John.
Al llegar a la puerta me encuentro con la persona que menos me quería encontrar en éste momento, el Hulk.
-¿DÓNDE ESTÁ COLLEEN? –Me grita. -¿DÓNDE?
-Eh... Co... Colle... no... ehm...
-Aquí estoy Stephen, ¿qué quieres?
La voz de Colleen me sobresalta un poco, trago saliva, esto no se pondrá bien...
-¡Te vienes conmigo Colleen! –Grita el Hulk.
-¿Irme contigo? –Dice Colleen y ríe sarcásticamente. -¿Quién eres? ¿Mi padre? Por favor.
-Si quieres le digo a tu padre que te venga a buscar, claro, tendría que sacarlo de la tumba.
-¡IDIOTA! –Grita Colleen, ese comentario le debió doler.
John concéntrate, defiende a Colleen, defiéndela.
Pero... ¿Y si me da otra paliza?
Lucha por lo que quieres John.
La última vez que me golpeo me dolió mucho, así que esta vez puede ser peor.
¿Quieres a Colleen? DEFIENDELA.
Sacudo la cabeza esfumando mi debate mental, miro al Hulk el cual se encuentra gritándole a Colleen, nadie le grita a Colleen, nadie.
-¡Ella se queda! –Digo en un tono seco y seguro, soné rudo ¡GENIAL!
¡Concéntrate John! –Grita mi conciencia.
-¿Qué se va contigo? –El Hulk mira a Colleen y luego a mí, antes de soltar una carcajada. – ¿Quieres que te de una paliza de nuevo? Te aseguro que esta vez terminaras muerto...
Trago saliva y respiro profundo antes de volver a hablar.
-No eres quien para llevártela, ¡se queda aquí!
-¿Y quién lo dice? ¿Tú?
-Sí, yo.
-Me la llevare y nadie me lo impedirá.
-No lo harás. –Refuto escupiendo las palabras.
-Mira como lo hago.
De un momento a otro un empujón me hace caer al piso, el Hulk toma a Colleen y la tira en su hombro como un saco de papa mientras sale corriendo, Colleen grita y lo golpea pero él ni se inmuta.
¿Qué hago? ¿Qué hago? No sé qué hacer ¡Dios!
-¡Llama a la policía John! –Grita Colleen.
¿Llamar a la policía? ¡Sí! ¡Llamar a la policía!
-¡POLICIA, POLICIA, POLICIA! –Comienzo a gritar.
¡Por teléfono John! –Grita mi conciencia.
Reacciono y noto lo idiota que me veo, me levanto del piso y corro dentro de mi departamento en busca de mi teléfono, una vez que lo encuentro marco a la recepción.
De inmediato me atiende la recepcionista.
-¡John! –Dice alegrem+ente.
-Sí, soy yo. Ehm, mira un gran hombre va bajando con Colleen, no lo dejes salir.
-¿Quién es Colleen?
-¡Eso no importa, solo no lo dejen salir del edificio!
-Ok.
Cuelgo y le marco a la policía, mis manos tiemblan demasiado y se me hace difícil marcar los números, finalmente logro marcar todos los números y llamo.
-¿Policías? Mire, hay una emergencia en el edificio ''El Laberinto'' de la calle 7. Un Hulk, digo, un gran hombre está secuestrando a mi novia, por favor, ayúdenme.
Los policías toman mi orden de inmediato, me dicen que llegaran lo antes posible.
Tomo las llaves de mi departamento y mi teléfono, algo de éste y corro hacia la planta baja.
Una vez abajo me encuentro con el Hulk de espaldas a mí, tiene a Colleen aún en su hombro y discute con los oficiales.
Los oficiales no están en su mejor forma, por lo que el Hulk puede acabar con los tres en un santiamén.
Veo a mi izquierda y me encuentro con un extintor ¡bingo!
Me acerco a él y lo saco, lo coloco en mi hombro y camino lentamente hacia el Hulk, Colleen alza su vista y me ve, le hago señas para que se mantenga callada, cuando estoy lo suficientemente cerca para golpearlo, él voltea y toma el extintor en el aire.
¡Listo! ¡Aquí quede! ¡Hoy es el día de mi muerte! ¡Están todos invitados a mi funeral! ¡Lleven tulipanes blancos por favor!
-Tengo unos buenos reflejos idiota, veamos si los tuyos son tan buenos como los míos.
Está a punto de golpearme en la cabeza con el extintor, cierro los ojos y protejo mi rostro con mis brazos.
-Baje el extintor señor, si lo lanza le aseguro que estará más tiempo en la cárcel de lo que ya tiene estipulado. –Dice una voz grave.
Alzo mi vista y me encuentro con los oficiales a su espalda, todos están apuntándolo con sus armas.
¡Gracias Diosito! ¡GRACIAS!
Tomo una postura recta y le dedico una sonrisa de superioridad a Stephen, el me mata con la mirada y voltea para enfrentarse con los oficiales.
-Baje a la señorita. –El la baja lentamente y alza sus manos.
Colleen corre hacia mí y nos hundimos en un abrazo, ella comienza a llorar como una niña pequeña, yo la abrazo y dejo cortos besos en su cabeza.
Luego de contestar unas cuantas preguntas de los oficiales subimos a mi departamento, la guio a mi habitación y la siento en mi cama.
-Acuéstate, te iré a preparar un té. –Ella asiente y yo salgo hacia la cocina.
Al volver a mi habitación con la taza de té me encuentro con Colleen totalmente dormida.
Tomo una manta y la arropo, dejo un beso en su frente y salgo de la habitación.