Batalla Inesperada

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Cuenta Janis.

Semanas han pasado y todas las noches en nuestros sueños tenemos que tener cuidado y prepararnos para poder defendernos.
Los abuelos enseñan a los chicos, y mamá a nosotras dos.
Hemos descubierto que dones hemos heredado de mamá.
Austin, puede ver el aura de los demás; Mark, puede cerrar su mente sin utilizar Oclumancia; Anne y yo heredamos la metamorfomagia, y todos podemos realizar magia son varita y lanzar maldiciones imperdonables, solamente dañando a los que queremos nosotros y aparecernos en lugares que tiene el encantamiento Fidelio; pero yo he heredado también el don de impedir la muerte.
Mamá me ha enseñado a utilizarlo, y es algo realmente práctico.

Sólo queda un mes para que terminemos las clases del tercer curso, y mis dos hermanos mayores y bastantes primos están como locos estudiando para sus exámenes finales.

-Ja, vamos a ver el partido. Recuerda que hoy se sabe quien jugará contra nosotros.- me avisó Xavier.
-Voy.- me levanté de mi sitio en el banco y nos dirigimos al estadio, donde se preparaban para jugar, Gryffindor contra Slytherin.
Todos los alumnos de Hogwarts se encontraban en las gradas y cuando los dos equipos estuvieron preparados se oyó el pitido de comienzo y catorce escobas se elevaron.
El partido se desarrolló con Gryffindor perdiendo a 20 puntos, hasta que James empezó a ascender rápidamente y con la mano abierta cogió la Snitch dorada.
Todo el alumnado de la casa de los leones estalló en gritos, jugarían la final contra nuestra casa. Mark me llamó y vi a mi hermana gemela con él.
-Lo he decidido.- me susurró al oído.
-Nos vemos después.
Me levanté y fui con ellos a las gradas dónde se encontraba el amor de mi hermano.
Anne se acercó a ella y, literalmente, la arrastró hasta dónde nosotros nos encontrábamos.
Mi hermano tragó, se arrodilló ante ella y la tendió una rosa.
-Rose Jean Weasley Granger, ¿te gustaría ser mi novia?
Rose le miró y después a la rosa.
-Claro que sí, Mark siempre estuve enamorada de ti.- los dos se besaron.
Los Weasley lo miraron mal y empezaron a sacar sus varitas, pero nosotras los fulminamos con la mirada y no hicieron nada, mientras que las chicas felicitaron a la nueva pareja. Todos siguieron celebrando y esperaban poder felicitar al equipo vencedor.

Cuando los jugadores tocaron el suelo un estallido se oyó en el interior del castillo y los profesores, al igual que los alumnos más mayores y nuestros familiares y nosotros cogimos nuestras varitas.
Una ventana del Gran Comedor estalló y vimos hechizos volar, pero no veíamos las personas que los lanzaban.
Miré hacia la grada de los profesores y un miedo inmenso me invadió. Mi madre no estaba allí.
Un rayo plateado salió por la ventana y una orca abrió la boca:
-Mortifagos.
Los cuatro hermanos nos aparecimos en el Comedor y quedamos en estado shock.
Veinte mortífagos estaban luchando contra mamá. Estos eran más sólidos que los fantasmas y no flotaban, además de que tenían color.
Empezamos a ayudarla contra ellos. Sólo nosotros cinco sabíamos como derrotarlos y por eso mamá mandó su patronus para avisar de que ya tenía toda la ayuda. La directora, los profesores y varios alumnos, la mayor parte amigos y familiares, intentaban abrir la puerta.
Poco a poco empezaron a desaparecer pero más salían de no se sabe dónde. Las puertas, entonces se abrieron y los alumnos más mayores, los profesores y aurores empezaron a luchar contra ellos. Pero no podían contra ellos, por lo tanto entre los cuatro empezamos a explicarles como hacerlo, pero parecía que no se acababan. Mi madre había desaparecido y tío Harry estaba haciendo de jefe de aurores mientras que tío Ron y tío Draco pedían ayuda a nuestras tías y a los antiguos componentes de la orden del Fénix.
De repente una centena de mortífagos aparecieron y a su vez todos los componentes de la antigua orden y las tías aparecieron para ayudarnos todos ellos. Todos aprendieron rápido y estábamos ganando, pero entonces aparecieron una decena más y la jefa, Bellatrix Lestrange.
-Bonito espectáculo, pero no creo que os sirva de mucho. Nosotros venimos del mundo de los muertos.-anunció.
-Y nosotros también.- dijo la voz de nuestro abuelo, que apareció junto a la abuela, el profesor Albus Dumbledore, el profesor Severus Snape y Regulus Black.
El antiguo profesor de pociones se dirigió corriendo por los pasillos y los demás impidieron que algún mortífago le siguiesen.
-La fiesta puede continuar.- dijo el abuelo, para lanzar el hechizo contra un mortífago y hacerle desaparecer.
Toda la batalla se reanudó y nos dimos cuenta de que los muertos podían volver otra vez, por eso no podíamos acabar con ellos del todo. Dementores entraron, pero los mayores los espantaron con sus patronus, todos hacíamos un buen trabajo y Regulus se acercó a tío Sirius para hablarle mientras varios aurores los escudaban.

Todos empezaron a ser más duros con sus hechizos y los cuerpos de tío Remus y tío Sirius desaparecieron del suelo para aparecer sus espíritus listos para seguir. Me di cuenta de que únicamente yo me había dado cuenta de ello, y parecía que era gracias al tener ese don tan extraño.

Mi madre y el profesor Snape aparecieron a través de las puertas.
Una maldición imperdonable se dirigió hacia tío Harry y a mí no me daba tiempo a llegar, pero mi madre se apareció, con una velocidad increíble y lo empujó dejando que la maldición la diese.
En ese momento todos los muertos desaparecieron como niebla y mi madre cayó al suelo con un golpe sordo.
El primero en reaccionar fue tío Harry, que se acercó a su cuerpo y la cogió.
Mi madre giró la cabeza hacia papá, después hacia todos los demás y finalmente hacia nosotros cuatro, para mirar a Harry y cerrar los ojos para siempre.

Vivir No es Para Siempre  #Wattpad QualityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora