Vivir No es Para Siempre #Wattpad Quality

Sigue la vida.

Cuenta narrador.

Nos encontramos en las calles del Londres muggle. Estamos en una bonita mañana de verano. La gente está feliz y tranquila, porque las desapariciones habían cesado y en el mundo mágico Voldemort había sido derrotado. Había personas que andaban tranquilamente por la calle y de vez en cuando se paraban delante de algún escaparate. Todo era tranquilo excepto siete jóvenes que corrían hacia un lugar conocido por los magos. Harry Potter, conocido en todo el mundo mágico por derrotar a Lord Voldemort junto con su hermana, abría la marcha. Le seguían por muy poco los otros dos miembros del cuarteto de oro, Hermione Granger y Ronald Weasley. Detrás de ellos venían Ginebra Weasley, Luna Lovegood, Hannah Abbott y Neville Longbottom. Los siete iban al Hospital San Mungo. Hacía quince minutos que había llegado una lechuza a Harry anunciando que su hermana había despertado.

FLASHBACK.

Nos encontramos en Godric's Hollow. Allí Harry Potter acaba de comprar una casa cerca de la de sus padres. Estaba sentado en el salón hablando animadamente con sus amigos, Ron, Hermione, Luna y Neville, su novia Ginny y con Hannah. Las parejas estaban en Harry y Ginny, Hermione y Ron, Hannah y Neville, y Luna estaba sola. Los siete estaban hablando sobre los juicios que habían tenido lugar los últimos días. Hacía tres meses que Voldemort ya había sido derrotado. Cuando habían empezado a hablar del nuevo curso que venía una lechuza llegó a la ventana. Harry se levantó y fue a la ventana. Abrió y la lechuza entró mientras los otros seis se amontonaban dónde estaba. Este cogió el sobre que traía la lechuza, le dio unas chucherías y esta volvió a volar. Los seis se volvieron a sentar y Harry abrió la carta.
'Señor Potter.
Le queríamos informar que la señorita Potter ya ha despertado. Esperamos que venga cuanto antes mejor, porque la señorita a preguntado por usted.
Atentamente, medimago Blase.'

FIN FLASHBACK.

Al llegar al hospital subieron a la planta dónde se encontraba Lía y corrieron por los pasillos ignorando las reprimendas de los enfermeros y medimagos, mientras Hermione se disculpaba con todos ellos diciéndoles que era muy importante.
Al llegar a la puerta les estaba esperando el medimago.
-Buenos días, señores. La señorita Potter está impaciente por hablar con usted, señor Potter. Me ha pedido hablar en privado con usted.
-Está bien. Chicos esperad, y avisad a todos de que ya está despierta.
Entró en la habitación y allí estaba tumbada en la cama con su ropaje blanco. Una mesita al lado de la cama estaba llena de pociones y su varita.

Cuenta Lía.

Me encuentro muy mal. Me duele la cabeza y sólo veo oscuridad. No sé cuánto tiempo he pasado, pero es cómo si hubiese estado años en esta oscuridad. De repente veo un punto de luz. Me acerco a él y cada vez es más grande. Veo dos personas que me esperan en el lugar de la luz.
-Muy bien hija.
-Estamos orgullosos de ti.
-Te falta poco para volver con tu hermano.
-Sigue este camino. Pero recuerda que ahora podrás vernos siempre que necesites algo.
-Cómo también con Severus y Dumbledore. Y esto es porque has sacrificado mucho de ti para que ninguno muriese, y a cambio casi mueres tú.
-Gracias, papá, mamá.
-Otra cosa, no lo debe saber nadie.
Les di un abrazo y seguí caminando.
Abrí los ojos. Me encontraba en el hospital. Todo estaba blanco y a mí lado había pociones llenas y vacías. También estaba mi varita, la cuál cogí. No había nadie en la sala. Pero entonces entró un medimago.
-Señorita Potter. Veo que ya ha despertado. Avisaré a su hermano para que venga. Se fue a las diez de la noche. Sólo se ha ido para descansar y para presenciar y testificar en juicios.
-Vale. Gracias. Me gustaría que cuando llegase entrase solo él. Quiero hablar en privado.
El medimago se fue y me puse a pensar. No sabía cuanto tiempo llevaba aquí, ni qué había pasado.
La puerta se volvió a abrir y entró mi hermano.
-¡Lía! Me alegro de que hayas despertado.
-Yo también me alegro, pero me gustaría saber cuánto tiempo llevo aquí, qué a pasado, has venido con alguien, quién ha sido encarcelado y quién es libre...
-Tranquila hermana. No te precipites. Primero estás bien, y después ya te iré explicando. Pero ahora quiero saber por qué te desmayaste.
-Lo siento, pero lo sabrás a su debido tiempo. Ahora lo importante es, ¿has venido con alguien?
-Sí, ahora salgo a por ellos.
Salió un minuto y después volvió con más personas. Sirius, Remus, Tonks, Teddy, Neville, Hannah, Luna, Hermy, Ron, Ginny, Fred , George, Molly y Arthur.
-Lía estás despierta.
-Nos tuviste muy preocupados, cariño.
-Ya te decía yo que mi ahijada no se iba a rendir.
-Que bien que ya estés despierta Lía.
-¡Lil! ¡Por fin despertarte!
-Vemos que...
-... te has desmayado...
-...demasiado tiempo de la alegría de la derrota de Voldemort.
-Me alegro.
-Menos mal que al fin despertarte.
-Lía...
-Profesora Potter Evans. Que alegría.
Todos me saludaron.
-Buenos días. Me alegro de veros, y Hannah no espepraba verte.
-Sí es que estoy saliendo con Neville desde hace dos semanas.
-Vaya... enhorabuena.- les deseé con una sonrisa triste.
-Bueno. ¿Qué tal?- preguntó rápidamente Hermy para evitar el tema.
-Bien, o eso creo.
-Perfecto, así cuándo salgas, Lil, podremos ir de compras y...
-Buenos días. Quería decir que la señorita Potter, ya puede irse a casa.
-Bien.- exclamé feliz. Con un movimiento de varita me puse ropa de calle. -Ya nos podemos ir.
-Lía. Me gustaría hablar contigo en privado.- anunció Minerva al llegar.
-Claro directora. Ahora mismo. Cuándo acabe vamos de compras. ¿Vale chicas? Voy a ir a la tienda de tus hermanos, Ginny.
-Claro.

Nos aparecimos en el despacho de la directora McGonagall.
-Buenos días, profesores.
-Buenos días Lía.
-Pequeña, buenos días.
-Estaba esperando para saber primero cómo estabas.
-Bien, gracias.
-Y también para pedirte que seas la profesora de DCAO, a parte de jefa de la casa Gryffindor.
-El puesto de profesora lo acepto encantada, pero lo de jefa de casa, si no se acuerda ya tengo una casa.
-Es verdad, ahora que me acuerdo, pero debes hacer unos cambios.
-Claro, ya los tenia pensado. La casa se llamará D.S, en honor a nuestros dos últimos directores, el animal será el fénix, el color blanco, aunque el escudo será: el fénix dorado, con los bordes de este negros, el bordeado del escudo será plateado y el nombre estará escrito en color bronce, para hacer mención de menor manera las cuatro casas.
-Buena idea. Pues entonces ya está. ¿Me puedo retirar?
-Sí. Claro, que tengas buen día Lía.
-Gracias.
Me fui del despacho y me aparecí en el callejón Diagon, en la tienda de Fred y George.
-Lil. ¿Qué pasó?- me preguntó Hermy
-Nada. Sólo me pidió una cosilla. Es sorpresa.
-Pero dínoslo, por favor.- me pidió Ginny.
-Es sorpresa...
-¿Qué es...
-...sorpresa?
-No lo vais a saber.
-¡Cosquillas!- exclamó Fred.
-¡A por ella!- le siguió George.
Fred, George, Ginny, Hermione y Tonks se abalanzaron sobre mí haciendo cosquillas. Luna se quedó quieta leyendo el Quisquilloso.

Después de despedirnos me dirigí a casa de Harry junto con Ginny. Hermy se había ido a la Madriguera. Y Luna y Hannah a sus respectivas casas.
-Hola Harry.
-Lía, Ginny. ¿Qué tal de compras?
-Muy bien. Como ves hemos comprado un montón de cosas.
-Nos lo hemos pasado muy bien. Incluso Lil se ha comprado una casa al lado de la nuestra.
-Vaya, genial. Ahora seremos vecinos.
-Lo sé Harry. Pero ahora que Ginny ya está en casa contigo os dejo solos. Me tengo que ir al ministerio a hablar con él ministro.
-Está bien. Adiós, hasta mañana.

Me aparecí en la entrada del despacho del ministro.
Toqué la puerta.
-¿Puedo pasar, señor ministro?
-Claro, señorita Potter.
Pasé interrogante al notar la voz demasiado conocida.
-Señor Kingsley.- le saludé al entrar. En el despacho se encontraban más aurores, y entre ellos Tonks.
-Señorita, quería hablar para comunicarle que después de haber tenido un debate entre aurores fieles y buenos de varias edades llegamos a la conclusión, hace un mes, de que debes ser la jefa del departamento de aurores.
-Vaya, no sé qué decir. Gracias a todos, pero no me veo capaz.
-Lía, ¿te acuerdas del curso de navidad en el que conseguiste el título? Fuiste la mejor de todos siendo una niña de once años.
-Pero eso...
-Nada.- terció Tonks.
-Gracias, pero ahora me gustaría hablar con usted, señor ministro.