Noel ¿hijo de quién?

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-Una lástima, ¿Qué pensabas que nos robarías y te irías cantando sin un rasguño?- pregunté irónica me acerqué a su cara y le dije con un susurro- nadie sale vivito y coleando si nos ha traicionado.

-Lo siento, yo os lo devolveré- lloriqueo, pero no me daba ni pizca de lástima.

Hubiera alargado más el momento, pero no me fiaba ni un pelo del sitio en el que nos encontrábamos. Alguien rondaba por aquí, y no sé porque me ayudo con el tipo este, pero no me quiero fiar.

-Últimas palabras...- dije empezando a sentir como la adrenalina antes de matar me recorría el cuerpo entero.

-no... por favor- suplicó.

-Tiempo- anuncié y le disparé en la cabeza, levanté la mirada y me encontré con la mirada del chico horrorizado y con miedo

-No me hagas nada- dijo el chiquillo.

-No te haré nada si me respondes lo que quiero- dije acercándome a él mientras me guardaba el arma- ¿Qué hacías exactamente quedando con él aquí?

-Mi padre me envió para decirle que estaba libre de las deudas- me respondió temblando.

-¿Cómo se llama tu padre?- pregunté.

-Pedro Smith, pero no le hagas daño a mi familia por favor- dijo él aterrado.

-¿Cómo te llamas?- le pregunté.

-Jordi Smith- tembló.

-No le haré nada a tu familia mientras ellos no hagan nada a la mía, hasta la próxima, y gracias por la información- dije caminando de regreso a donde tenía todas mis armas.

Cogí otro taxi y me llevó de vuelta al hotel, subí y abrí la puerta de mi habitación, cogí el portátil y miré más trabajos que tenía que hacer, pero eran dentro de dos días o así.

Entonces pensé en la hermana de Cher, tenía que ir a torturarla, y ganas no me faltaban la verdad, era mi momento de desahogarme. Le envié un mensaje al hombre que se encargaba de cuidarla.

"Hey, ¿cómo va todo por allá?, mañana vendré a terminar con el trabajo, no tendrás que estar mucho tiempo más viéndola gritar, si hay algún problema la golpeas, pero sobre todo no la dejes inconsciente, quiero que cuando sufra esté lo más consciente posible y lo grabaré todo para mostrárselo a cher.

Gracias eres un gran compañero y me estás haciendo un gran favor, te lo compensaré ;)

Maria"

Lo envié y esperé a que respondiera mientras me arreglaba para salir a cenar con Noel, el chico que conocí en el hotel, espero que esté en su habitación. Salí de allí y puse el cartel rojo para que no entraran a hacer la limpieza porque sino sí que estaría en un buen problema.

Me encontraba delante de la habitación 200, no sabía si estaría en su habitación, pero llamé de todas formas y como lo suponía, no se encontraba.

Enfadada di un golpe en la pared, odiaba arreglarme para nada. Subí al ascensor para volver a mi habitación, pero cuando se abrieron las puertas del elevador salió Noel, vestido completamente de negro.

Joder que bueno que estaba.

-Hola María- me saludó con una pequeña sonrisa- creía que no te volvería a ver.

-Bueno, pues aquí estoy- dije haciéndole un repaso con mi mirada- Pero cámbiate para ir a cenar.

-¿Sabes que pasa? Que aquí el que da las órdenes soy yo- dijo abriendo la puerta de su habitación.

-¿Perdona?- le dije flipando.

-Lo que has oído- dijo él - pasa por favor- dijo haciéndome una seña para que entrara en su habitación.

Entré y me senté en la cama, no tenía ni idea de cuáles eran sus intenciones, pero que vaya de prepotente no me gustaba nada.

-Me cambio y nos vamos- comentó.

-Vale, pero no tardes que tengo hambre- recordé y él me fulmino con la mirada.

-No me des órdenes, tardaré lo que me dé la puta gana- dijo cerrando la puerta del baño con un portazo.

En ese momento me sonó el teléfono anunciándome de que tenía un nuevo mensaje, seguro que es de Miguel

"Por aquí todo bien, te espero, no hace falta que me debas nada, es un favor de amigo a amiga, hasta pronto.

Miguel"

La verdad es que al final pasé una noche genial con Noel, hablábamos de anécdotas y de tonterías, pero ninguno de los dos toco el tema de familia. Ya era tarde y yo tenía que volver porque mañana a primera hora tenía que coger un vuelo para ir a España a acabar con todo.

-Me lo he pasado realmente bien- dije yo sincera- no creía que tu cara de amargado escondiera una parte divertida.

-Yo tampoco- respondió con una sonrisa seductora- ¿me das tu número?

-Claro- nos intercambiamos los números de teléfono.

-Oye mañana te paso a buscar a las nueve para ir a cenar- afirmó

-Lo siento, pero mañana a primera hora me marcho a España, tengo un compromiso al que no puedo faltar- dije yo

-Lo entiendo, ¿sabes?, yo he estado allí un par de veces y es un lugar maravilloso- dijo él y entonces caí, ahora sé por qué me sonaba tanto, es el hijo del mafioso más poderoso de Rusia. Que imbécil fui, no puede ser y además me atrae, me lo tengo que quitar de la cabeza ya. Aunque nuestra relación podría traer muchos beneficios por ambos lados.

-Nos vemos- me despedí.

Iba a entrar en mi habitación, pero me cogió y me besó de forma violenta. Joder, sus labios, se movían de forma experta junto con mis labios, eran suaves, rellenos y húmedos. Solo con este beso me había puesto a mil. Me mordió el labio y yo abrí la boca para que nuestras lenguas comenzaran una guerra placentera.

-Entra- le susurré en sus labios.

Con pasos torpes entramos y cerré la puerta con el pie. Le quité la americana deleitándome con sus fuertes músculos. Y él me quitó la chaqueta tirándola por algún sitió. Sus manos tocaron mis pechos que ya necesitaban atención y siguió hacía abajo hasta encontrarse con el dobladillo de mi vestido y me lo quitó. Por suerte no llevaba sujetador y me atacó directamente a los pechos. Mordiéndome y chupándome los pezones.

Como puede le quité la camisa y le toqué el pecho que estaba completamente depilado mientras gemía por su buen trabajo con mis pechos.

-Dios- gemí mientras le quitaba los pantalones- Noel.

-Lo sé- dijo él ayudándome con sus pantalones- Tienes un cuerpazo- me alagó.

Sus manos bajaron más hasta que encontraron el punto de placer, adentró un dedo y yo no podía estar más mojada y cachonda.

-Vamos a la cama- dijo él obligándome a enrollar mis piernas a su cintura.

Cuando caímos en la cama note su miembro pegado en mi parte baja de la barriga, joder estaba empalmado y eso me hacía sentir poderosa.

Se quitó los calzoncillos y me quité las bragas, nos continuamos besando y tocándonos hasta que sentí la punta de su pene a punto para follarme duro.

-Para- le paré antes de que entrara.

-Joder, ¿es en serio?- me miró entre confundido y frustrado.

-Sal- le dije empujándole y levantándome de la cama.

Me dirigí a mi maleta y suerte que estaba a oscuras porque habría visto que había armas. Como puede recogí todas las que vi y las metí en la maleta.

-¿Qué coño estás haciendo?- dijo Noel a punto de levantarse de la cama.

-Un momento- le dije cogiendo un condón- estoy cogiendo un condón.

-Por eso tanto ruido- ironizó él sin creérselo.

-Sí y cállate- dije llegando a la cama y besándole con fuerza.

Él me siguió el beso y me volvió a tumbar en la cama con él entre mis piernas. Cuando de repente lo sentí completamente dentro.

-Joder- dijo él saliendo y entrando lentamente.

-Como no lo hagas más rápido y duro te voy a golpear- le dije cerrando los ojos y empujándole el culo con mis piernas.

-Como quieras- dijo él y entró de una estocada fuerte.

-Ah- grité y así hasta que los dos llegamos al clímax.

-Ha sido increíble- le dije al chico apartándolo de encima.

-Bueno- dijo él poniendo los brazos detrás de su cabeza mirando al techo- ¿puedo fumar?

-Si- le dije frunciendo el ceño- y ¿Cómo que bueno?

-¿Qué pasa? No ha sido el mejor sexo que he tenido- dijo él mientras se encendía el cigarrillo.

-Eres un imbécil- le dije.

-Cuida con lo que dices- amenazó.

-Lo que tú digas- bufé sin ganas de discutir con un extraño - sé más de lo que crees.

-Lo sé, pero ahora cállate y duerme- dijo y yo bufé dándole la espalda.

Por la mañana me sonó el despertador temprano para ir a España, lo apagué antes de que Noel lo escuchara.

Me quité de sus brazos, ya que me levanté pegada a él y me dirigí al baño para asearme un poco.

Cuando salí, con la luz que entraba, vi que aún había armas por la habitación, así que deprisa las recogí.

No sabía si Noel sabía que yo era de la mafia de Estados Unidos, pero me da igual, mejor prevenir que curar.

Cuando me terminé de preparar las cosas lo desperté.

-Noel- lo sacudí.

-Cállate- dijo él moviéndose.

-Levántate que me voy- insistí.

-Que pesada eres chica- se levantó.

-Tu ropa- dije tirándosela en la cara.

-¿Pero de qué coño vas?- me miró amenazante.

-De nada, llego tarde, largo- le dije señalando la puerta.

-Puta- dijo él mientras se vestía y se iba dando un portazo.

-Puto tú, imbécil- dije a la nada mientras cerraba la puerta.

Cogí un taxi y ya en el aeropuerto salí con el vuelo destino a España y allí me encontré con mi compañero Miguel.

Sin piedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora