Un buen despertar

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-Estamos viendo Disney Chanel- dijo Noel mirando irritado a la niña y yo negué con la cabeza.

Me conecté otra vez al ordenador, pero habían borrado la página por donde hablaban.

-¡JODER!- grité enfurecida, Lucia me miró con miedo y Noel con el ceño fruncido.

-¿Qué pasa?- me preguntó.

-Hijos de puta- susurré para que Lucia no me escuchara, pero Noel si lo escuchó.

-María tranquilízate- me recomendó.

-Esos ca...- iba a decir cabrones, pero me contuve por Lucia, que me estaba mirando- Los de mi banda borraron la cuenta por la que hablaban y me enteraba de lo que pasaba, ahora volveré a tardar una eternidad en encontrarlos- dije estresada.

-Te lo dije, es mejor que lo dejes a tiempo, no te quiero hacer daño, pero espero que no te metas con mi familia, porque no me quedará más remedio que matarte- me dijo levantándose.

-No me matarás- aseguré confiada acercándome a él.

-¿Cómo estás tan segura?- me preguntó con una ceja levantada.

-Porque te gusto- coqueteé - ¿me lo vas a negar?

-No- dijo él- pero eso jamás será un impedimento, mi familia esta por delante de cualquiera.

-Lucia- la llamé cuando vi que nos prestaba más atención a nosotros que a la televisión- a la cama que es tarde.

-Pero...- intentó protestar.

-Sin rechistar- le dije seria- a la cama.

-Vaaaaaleeeee- dijo bufando y marchándose a la habitación.

-Debe ser la única que te hace caso- se burló Noel.

-Muy gracioso- le dije tocándome el labio que me dolía.

-¿Dónde tienes el botiquín?- me preguntó.

-Voy yo a buscarlo- le dije levantándome.

No entendía muy bien que es lo que estábamos haciendo, yo intentaba destruir a su familia. Su familia me intentaba destruir a mí y para colmo nosotros nos pegamos. No entiendo nada, pero lo único que se es que Noel me gusta, más de lo que admitiré nunca.

-Aquí tienes- dije entregándole el botiquín.

-A ver- dijo cogiendo lo necesario para curar.

Mientras me curaba intenté mantener la compostura aunque me doliera.

-No me voy a disculpar, que lo sepas, no me arrepiento- dijo parando un momento de curarme para soplar las heridas que escocían- llegas a ser otra persona y te mato, aunque aún me lo estoy pensando.

-Sientes lo mismo que siento yo- dije mirándolo seria- y aunque me quieras odiar por lo que le estoy haciendo a tu familia, no puedes y eso te frustra aún más.

-Puede ser, pero no dejaré que mates a mi padre- dijo él serio.

-Haré todo lo que esté en mi mano para matarlo y no me lo vas a impedir ni tú, ni nadie- le dije separándome enfadada.

-Eso ya lo veremos- me respondió también enfadado acercándose a mí.

Me cogió de la cintura bruscamente y me empezó a besar, aunque el labio me dolía de lo fuerte que me besaba y mordía me daba igual.

Yo ya estaba medio desnuda, le quité el pantalón y nos fuimos hacia una habitación libre ¿Por qué tenía tantas habitaciones? No lo sé. Él me continuó besando con agresividad y chocamos contra una pared, allí él empezó a lamer y mordisquear mi oreja y me cogió del culo para que enroscara las piernas. Me volvió a besar y empecé a sentir el bulto de sus calzoncillos y eso me puso a cien, no tenía control sobre mi propio cuerpo y no paraba de soltar gemidos.

-Joder- murmuró excitado.

Terminamos en la cama completamente desnudos, empezó a bajar con sus besos por mi cuello, chupó, mordisqueó y pellizcó mis pezones hasta que estuvieron muy sensibles y erectos. No paraba de gemir y él continuó bajando, besando mi ombligo y finalmente llegó a la parte del cuerpo que da más placer, mi vagina. No me puede controlar cuando sentí su lengua en mis pliegues, eso era magnífico, le cogí del pelo y lo acerqué más, oh dios mío, empecé a temblar de manera descontrolada y él sonrió al ver que ya me venía y me corrí, si lo que oísteis me corrí en su boca, increíblemente excitante. Estábamos los dos jadeando.

-Increíble...- susurré.

-Lo sé- dijo él- nena me encanta tu sabor.

-Pues vamos a probar el tuyo- le dije empezando a lamer su pene.

Me excitaba que tuviera mi pelo cogido en su mano mientras llevaba el ritmo, como no me cabía todo, mi mano me ayudaba. Hasta que se corrió. Sabía a algo muy raro, pero me gustaba, es que dios, todo de él me excita. Finalmente terminamos follando duro durante toda la noche, él es insaciable y yo también.

A la mañana siguiente estaba muy cansada, pero tenía que hacerle el desayuno a Lucia y terminar de interrogar a aquel chico que ya estaba harta de verlo en mi casa.

-Buenos días- susurró Noel con voz ronca en mi oído y yo me estremecí.

-Buenos días - dije y nos quedamos un rato pegados hasta que volví a hablar- Nos tenemos que levantar, tú tienes que ir a hacer lo que sea que estés haciendo ahora, y yo tengo que preparar la comida para Lucia y terminar de interrogar al chico.

-Tienes razón, a levantarse- cuando lo hizo me quedé embobada.

Sin piedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora