John.
Han pasado doce horas, tres minutos y treinta y siete segundos desde mi entrevista.
Aún no me llaman y estoy preocupado ¿debería estar preocupado? ¿No? ¿Sí?
¿Ellos me van a llamar, cierto? ¿Sera que no le gusto alguna de mis respuestas? ¿Debí ponerme la camisa azul en vez de la blanca? ¿Mis zapatos no estaban lo suficientemente limpios? ¿Será que no le gusto mi corbata? Lo más correcto es que me llamen así será para decirme que no entre.
El teléfono suena y pego un brinco dejando caer el libro que tengo en mi regazo, corro de mi cuarto a la sala, llevo medias puestas por lo que en el recorrido me resbalo unas cuantas veces y casi dejo mis dientes clavados en el suelo. Llego a la cocina y tomo una bocanada de aire antes de tomar el teléfono.
—Buenos Días, ¿con quién tengo el placer de hablar?
—¡Hijo querido! ¿Desde cuando tanta formalidad?
Es mamá... No les voy a mentir, me siento decepcionado de escuchar su voz, no era la persona que esperaba al otro lado de la línea.
—Hola mamá, pensaba que eras el Sr. William, solo eso.
—¿Aún no te ha llamado?
—No, aun no.
—No te desesperes querido, en cualquier momento lo hará.
—Sí bueno, estoy muy nervioso, trabajar para la editorial Shakespeare es mi sueño.
—Sí querido, eso lose. Bueno ahora te llamo, acaba de llegar tu tía.
—Ok, le das saludos de mi parte.
—Con gusto, besos.
Cuelgo el teléfono y camino un poco decepcionado a mi habitación, luego de dar unos cuantos pasos el teléfono vuelve a sonar.
Me devuelvo flojamente y lo tomo, de seguro es mamá.
—Dime mamá.
—Buenas tardes Sr. John, le habla Suzanne, la secretaria del Sr. William.
¿Dijo William? DIJO WILLIAM, AY DIOS MIO PADRE SANTO, DIJO WILLIAN.
Tomo aire y sofoco un grito.
—Oh lo siento, lo siento. Pensé que era mi madre.
Escucho una pequeña risa de su parte —No se preocupe Sr. John. —Finalmente dice. —Bueno, la razón de esta llamada es para informarle que su entrevista fue un éxito, Sr. John, le damos la bienvenida a la Editorial Shakespeare.
Oh mi Dios, OH MI DIOS, ¡OH MI DIOS! NO VIVO, MORÍ, RESUCITE, VOLVÍ A MORIR.
—... ¿Alguien allí?
Se me había olvidado que Suzanne estaba al otro de la línea.
—Oh, lo siento, es que aun no lo creo. —Ella ríe nuevamente —Bueno. ¿Puedes pasar mañana a las ocho de la mañana para que firmes el contrato?
—Sí claro, a las ocho estaré allá.
—Bueno, Sr. John, lo esperamos mañana, que tenga una feliz tarde.
—Gracias, igualmente. —Digo y cuelgo el teléfono.
¡HORA DE BAILE DE FELICIDAD!
Collen.
¿QUÉ CARRISO PASA CON LOS ESCRITORES ACTUALES?
Cierro el libro de un golpe y lo dejo a un lado.
Esta semana me compre tres libros "Románticos" porque si comienzo en una editorial debo leer de todo, no solo fantasía o ficción, me he leído dos, y todo lo que leí me dio ganas de vomitar.
"Te amo, pero el destino no nos quiere juntos"
"Eres el amor de mi vida, sin ti no puedo vivir"
"Quiero tenerte a mi lado hasta el fin"
ASCO, ASCO, ASCO.
¿ES ENSERIO?
En todo lo mismo, chico malo, niña buena, triángulos amorosos y bla bla bla.
Yo pensé que me iba a encontrar con algo más asombroso
Como cuando Katniss y Peeta deciden comer las uvas.
ESO ES AMOR, ESO SI ES AMOR.
Suelto un suspiro de frustración y me levanto para dirigirme a la cocina por un vaso de jugo, necesito despejar mi mente después de leer esos dramas románticos.
Me sirvo un vaso de jugo de naranja y me recuesto del tope de la cocina mientras bebo mi jugo.
El teléfono suena y me acerco para atenderlo.
—Muy buenas tardes, ¿con quien tengo el placer de hablar?
—Muy buenas tardes, Señorita Collen, le habla Suzanne, la asistente del Sr. William. Le quería informar que su entrevista fue un éxito, le damos la bienvenida a la Editorial Shakespeare.
—¿En serio? Es un honor para mí de verdad.
—El honor es para nosotros. ¿Mañana a las ocho y media de la mañana puede venir a firmar el contrato?
—Claro que puedo, sin ningún problema
—Bueno, el Sr. William la estará esperando, la editorial Shakespeare le da la bienvenida, que tenga una feliz tarde.
—Muchas gracias, igualmente. —Digo antes de colgar el teléfono.
Bien hecho Collen, bien hecho.
¡Hora de estudiar para mañana lucir como nunca!