Mi Cocina, Mis Reglas.

230 23 6
                                    

John.

Camino de un lado a otro intentando saber donde buscar a Colleen...

Un lugar a donde ella siempre recurra cuando este triste...

¡La poesía!

Tomo las llaves de mi carro y bajo apresuradamente.

Conduzco rápidamente hasta llegar al frente del gran teatro.

Una vez que estoy delante de aquel siento mi corazón latir más rápido, son las diez de la mañana, en el teatro a esta hora no hay nadie, pero yo siento que ella va a a estar allí.

Entro al gran teatro poco a poco, llego a la parte trasera de este y la veo... Esta allí... Montada en el gran escenario con los ojos completamente cerrados, a punto de decir todo lo que viene a su cabeza y hacerlo poesía.

Toma un suspiro antes de comenzar.

Recuerdo la vez que te vi, siempre la recuerdo.

Recuerdo la mala impresión que tuve de ti la primera vez.

Recuerdo nuestra tonta discusión.

Recuerdo nuestro primer abrazo.

Recuerdo cuando tu perfume me cautivo.

Recuerdo cuando me comenzaste a atraer.

Me negaba a aceptar que me gustabas, a pesar de que todo indicaba de que así era.

Mi vida no estaba preparada para amar.

Mi vida no sabía que era enamorarse.

Enamorarse con pasión y por completo.

De lleno y sin límites.

Sin pausas.

Sin preocupación.

Sólo amar...

Y ser amado.

Fuiste mi primer beso...

Tus labios me llevaron un segundo al cielo.

No puedo creer todo lo que me hacías sentir.

No puedo creer que te he dejado ir.

No puedo creer que te extrañe tanto así...

El auditorio se queda en silencio, ella aún está con los ojos cerrados.

Tomo aire antes de comenzar a hablar.

Se que es este momento me imaginas.

Al salir las primeras palabras Colleen abre los ojos, nuestras miradas se encuentran a lo lejos, ella simplemente queda en shock.

Tomo de nuevo aire y continuó mis palabras mientras camino lentamente hacia ella.

Conocí a una chica.

Una chica simplemente maravillosa.

De esas chicas en las que no puedes dejar de pensar.

De esas que tienen el poder de hacerte desvelar sólo para que pienses en ellas.

Todo en ella es perfecto, sus hermosos ojos, sus delineados labios, su carita de Ángel.

Su dulzura me cautiva y su sonrisa me mata.

Eso es lo que más me gusta de ella, su pequeña sonrisa, esa que te mueres por besar.

Recuerdo nuestros días juntos, ella acurrucada en mi pequeño, yo jugando con su cabello.

La veía dormir, podría observarla siempre mientras duerme, se ve hermosa.

Extraño sus abrazos.

Extraños sus besos.

Necesito de sus besos.

Quiero probar de nuevo sus labios.

Su mente era una biblioteca, y yo quería leer todos los libros.

No puedo caminar más porque ya estoy delante de la ella.

Nuestras miradas están atadas y es imposible separarlas.

Sólo quiero un beso de ella en este momento... -Susurro sin dejarla de mirar.

Me acerco más a Colleen, cierro los ojos por un segundo para prepararme para lo que diré.

-Personame por ser un tonto, nunca he dejado de pensar en en ti en estos cuatro años, has aparecido en mi mente en cada momento en cada segundo, Colleen te amo, siempre lo he hecho y siempre lo haré. -Tomo su rostro y lo acerco al mio, nos hundimos en un extraordinario beso, sus labios hacen que todo mi cuerpo viva de nuevo, extrañe mucho sus labios.

-Te amo cáncer de Agustus. -Dice Colleen finalizando el beso.

-Te amo hija de Snow.

Ambos sonreímos y nos volvemos a unir en un perfecto y glorioso beso.

Colleen es ese tesoro que yo encontré.

FIN.

ElocuenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora