Traición, sinónimo de muerte

404 22 0
                                    

-Tráeme en el hotel Welter todo el pack de armas que siempre compro y tráeme también un vestido, por favor que no tengo ropa limpia- le pedí.

-Vale en nada estoy ahí- dijo colgando.

Me metí en la ducha para limpiarme toda la suciedad y me envolví con una toalla. Estaba a punto de encender la televisión cuando la puerta sonó.

-¡María!- dijo abrazándome.

-Hola, Roger, cuánto tiempo- dije contenta.

-Así es, nos tenemos que ver más a menudo- me entregó todo lo que había traído en tres bolsas.

-Gracias- agradecí- siempre puedo contar contigo.

-Así es y por eso te he traído un regalo- rio divertido.

-¿En serio?- dije yo levantando una ceja sin creérmelo.

Por favor, Roger dando un regalo a una mujer, eso es prácticamente imposible, es un rompecorazones sin remedio.

-No- río con más ganas y se ganó un golpe de mi parte.

-Va, ¿Quién te lo ha dado?- dije poniendo los brazos en jarra.

-La verdad es que me lo ha dado tu padre cuando he ido a tu casa a por el vestido- dijo entregándome un portátil.

-¿Para qué es?- le pregunté curiosa - ¿Te ha dicho algo?

-No, del portátil no me ha dicho nada. Solo me ha dicho que te diga que no te anticipes al tiempo y que tengas muchísimo cuidado- dijo él mirándome de arriba abajo.

-Deja de mirarme Roger o te meteré un cuchillo por el culo- lo amenacé.

-No sé en qué momento dejamos de tener sexo, porque estas cañón- dijo de manera pervertida.

-Yo sí que lo sé, porque eras un imbécil- le golpeé en el hombro.

-¿Estás bien?- se preocupó mirando la venda de mi pierna.

-Sí, nada de qué preocuparse, no siempre se puede salir sin un rasguño- bromeé guiñándole un ojo.

-Tienes razón, me tengo que ir que tengo negocios que atender- dijo él dándome un pico- ¡Te llamo pronto!- gritó desde el pasillo.

Cerré la puerta, me tumbé en la cama agotada y allí me quedé dormida.

Unos golpes me sacaron de mi peor pesadilla. Me levanté de la cama y me quité la toalla con la que me había quedado dormida y me puse la ropa interior y el vestido que me trajo Roger.

Nadie sabía que estaba aquí aparte de Roger, así que por seguridad cogí un arma de las que me trajo y abrí la puerta lentamente.

-¿¡Tú!?- pregunté incrédula- ¿Qué coño haces aquí?

-Me dijiste que hoy te pasara a recoger- me dijo mirándome con su mirada penetrante.

-Lo siento, se me olvidó- dije-¿No podemos quedar en otro momento? Ahora mismo tengo cosas que hacer- dije escondiendo el arma detrás de la espalda.

-¿Qué tienes aquí escondido?- preguntó mirándome como si me analizara.

-Nada, ahora no es un buen momento- enfaticé el "no".

-Okey, cuando quieras me puedes ir a buscar, habitación 200, aunque no te prometo que esté- se dio la vuelta y se marchó con su andar sexi.

Tengo la sensación de que a este chico pocas calabazas le han dado en esta vida. Pero razones no le faltan, ya que está muy bueno.

Me fui hacia la cama dejando el arma encima y abrí el portátil. Inicié sesión y empecé a buscar cuál era el trabajo que tenía que cumplir. Tenía que matar a un tío que nos robó dinero, su nombre es Jackson Wins.

Consulté toda la información y el punto de encuentro. Cogí las bolsas con armas, las vacié y puse todas las armas necesarias en una bolsa. La cogí y me fui de la habitación llamando a un taxi.

El punto de encuentro era cerca de un puente.

Le dije al taxi que me dejara unas manzanas antes del destino y le pagué. En unos minutos llegó un auto negro y más tarde llegó un descapotable. Del primer coche negro bajo un hombre que lo reconocí inmediatamente, era el que tenía que matar, y detrás de él 2 guardaespaldas. En cambio del otro bajo un chico que tenía que tener más o menos mi misma edad.

¡Hora de actuar!

Cogí la pistola y maté a los dos guardaespaldas de Wins, él rápidamente cogió una pistola que tenía en los pantalones y me apuntó con ella.

-Deja el arma- ordené.

-No- se negó el hombre- suéltala tú si no quieres morir, nadie se mete en mis negocios.

De repente Wins estaba de rodillas al suelo. Alguien le había disparado en la pierna ¿Pero quién?. Me puse alerta al instante, mirando a todo mi alrededor, pero no vi a nadie.

Cogí el poco pelo de Wins en una mano y le tiré la cabeza hacía atrás apuntándole con el arma.

-Tú- señale con el arma al chico que aún no se había movido- no te muevas de donde estás, cuando termine con él quiero hablar contigo un minuto, si intentas hacer el mínimo movimiento para escaparte te mataré.

-No...n...no me moveré- dijo él temblando.

-Hola, señor Wins- le sonreí malvadamente.

-¿Quién eres maldita zorra?- dijo Wins con asco y yo lo golpeé en la cara con el arma.

-¿No te acuerdas de que robaste a mis padres una cantidad elevada de dinero y huiste como un maldito cobarde?- le recordé.

-¡Pero qué dices!- se alteró.

-Familia Collins, 2012, canarias, un narcotraficante de drogas nos entregó muchísimo dinero y confiamos con el tipo equivocado, tú- dije tranquila- ¿quieres que te haga más memoria?- le pregunté ya enfadada.

-No, ya me acuerdo, pero el dinero ya no lo tengo, tenía que pagar deudas- tembló.

-Te dejaste esta deuda para pagar, y yo estoy aquí para cobrártela- dije.

Sin piedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora