Él-Capítulo 3: La chica del cabello rosa

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Al día siguiente, sentado en el sillón, sonaba en mi mente una y otra vez lo que Juan me había contado el día de ayer. Su voz en mi recuerdo me traía escalofríos luego de enterarme lo que él era en realidad, la voz como como si me hipnotizara sonaba dentro de mí.

― "Oí sobre tu problema, te andan buscando pero lo que a ti te interesa es saber dónde encontrar a esa mujer" ― no frenaba, el sonido logro que me doliera la cabeza, era una sensación horrible ― "Puedo ayudarte, encontrémonos" ― había un eco y ya no era un recuerdo, era alguien hablando en mi mente pero no me iba a dejar persuadir.

Juan era un demonio, el cual quería entrar en mi mente para convencerme y llevarme a su trampa.

La mañana paso y por la tarde golpean la puerta, al abrirla no encontré a nadie, luego mire hacia abajo y vi un pequeño pajarito.

<< ¿Quién pudo dejarlo allí? Pobrecito >> pensé

Pero el pequeño se convirtió en un cuervo que luego comenzó a crecer sin detenerse como una película de terror indeseable, una ráfaga de viento empezó a sentirse, el cuervo desapareció de mi vista, cuando una nube oscura tapo mi cuerpo y comenzó a llevarme. Podía ver como todo el camino que ya había recorrido durante estos días pasaba más rápido de lo normal, detrás de lo que me movía podía ver como desde lejos Dimitri me seguía el rastro, luego de eso me desmaye.

Al despertar estaba en una habitación oscura, atado de pies y manos.

Mire mis manos y como por arte de magia, las cuerdas se desataron solas. Había una pequeña luz en ellas, otra vez algo que no podía entender era inexplicable.

Me acerque a la puerta y observe por la cerradura, podía ver como Juan estaba sentado en un sillón tomando un vino, de pronto veo que su mirada se corre y mira la cerradura, sonríe exclamando.

― ¡Adelante! Pasa.

Abro la puerta y lo miro seriamente.

― ¿Qué estás buscando de mí, Juan?

Juan se ríe y contesta.

― Creí que esta conversaciones iba a ser de tu chica.

― secuestras a una persona y crees que se habla de otro tema.

Él se queda pensativo pero luego responde.

― Estamos interesado en la misma mujer ¿Cuál es el problema? ¡Pero si! Es cierto, hablemos de lo importante ¿No te asusta estar frente a un demonio?

― E vivido muchas cosas para andar asustándome.

― Ja, ja, ja, ja ― Juan reía más fuerte ― ¡Eres divertido! Pues bueno, es cierto, pronto serás un ángel, es obvio el valor que tienes que tener ¡Te felicito! Incluso te desataste solito, yo iba a hacerlo pero se me fueron las ganas de desatarte, ja, ja, ja ― siguió riendo pero no me iba a asustar.

Sonreí y le dije.

― Ya que no me vas a responder y estabas apunto de desatarme ¿Puedo irme, no?

A Juan se le fue la sonrisa de la cara y comenzó a hablar serio.

― Aun no terminamos de hablar.

― ¿Y de qué quieres hablar?

― Amistad y negocios ¿Ya te lo dije, no?

― Y yo te dije que lo pensaría pero ya que me secuestras ¿Seguro que ya sabes mi respuesta, no?

Juan se levantó del sillón, apoyo el vaso en una pequeña mesa y se acercó a mí.

― Se llamaba Naiara, sigue siéndolo, pero ahora es un ángel iniciado que se dedica a evitar que la gente se suicide ― el miro hacia arriba, caminando para el costado y siguió hablando ― ¿Cómo se llamaba eso? ¡Ah sí! "cuida almas". Muy interesante, alguien que se suicidó evita que otros lo hagan ― sonriendo me miro y continuo ― ¿Aún sigue sin interesarte?

Antes y después de mi muerte (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora