Cuenta Lía.
Me desperté, me encontraba en una sala oscura, estaba en una silla atada con sogas. No podía moverme, además no había nadie.
Pasó no sé cuánto tiempo noté una presencia. Estaba caminando hacia mí.
-Veo que por fin despiertas.
-No me lo puedo creer. ¿Qué hace aquí señor Scott?
-Veo que no te has dado cuenta. Yo ayudé a que te atrapasen.
-Pero por qué señor.
-Porque debes saber que he visto que eres extraña. Un día te seguí y vi que te desaparecías de ese sucio callejón
-Señor está loco.
-No estoy loco Evans, o debería decir Potter.
-¿Cómo...?
-Fácil, realmente no soy quién todos piensan. Realmente soy Augustus Rookwood.
-Maldito mortífago.- escupí cada palabra.
-Más respeto. Recuerda que te tenemos prisionera.
-Qué os creéis. Que os dejaré hacer lo que queráis. Ni en vuestros sueños. Baja del hipogrifo de una vez.
-Te crees muy valiente, pero cuando empecemos la fiesta no creo que nos contestes de esa manera tan descarada.
Me soltaron, pero me sostuvieron por las manos.
-Ahora te encerraremos para que podamos divertirnos un rato.
Me metieron en una jaula con forma humana de la que no podía salir.
-Olvidas que puedo ganarte en un duelo.
-No lo creo, teniendo en cuenta que nosotros somos doce y tú una.
-Me alegro por ti.- exclamé sarcástica. Debía averiguar quienes estaban implicados.
-Ahora si que empieza la diversión.
-Crucio.- exclamaron todos a la vez.
Todas las maldiciones me dieron, pero me resistí y ni me moví
-Vemos que tienes fortaleza. Pero haber cuanto te dura.
Me sacaron de la jaula, y me encerraron en una habitación. Esta estaba sucia y había un aire que me quitaba las fuerzas.
-Te quedarás aquí, y no intentes escapar porque no podrás.
Me tumbe en la cama, debía encontrar la forma de salir de aquí. Intenté desaparecerme pero no pude. Esto era muy raro, desaparecerse era algo que debía poder hacer. Frustrada me puse algo más cómodo, pues aún llevaba el vestido, y me dormí.-¡Levanta!- me gritó uno de los mortífagos que habían escapado.
-¡Se puede saber que te pasa!- grité enfadada. -Maldito mortífago.- murmuré.
-El jefe quiere verte.
-Pues dile a tu jefe que se espere sentadito, porque ni el mismísimo Voldemort me podría mover de esta cama.
El mortífago se estremeció al oír el nombre del difunto Señor Tenebroso.
-Imperio.
-Si te crees que esa maldición me va a hacer algo estás muy equivocado.
-Pues a la fuerza.
Me cogió de las muñecas con una mano y con la otra puso su varita en mi pecho.
-Si no quieres acabar mal mejor que no te resistas.
-Y ¿qué me haréis allí?-pregunté.
El mortífago no me contestó. Sólo me arrastró a una sala grande, con todas las cortinas echadas, era negra y los pocos muebles que había eran también negros.
Había once personas, Rookwood estaba sentado en una silla alta y los otros diez de pie formando un triángulo.
-Vemos que ya te has cambiado, qué pena, nosotros que te íbamos a prestar ropa para que te cambiases aquí mismo.- Todos rieron.
-Eso pasará cuando Voldemort se ponga tutú y haga ballet mientras canta que ama a los muggles.
-Te crees muy valiente aunque no tengas tu varita, seamos doce y tú una y estés en desventaja.
-Debes aprender a no repetirte tanto Rookwood. ¿Me ibas a decir algo importante? Porque si solo me hiciste despertar para hablar puedes esperar sentado.
-Qué osadía, quién te crees tú hablando a nuestro jefe así.- me amenazó uno de los mortífagos encapuchados.
-Si mal no recuerdo, hace un año, más o menos, todos servíais fielmente a Voldemort. Si ahora os viese creo que estaríais todos muertos.
-¡Tú que sabrás!- exclamó indignado mientras todos me apuntaban con sus varitas.
-Sé más que tú sobre Voldemort, mortífago incompetente.
Me tiraron un conjunto formado por una ropa algo desgastada. Para molestarles más me cambié, pero con un chasquido.
-Crucio.- exclamó uno de ellos. Maldición que esquivé y dio en la pared. Se ve que les había indignado el hecho de no ver como me cambiaba.
-Pensé que tardaríais más en lanzarme una maldición imperdonable. Me habéis dicho indirectamente que os rete a una lucha entre todos.
-Ahora si que me has enfadado, maldita sangre sucia.
-Corrección, soy mestiza.
La lucha empezó y todos me lanzaban maldiciones mientras yo las esquivaba.
-¿Te has dado cuenta de que no puedes lanzarnos ni un hechizo, verdad?- me preguntó burlesco uno de ellos mientras me lanzaba un Crucio.
-Que equivocado estas.
-Acabemos con ella, pero no la matéis.
-Veo que ya os ponéis serios. Yo también empezaré de verdad.
Doce maldiciones Cruciatus se dirigían a mí. Yo con un salto las esquivé y todas ellas se dieron en la pared. Moví mis manos como si fuese un director de orquesta. Uno a uno fue cayendo al suelo a causa de mis hechizos.
-¡Maldita!- exclamó Rookwood.
Uno de ellos sacó un arma muggle. Y apuntó hacia mí.
Ahora lo entendía todo. Ellos eran muggles que habían recibido magia oscura, aunque eso sería malo sobre todo para ellos.
Disparó y la bala desapareció de la vista.
Sonreí satisfecha.
De repente me vi rodeada de cuchillos, pistolas... Todos ellos me miraban con cara asesina.
-Os creéis mucho los cuentos de un mago oscuro, pero vosotros seréis los que lo pagaréis caro.
-Por lo menos haremos entender a una bruja que los muggles no somos inferiores.
-Pues siento decepcionarte, pero quién despreciaba a los muggles era Voldemort, al igual que algunos de los que se encuentran aquí y os han engañado para formar parte de una organización que se disipó cuando se acabó con Voldemort.
-¡Mentirosa!- me gritó uno de ellos para presionar el gatillo y darme en el hombro. Me ardía y notaba que perdía sangre.
-Ahora ya no eres tan valiente.- Otro con un cuchillo me lo clavó en una pierna, para luego sacarlo.
Me caí al suelo, pues con mi pierna malherida no podía sostener el peso del cuerpo. Empezaron a darme patadas en el estómago mientras se reían de mi estado.
-A partir de mañana limpiarás la casa, no queremos que la casa se inunde de tu sangre impura.- al terminar de darme esa orden vovieron a empezar con la paliza mientras reían.
Cuando tal vez eran las doce de la noche me tiraron en la cama en la que había dormido la noche anterior.Todos los días era igual, unos con Rookwood y otros sin él. Los mortífagos me daban palizas y me lanzaban Crucios cuando se aburrían.
Ahora mismo estaba en la habitación que me habían dado, mientras una lágrima solitaria corría por mi mejilla. Con mi habilidad de metamorfomaga debía tener cuidado. Si dejaba que mi pelo estuviese como le diese la gana ahora estaría más blanco que la nieve. No quería que ellos creyesen que podían conmigo. Llevaré casi dos años aquí, si no lo ha hecho ya. No se nada de mi hermano, mis amigos, los trabajos... No me han encontrado y me da la sensación de que me dan por muerta. Por la ventana veía la luna llena, Remus ahora mismo debería estar en algún bosque. Me quedé dormida mientras pensaba en todas las cosas que pasaban.
-¡A levantarse!- gritó uno de los mortífagos muggles.
Me levanté y nos dirigimos a la sala de torturas, como la llamaba yo.
-Buenos días, Potter. Espero que hoy disfrutes de tu cumpleaños. Porque era el 31 de noviembre, ¿no?
-No, maldito mortífago. Eres malo incluso con las fechas de cumpleaños.
-¡Crucio!- no me moví, pero me dolía. Las heridas estaban muy mal, no acababan de curar y ya me las volvían a hacer.
Volví a pasar lo de todos los días. Siempre era lo mismo, pero no podía hacer nada. Había aprendido a controlarme para no estallar y provocar un desastre en el lugar donde me encontrase, aunque ahora lo que más quería era que eso pasase y así huir de aquí.
Excepto por lo de el 31 de noviembre no había pasado nada más que no fuese la rutina: limpiar baños, pasillos, habitaciones, cocina, salón, sala de torturas, hacer camas, recoger, fregar platos, hacer la comida... Después de terminar las tareas domésticas me empezaban a pegar otra vez.Uno de los días de más frío, seguramente nos encontremos en enero, me encontraba limpiando los pasillos. Uno de los mortífagos me cogió y me llevó a una habitación dónde después de pegarme una buena paliza con cuchillos intentaron abusar de mí. Esa fue la gota que colmó el vaso. Estallé en fuego y toda la casa estaba empezando a derrumbarse. Todos empezaron a huir y tuve la oportunidad de escapar. Me desaparecí con las últimas fuerzas que me quedaban y me desmayé cayendo en el suelo de Merlín sabe donde.
ESTÁS LEYENDO
Vivir No es Para Siempre #Wattpad Quality
Fanfiction1° Temporada Lía Lily Potter. La pequeña niña de infancia difícil y juventud complicada se enfrentará a nuevos retos. Nuevo trabajo, enemigos ganados, pero lo más difícil. Hijos. Un gran poder que nunca falla ayudará a Lía a conseguir su objetivo. ...