Te Encontré.

4.

Me despierto por el ruido de la licuadora en la cocina y lo primero que veo son las maletas en mi habitación. Ayer me llamaron de la facultad, no podía mudarme aún porque había un problema con el ascensor o algo parecido, así que me dijeron que me quedara en casa aunque tuviera una clase pendiente.

No quise bajar, así que cuando me levanté me vestí sabiendo que ya se hacía tarde para la primera clase, me puse unos vaqueros y una camisa de cuadros. Las mangas me llegaban a las manos, pero la recogí hasta mi antebrazo. Amarré mi cabello en un moño, me coloqué las mismas converse y salí con las maletas en la mano.

Iba a bajar, pero escuché un suspiro detrás mío, lo que me hizo voltear rápidamente encontrándome con Connor.

-¿Qué pasa compañero? ¿Quieres una foto?

-Te exijo que cambies de forma.

-¿Acaso te parezco un transformer?

-He escuchado como los chicos hablan de ti, como dicen cosas y no quiero tener que... -Interrumpí su discurso.

-Fíjate que no vas a tener que hacer nada, sé cuidarme sola. -respondí volteándome para seguir bajando las escaleras.

Cuando bajo me encuentro con mi papá terminando de hablar por teléfono, y saludo a Sasha quien estaba inusualmente seria. Roger terminó de hablar por su celular y nos miró exclusivamente a mi.

-Tengo que viajar. -soltó. ¡Como diablos! ¡Lo prometió! Mi expresión no era buena porque se apresuró a volver a hablar. -Tengo que viajar y no estaré por unos cuantos meses y necesito que durante no me llamen ni se comuniquen conmigo, es peligroso. -terminó de hablar, y si el pensaba que eso ayudaría a mi pensar estaba realmente equivocado.

-Dinos ya que es lo que escondes, no utilices esa maldita excusa para todo. -le dije molesta levantándome de la mesa.

-No empieces.-advirtió.

-¿Quien eres tú para mandarme Roger? -le pregunté totalmente seria y escuché como Sasha ahogaba un grito. Roger me miraba sorprendido y decepcionado. -Y no digas que eres mi padre, porque esa sería una enorme mentira.

-¡Elle! -rugió.

-Anda, habla. ¿Por qué es peligroso? -pregunté.

-Lo es y punto. -me respondió mirándome como nunca, totalmente enojado. -No pienso discutir contigo.

¡já! ¿Cree que me quedaré callada?

-¡NADA! ¡Prometiste que no viajarías más desde que murió mama! ¡Prometiste que estarías para mí desde que murió, porque nunca lo estuviste cuando estuvo viva!

Estaba temblando y mis palabras se enredaban, podía sentir como la rabia emanaba de mi.

-¡Lo sé! ¿Crees que no lo sé? ¡Esto es importante!

-¡DIME! ¿Que es más importante que tus hijos? -respondí acercándome a el.

-Elle. -me sujetó Sasha intentando que me tranquilizara pero me safe de un manotazo.

-Ya pueden cuidarse solos, no necesitan a nadie, además van a estar en la universidad, ahí hay máxima seguridad.

-Te informo que no es una guardería es un internado.- repliqué.

-¿Disculpa?- volteó a verme con la cara irradiando furia.

-Papá. -Connor se levantó de la mesa.