La ultima noche

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El viernes sintió durante todo el día el delicioso tirón de la expectativa en su vientre. Connor le había dicho que esa noche iba a ser algo especial. Iban a tener un observador, el nunca la había compartido, el nunca la había tocado más que con las fustas o el látigo o su mano firme azotando su piel. Nunca había estado dentro de ella y las pocas veces que a había besado nunca había sido un beso crudo y sexual siempre había sido algo tierno y protector. Si... era un placer sentirlo acabar en su piel pero jamás lo había hecho en su boca... ella lo deseaba pero él jamás cedió en esos años de ser su dominante.

El la llamo para que vaya directamente por su oficina. Estaba cenando con quien sería su invitado y no quería que ella lo viera. Un momento después de llegar apareció el con dos copas de chardonay.

_ Estas preciosa_ murmuro el besándole la frente. Ella sonrió. El era tan guapo a su edad, tan hombre.

_ ¿no me vas a contar quien nos va a acompañar hoy?_

_ libe si hubiera querido que lo sepas ya te lo hubiera presentado, pero es un nuevo socio y quiere mantenerse en la oscuridad por ahora, está buscando una nueva sumisa, pero es muy exigente, estuvo con algunas chicas del local pero ninguna lleno sus expectativas_

_ ¿ninguna es lo suficientemente buena para él?_ dijo algo despectiva

_ está buscando algo extraordinario..._ dijo el mirándola a los ojos de esa manera en que la hacía estremecer_ quiero decirte algo importante princesa..._ murmuro acercándose al sillón donde ella se había sentado, tomándole las manos miro a sus hermosos ojos violeta y dijo_ es hora de que deje de ser tu amo..._

_no... por favor Connor yo no quiero a nadie más, no podría confiarme a nadie más..._ le murmuro ella con tristeza

_ preciosa vos sabes que te adoro pero la verdad es que necesito estar con alguien que conocí y ella de verdad me gusta en todos los sentidos... tiene mi edad y es maravillosa..._ comenzó a decir

_ Y sos tan noble que no estarías con ella mientras yo sea tu sumisa aunque nunca me hallas hecho tuya_ murmuro ella con tristeza

_ quiero una relación sincera en todos los aspectos hermosa y vos y yo sabemos que no podemos seguir... perdóname amor..._ le susurro el abrazándola.

_ ¿cómo podría no perdonarte si renunciaste a todo por mí en estos años? Seria egoísta de mi parte no dejarte ir..._ dijo ella perdiéndose en su abrazo_ ¿podría conocerla?_

_ si amor, te lo prometo, pronto..._ murmuro él con ternura besándole la cabeza. Entonces se alejo_ no creas que por eso voy a ser indulgente con vos esta noche, te portaste mal, y encima se que pasaste por otra cama..._ la tomo del pelo con fuerza_ en el cuarto negro, te quiero en la puerta en quince minutos nena... solo ese conjunto que deje en la bolsa de mi escritorio_ la voz de él era dura y firme, los ojos de ella se posaron en su boca con una mirada llena de deseo, se mordió los labios con lujuria... lo deseaba y el a ella por primera vez... entonces tomo su boca, esta vez con fuerza y pasión como un beso de despedida. Ella se froto contra él y le susurro

_ solo una vez... por favor Connor... solo una vez quiero sentirte...para despedirnos... te juro que va a quedar entre nosotros..._ le murmuro ella mientras acariciaba su erección.

Y por primera vez en tantos años Connor realmente sintió el deseo arder sin control por sus venas y no quiso evitarla como hacia siempre. La tomo en brazos y la llevo al escritorio. Le subió el vestido y le arranco la tanga de seda mientras ella gemía. Se arrodillo y comenzó lamerla con su lengua experta. Ella gimió dejándose adorar mientras se venía en su boca. El se puso de pie y bajando el escote de su vestido se apodero de sus pezones mordiéndolos y chupándolos con placer por un largo momento haciéndola gemir. Ella se arrodillo de golpe y abrió sus pantalones. Con todo el placer puso en su boca el magnífico miembro de Connor como tantas veces lo había imaginado. El gemía mientras enroscaba su mano en su pelo. Entonces la levanto de golpe y la sentó en el escritorio, tomo un preservativo de la caja a un lado y se lo coloco sin dejar de consumir su boca. La penetro de golpe sabiendo que ya estaba húmeda para él. Libertad gemía entregada y el sentía el éxtasis de estar dentro de ella. Llegaron juntos al final mientras Libertad temblaba en sus brazos y él se liberaba con fuerza. Un momento después la ayudaba a componer su ropa y la besaba con fuerza.

_ En quince minutos... gatita..._ le susurro al oído antes de irse. Cuatro años de espera habían valido la pena para los dos.

Ella tomo lo que le quedaba del chardonay y abrió la bolsa. En ella había un hermoso conjunto de encaje blanco exquisito y fino. Y una bata de seda blanca con medias al muslo haciendo juego. Se vistió y se miro al espejo, se veía exquisita.

Fue a la puerta que él le había indicado. Un momento después apareció Connor.

_ Preciosa gatita..._ le murmuro al oído mientras ella se estremecía_ cierra tus ojos..._ le dijo él, entonces los cubrió con un antifaz ciego que hacia juego con la ropa interior que ella llevaba. La tomo de la mano y la hizo entrar a la habitación. Le hizo una seña a Octavio que ya estaba dentro esperándolos. Tomas se quedo observando la escena en un rincón en absoluto silencio.

Connor le quito la bata dejándola en ropa interior y tacones.

_ gatita, voy a presentarte a nuestro invitado, el no hablara podes llamarlo señor... el solo te dará una caricia_

_ Buenas noches señor..._ murmuro ella con una voz muy diferente a la segura y autoritaria que usaba siempre en la oficina. Octavio acaricio con sus nudillos el largo del brazo de Libertad con cuidado y al final tomando su mano se inclino y la beso. Ella se estremeció ante la caricia. Connor la llevo de la mano hacia la barra y llevo sus brazos hacia arriba. Aseguro sus muñecas y luego aflojo las sogas. Se acerco a ella por detrás y murmuro

_ De rodillas gatita..._

Ella obedeció sin dudar un segundo y cayó en trance.

Octavio observaba la escena. Connor se movía alrededor de ella con una seguridad implícita. Ella se entregaba, gemía ante cada golpe de la fusta, llegaba al orgasmo temblando y se volvía a entregar. Connor cambio al látigo trenzado de varias colas. Primero acaricio el cuerpo de Libertad con él. Ella gimió al reconocer su roce. El usaba palabras firmes y cortantes en su oído antes de cada golpe. Ella se retorcía de placer. Cuando llegaron al final Connor acabo sobre el vientre tembloroso de Libertad. Ella estaba radiante, respirando agitada, con unas bellas marcas sobre su culo blanco.

Octavio se acerco y me murmuro algo a Connor, el asintió sonriendo.

_Nuestro invitado quiere agradecerte por haberlo dejado observar gatita..._ le murmuro mientras ella seguía de rodillas. Octavio se arrodillo a su lado y con una mano comenzó a acariciar los pezones de Libertad con seguridad haciendo que ella comience a gemir. Con la otra comenzó a acariciar entre sus piernas. Su pulgar acariciaba firme su clítoris ya hinchado por el placer y dos de sus dedos entraron en Libertad llevándola al orgasmo en pocos minutos. Mientras ella aun temblaba él se acerco a su cuello y lo beso. Ella se estremeció.

_ Nuestro invitado se retira gatita_ le dijo al oído. Octavio se acerco a Libertad y acaricio su espalda con la yema de sus dedos de punta a punta. Y sonriéndole a Connor se retiro de la habitación con tomas.

El comenzó a soltarla. La tomo en brazos y la llevo a la cama mientras le liberaba los ojos. Limpio el semen del vientre de Libertad y le dio agua. Comenzó a acariciarle los brazos adormecidos con ternura.

_ fue increíble gatita... nunca podría olvidar esta noche en ningún sentido_

_ Yo tampoco amo..._ le murmuro ella llamándolo así por última vez.

Esa noche Libertad se durmió llorando. Iba a extrañar a Connor, su manera de contenerla era vital en su vida. Pero justo antes de cerrar los ojos recordó el aroma del invitado. Un aroma que le parecía familiar. Mientras el sueño la invadía trataba de recordar donde había olido ese perfume en particular antes y justo cuando el sueño la atrapaba un nombre se asocio con el perfume... Octavio...

El sábado por la mañana fue a la oficina, tenían que reunirse con Esteban y Octavio para estudiar algunos proyectos que se habían presentado en la empresa. Despertó con el mismo pensamiento con el que se había dormido. Si había algo que Libertad no admitía las dudas en su vida. Por más que las verdades fueran dolorosas siempre eran mejor que la duda o la mentira.


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