Capítulo VI - La primera vez

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VI – La primera vez

La salud mental está muy marcada por el relativismo cultural y es interesante como tener una buena salud mental nos ayuda a no desenfocarnos. —dice la profesora de psiquiatría en su clase.

Rael está más pendiente de su novia que de la clase y tampoco hace silencio por lo que la profesora Dra. Ampary Reyes —le grita.

—¡Rael! En vista de que su charla es más interesante que la clase, cuéntenos sobre que hablan ustedes!

— Bueno profe, no querrá usted saber lo que estamos hablando. —contesta Rael, un tanto perdido.

—¡Cuéntenos! — insiste la Dra. Ampary Reyes.

—Eh eh, lo que pasa es, qué tenemos una fiesta está noche y estamos discutiendo si llevaremos condones. —dice esté, sin vergüenza alguna delante de sus compañeros de clase.

La Dra. Piensa que eso es insólito sobretodo porque los jóvenes de hoy solo quieren sexo en su mayoría, aunque por lo menos prestan atención a las protecciones y piensan en los riegos, pero saben que este tema de la salud mental los orienta de manera significativa sobre qué cosas son apropiadas para tener una buena salud mental. —Por ejemplo una mujer que se acueste con el esposo de su amiga no tiene una buena salud mental para respetar a su género. —explica su colega la Dra. Delta quien está presente en el aula de clase.

La profesora se preocupa por estos jóvenes como madre que es, entiende que la juventud no se puede perder entre los jóvenes y muchos necesitan de personas que los hagan ver qué cosas son importantes. ¿Que habrán momentos para quemar etapas? Porque querer llevarse el mundo por delante muchas veces solo acarrea más problemas a largo plazo que pueden perturbar la manera de cómo se adapten en el futuro a la vida que llevarán.

—Nos veremos en la próxima clase, ¡recuerden el parcial! —grita la profesora, cuando suena la campana de cambio de hora.

Darling y Araiza después de cuatro años conociéndose van por todo. Es momento de que su amor pase de palabras a hechos. El bibliotecario en un sin número de ocasiones les ha dejado las llaves de la biblioteca para qué así adelanten sus trabajos porque son unos de los pocos que presentan amor por los libros. Darling la cita en la biblioteca esa noche para que ella lo ayude con su tesis, pero las velas y los pétalos de rosas entonan la entrada hasta un cubículo grupal donde hay una sabana en el suelo cubierta de rosas blancas y rojas, en el centro un corazón que dice—. ¡Araiza Te amo! Ella quedando estupefacta cae rendida en sus brazos.

—Darling, si que estoy preparada para entregarme a ti, ¡hazme tuya!

Aquel cubículo es de un tamaño promedio y apenas caben los dos recostados y se pueden estirar. Darling le quita la blusa roja que ella lleva, acariciando así su cadera y besando su cuello hasta dejarla ruborizada. Él la toma de sus brazos y entre tantas caricias, hacen que su amor sea consumado y recordado para toda su vida.

—¡Te amo! Y te amare aún cuándo la vida me arranque el corazón. —dice Darling, quien se pierde entre las curvas de su amada. El aroma de la primera vez por más cruel que fuese, tiene que pasar mucho tiempo para olvidarse, o por lo menos para darse la oportunidad de repetir, como si fuese la primera, para reemplazar ese recuerdo malo que nos convirtió en aprendiz.

Esa noche ha sido la mejor para ellos. El amor quesienten los llevo a experimentar el roció de sus cuerpos que junto al lucerodel alba fue lo mejor que sus miradas han contemplado.

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Araiza [La médico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora