Capitulo 18

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Aris

—¿Crees que es buena idea?— Preguntó Raymond con voz nerviosa — Digo, podemos esperar que Sarah vuelva del centro comercial...ella es mucho más... ¿susceptible?

—Vamos hombre, no seas cobarde —Repuso Alistair apretándole un hombro —No te va a pasar nada...a menos que Aris se equivoque y te cause un derrame cerebral y probablemente mueras, pero solo eso.

Ray abrió los ojos como platos y trató de levantarse de la silla, pero el rizado lo sentó nuevamente.

— Solo estaba jugando...—dijo riendo—Yo no voy a dejar que te hagan daño, ¿está bien?

El ojiverde respiró hondo y asintió, si no estuviera tan nervioso le hubiera asestado un golpe a Alistair por jugar con él.

—Repíteme para que necesitamos esto—pidió pasando una mano por su cabello negro.

—Necesitamos que Aris sepa compulsar antes de que este en público—explicó Alexia—Así que no te causara ningún dolor, solo relájate.

—Juro que no lo hare— añadí colocándome al frente.

La luz del sol atravesaba las ventanas que daban a la sala, provocando que sus ojos verdes resplandecieran. Respiró hondo una vez más y se apretó una mano, gesto que hacia cuando estaba nervioso.

La rubia me miró.

—Solo debes mirarlo directamente a los ojos, sonar seguro y creer lo que dices. —Alexia hizo un gesto con la mano, indicándome que empezara.

—Lo haces sonar tan fácil—murmuré inseguro.

—Pero, no lo es—dijo Alistair.

Hinque una rodilla y observé directamente a los ojos verdes de mi mejor amigo, podía ver como varias gotas de sudor resbalaban en su frente. Le tomé por un hombro y sonreí tratando de calmarlo.

—No.Estés.Nervioso—le pedí extendiendo las palabras, hablando lentamente.

Ray no dijo absolutamente nada. Su rostro nervioso no cambio, sino que hizo una mueca expectante. Incluso, lucia mucho más nervioso que antes.

—Aris, él no es retrasado, puede entender tus palabras, solo tienes que tener seguridad. —Señaló Alistair, parecía un poco enojado de que le hablara así.

—No me digas como hablarle a mi mejor amigo—repliqué y volví mi atención al ojiverde.

—Solo ordénale algo sencillo—sugirió Alexia.

—Vale—volví mi atención al ojiverde y me concentré en sus ojos—Levántate. —Le ordene decorando mi voz con toda la seguridad que podía y aun así no sucedía nada— Ray, levántate—Este ni se inmuto, me miraba a los ojos de la misma forma que antes. —¡Ray, levántate de la puta silla!— Grité frustrado.

Ray dio un pequeño saltó en la silla, sobresaltado por el gritó.

—¡Con gritarle no vas a lograr compulsarlo!—Ladró en voz alta Alistair.

—¡¿Puedes cerrar la boca?! —Me levante de un tirón — Si me sigues gritando, te juro que con un solo ademan de manos los cuchillos de la cocina van estar todos decorando tu hueca cabeza.

—Atrévete—me desafío dando un pasó adelanté para luego enseñar sus colmillos como un lobo—Solo hazlo y me dará motivos para dañarle el rostro al rey.

—No me provoques, Alistair—apreté mis manos. — Porque ganas no me faltan para decapitarte.

Un rayo estalló en medio de los dos, provocando que los dos diéramos un saltó. Los dos volteamos a ver la cara seria de Alexia.

Oziria y Los anillos del zodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora