La Última Batalla

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Cuenta Lía.

Abrí la puerta y me encontré a Neville.
-¿Qué pasó?
-Lía, entremos.
Nos dirigimos dentro y se veía que mi novio estaba muy nervioso.
-Quería decirles a todos que somos novios, para que si no llego a sobrevivir muera feliz.
-Neville, yo se que sobrevivirás.
-Por favor.
Respiré hondo. Cogí su brazo y nos aparecimos en Grimmauld Place, donde estaba toda la Orden.
-¿Qué pasa aquí?-preguntó Sirus.
-¿Por qué habéis llegado más pronto de los debido?- añadió Remus.
-Neville quería decir algo.- contesté.
-Pues adelante.
-Necesito también a Harry y a todos.
-Expecto Patronum. Necesitamos una reunión de última hora en mi casa.- el Patronum de Sirius se dividió en varios y se fue.
A los quince minutos llegó toda la orden y mi novio empezaba a sudar y temblar.
-Bueno... yo...
-Adelante, tu puedes valiente.- le alentó Ginny con una sonrisa.
Neville tragó seco y me hizo una seña.
-Ginny, Hermione, Angelina, Katie, Audrey, Fleur, Tonks, Molly, Luna, Astoria,. ¿Podríais sujetar a Harry, Draco, Sirius, Remus y los Weasley?
Las chicas lo hicieron.
-Ya puedes.
-Gracias.- Neville dio un paso adelante, se arrodilló ante mí, sacó una cajita y la abrió. Había un anillo de oro blanco y con un pequeño diamante en el medio. -¿Quieres acompañarme toda la vida?
Empecé a llorar de felicidad. Los chicos se habían intentado saltar contra Neville, pero las chicas los pararon con un hechizo, les fulminaron con la mirada.
-Claro que sí.- contesté, mientras mi ahora prometido deslizaba el anilli por mi dedo. Cuando terminó me dio un apasionado beso en los labios.
-¡Al fin!- exclamó Ginny. -Pensamos que nunca darías el primer paso Neville.
-Enhorabuena, chicos.- nos felicitó Luna.
-Enhorabuena, tomaste medidas al ver que tu hermano se casaba antes que tú- dijo Hermione.
-Ja ja ja ja. No era por eso. Esto ha sido una sorpresa también para mí.
-Enhorabuena mi sobrinita.
-Gracias tía Molly.
-Enhorabuena, espero que seáis muy felices.- nos dijo Tonks.
-Ya podéis quitarles los hechizos.
En cuanto lo que les mantenía quietos desapareció todos cogieron sus varitas y apuntaron a Neville.
-¡Neville no le toques un solo pelo, en nombre de toda su familia de primos!- amenazó Charlie.
-¡Longbottom, como vea una sola lágrima de parte de mi hermanita por tu culpa, olvidaré que somos amigos y acabarás en San Mungo por un mes!- amenazó Harry. -Hermanita, enhorabuena. Si este te hace algo me lo dices y le hago pagar.
-Neville Frank Longbottom, ten cuidado con lo que le haces a mi pequeña ahijada, no te vayas a quedar sin descendencia.
-Neville, bienvenido a la familia Potter, y sus amigos, tíos, padrinos... Solo te digo que no quiero tener que hacer algo que habría hecho James si le haces daño a la niña de mi amigo.
-La cuidaré con mi vida.- murmuró Neville sudando, pero con una sonrisa en el rostro.
Todos nos felicitaron, pero la hora llegó.
-Felicidades adelantadas por 1 hora y 2 minutos.- le dije a Hermione.
-Gracias, pero preparaos.
Cogimos el translador y a los dos minutos sentí esa sensación. Llegamos a un cementerio, muy conocido para mi hermano y para mí.
-Es el cementerio en el que Voldemort volvió en el 1995.- les expliqué. -Estad alerta. Id a por los demás.
Se oyeron varios chasquidos y me quedé sola en el cementerio. Me senté en el suelo y cerre los ojos. La concentración era tal que solo oía algo muy lejano.
Estuve así como una hora y algo más. Abrí los ojos. La batalla había comenzado.
Los duelos se veían por todas partes, los policías se habían ido y se les había borrado la memoria. (N.A. Dylan y Tiana no estaban en el cementerio y no sabían nada.)
-Avada Kedavra.- exclamó un mortífago muggle. La maldición dio contra Sirius, pero él ni se dio cuenta.
-¡Por qué no estas muerto!- preguntó gritando el que había realizado la maldición.
-Porque tú no eres tan bello, como yo.- dijo Sirius haciendo una de sus poses.
-Avada Kedavra.- exclamó Draco, este no deja viejas costumbres ni los demás. El mortífago contra el que estaba luchando cayó al suelo.
-¡Por qué nosotros morimos y vosotros...!
-Petrificus Totalus.- dijo Blaise. -Ya estaba siendo muy plasta.
Un auror se llevó al mortífago muggle al ministerio.
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Solo faltaban cinco mortífagos, pero nosotros habíamos tenido bjas por heridas de bala y algunos magos y agentes habían tenido que abandonar, para ir al hospital a curarse. A los que eran mortífagos muggles les habíamos borrado la memoria y cinco aurores encargados los llevaban al ministerio dónde tenían el antídoto para que no murieran.
Solamente estábamos el cuarteto de oro luchando. Draco había tenido que irse al Astoria ser herida por una bala, Neville había sido herido en un brazo, Sirius había ido con Remus, quien tenía una herida en el estómago y era muy grave. Yo me enfrentaba a dos, mientras Harry se enfrentaba a otro, Ron a otro y Hermione al que faltaba. Conseguí tumbar a uno y un auror apareció allí para llevárselo. Mis compañeros habían tumbado a los tres y también, ya estaban en el ministerio. Los tres querían ayudarme, pero Hermy estaba con una herida en la pierna. Yo seguía luchando efusivamente contra Rookwood.
-Ron, lleva a Hermione a San Mungo, ya. Es una orden.
Ron se desapareció. Harry intentó ayudarme pero se lo impidió una maldición Cruciatus que le dio y estaba en el suelo temblando, mientras gritaba de dolor.
-Asqueroso mortífago. Eso es jugar sucio.
-No sé que te esperabas, Potter. Avada Kedavra.- la maldición se dirigía a mi hermano, me interpuse entre la maldición y él, y la conseguí disipar.
-No te atrevas a tocar a mí hermano.- susurré.
-La niña se enfada.- se burló el mortífago.
-¡Ni se te ocurra volver a atacar a mi hermano!- exclamé mientras notaba que mis pies no tocaban el suelo. -¡Harry, vete! Y no intentes buscar una escusa.- mi hermano se desapareció indignado, pero hacia falta que se fuera. Notaba que explotaría, y no quería matarlo.
-No me das miedo.- se mofó el mortífago.
-No te creas tan fuerte, porque no lo eres.
-No me asustas. Te tuve bastante tiempo bajo mi dominio. Sé controlarte.
-Eso ya lo veremos. Expelliarmus.- él con su varita paró el hechizo.
Toda la energía que había acumulado al estar en el aire salió disparada a mi alrededor y le dio, dejándolo en el suelo, casi muerto, pero aún con fuerza.
Una luz plateada se dirigió hacia otro lado, pero yo seguía mirando a Rookwood.
-No sólo sé utilizar la magia.- dijo sacando una pistola. Me apuntó y disparó. La bala me dio en el abdomen, noté como me traspasaba y la sangre empezaba a brotar de mí. Con las últimas fuerzas que me quedaban maté al mortífago.
-Sectumsempra.
Al tocar el suelo tosí... sangre.
Caía al suelo y todo a mí alrededor se volvió negro.

Vivir No es Para Siempre  #Wattpad QualityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora