Araiza [La médico]

Capítulo XIV - Araiza conoce a Leónidas Trujillo

XIV – Araiza conoce a Leónidas Trujillo

Como todos los matrimonios Araiza y Darling van en subida y bajada no dejando que las adversidades se interpongan en lo que sienten o en su respeto del uno por el otro. Como hombre al fin, él tiene sus aventuras con algunas mujeres y como es un amante de la discreción solo tiene intercambios sexuales con mujeres que conoce en otros países cuando va a sus congresos internacionales de neurología.

Se necesitan los mejores especialistas del país para entrenar a militares en Monte Cristi, los cuales fueron elegidos del Hospital Central de Santo Domingo por sus grandes aportes a la medicina y ser el mejor hospital universitario de la época.

En ese viaje es cuando Araiza conoce a Leónidas Trujillo, un joven militar conocido por no tener escrúpulos en cuanto a apresar a los delincuentes se refiere.

Leónidas es un hombre muy sensible, está a cargo de cuidar a su abuela, pues, es el único pariente que le queda vivo. La cuida con desveló y le facilita la vida a tal escala que ella no tenga que hacer esfuerzo sobre nada.

—Estamos aquí reunidos para explicarle conocimientos básicos de primeros auxilios por si se le presenta alguna urgencia en su trabajo.

Leónidas levanta la mano para preguntar cada vez que le surge una interrogante y por eso no pasa desapercibido ante Araiza. Ella nota que es un joven con una gracia muy particular que enamora a todas las mujeres que se encuentran cerca de él.

—Doctora. He visto que usted está muy preparada y que su manera de explicar es muy practica para nosotros los militares que estamos interesados en adquirir conocimientos en la materia.

—Me alegra saber que están interesados. Espero usted pueda sacarle el mayor provecho lo hago con mucho gusto.

—A propósito mi nombre es Leónidas Trujillo.

—Yo soy la doctora Araiza Carrasco de Lemuel.

—Mucho gusto sé que nos llevaremos muy bien. —dijo él, con cierta lujuria en sus palabras.

—Bueno, me tengo que ir un placer. No veremos en treinta minutos en la próxima clase.

—Allá nos veremos.

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