando a las cartas

-¿Cómo lo hacemos?- me susurró Ivan

-Vamos a disparar a todos los que podamos pero primero los tres apuntamos a la cabeza de uno y disparamos a la vez así serán tres menos- le dije y él asintió

Nos colocamos para disparar y conté hasta tres

-Uno...- susurré - dos....tres- y allí se montó un sinfín de tiros

Conseguimos matar a tres pero luego ellos nos empezaron a disparar y no sabíamos dónde ponernos

-Mierda- escuche gritar a Ivan y vi que empezaba a sangrar del brazo

-¿Estás bien?- le grité y el asintió

Salí del escondite dónde me encontraba y disparé dos veces y maté a dos pero cuando salí me dispararon y me rozó una oreja, de que poquito me da en toda la cabeza pero no, la oreja me sangraba pero no era nada grabe

-Maria, ¡detrás!- escuché gritar pero era demasiado tarde, me cogieron y pusieron una pistola en mi cabeza

-Dejad las armas si no queréis que la mate- dijo el que me apuntaba con la pistola

Solo quedaban dos dragones los otros estaban muertos y uno estaba herido

Sin piedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora