Había llegado el momento de prepararme para enfrentar a Galactus y lo principal era utilizar la gema.
Thor dijo que se adhería a mi y me otorgaba más habilidades a parte de las que ya tenía.
Abrí la caja y coloqué la gema sobre la palma de mi mano, la piedra comenzó a brillar al mismo tiempo que se elevaba en el aire y se colocaba sobre mi pecho. Mi cuerpo fue cubierto por una armadura de color rojo con grabados en forma de dragón.
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- Cuando quieras puedes comenzar Naima, nosotros estaremos detrás del cristal de seguridad y veremos tus datos en los ordenadores - me coloqué en posición mientras el Dr. Banner me indicaba que podía comenzar.
Empecé por utilizar mi control sobre el tiempo, creando un pequeño tornado, o eso creí, ya que creció de forma descontrolada y me hizo salir volando un par de veces al tratar de estabilizarlo.
A continuación intenté volar y acabé por estrellarme contra el cristal de seguridad, había quedado tendida un buen rato en el suelo, esperando a que la habitación dejase de dar vueltas.
Y por último, había intentado apagar las luces de la sala, pero lo que conseguí fue explotarlas.
Definitivamente, la gema era poderosa, tendría que practicar más para poder controlarla.
- Naima, tú y yo lucharemos ahora - me dijo el dios del trueno entrando a la sala. Asentí.
Thor llamó a su martillo y se desató la pelea.
Intentó darme un derechazo con su puño, logré bloquearlo, dejando su costado desprotegido y le di un golpe directo a sus costillas lanzándolo varios metros por el suelo. Me quedé con la boca abierta y cuando reaccioné me acerqué a él.
- ¡¡ Thor!! Cuanto lo siento, aún no la controlo del todo, lo siento, ¿ estás bien? - dije preocupada. El me miraba con una sonrisa.
- Estoy bien, joven Naima, no te preocupes, estás preparada para enfrentarte al Devorador, la gema será tu gran aliada, se adapta rápido a ti - Luego de seguir peleando un un rato más la gema y yo empezamos a adaptarnos la una a la otra y había echo unos buenos combates contra Thor, Wanda, Máquina de Guerra y Iron Man.
Los Vengadores volvieron a la sala con la daga. Stark y Banner intentaron abrir el compartimento del líquido azul pero les fue imposible, ambos deseaban saber de que estaba compuesta esa sustancia.
Practiqué con ella para adaptarme a su peso y a su corta longitud. Las armas se me daban bien, había tenido en Clint al mejor entrenador.
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- ¿ No me digas que nunca has visto esa película ? - le pregunto a Pietro.
- No, no la he visto, en HYDRA no eran muy aficionados a las películas...
- Perdona, no debí haber preguntado - suspiro.
- Oye - acaricia mi mejilla- nosotros decidimos meternos en eso, nadie nos obligó, admito que no fue la mejor etapa de mi vida, pero me hizo madurar y ver las cosas con otra perspectiva, y cambiar mis prioridades, antes solo me importaba ligar con chicas y estar con mis amigos - pongo mala cara - y ahora sé que lo único que importa es la familia, por que no tenemos más que una. Pero mi hermana y yo tuvimos suerte de dar con vosotros, es lo más parecido que tendremos a una familia y Wanda es feliz y yo también - me besa.
- ¿ Y que hay con respecto a conocer chicas?
- Ya no me interesan, he conocido a la más importante - es imposible no quererle cuando dice estas cosas. - Venga, pon la película, parece entretenida. - Nos acomodamos en el sofá y nos arropamos con una manta. A medida que la película avanza, la sala se va llenando de gente.
Con los comentarios de Stark y Barton riéndose de los protagonistas, la ingenuidad de Rogers en temas de películas de terror y el asombro de Visión, aquello parecía un cine.
Un gran estruendo se formó en la habitación, habían empezado a surgir rayos y truenos.
- Yo no he sido - se excusa Thor.
- Yo tampoco - le sigo.
Nos levantamos y salimos al balcón, había una gran tormenta eléctrica y el cielo estaba negro, parecía que se estaba formando un gran tornado.
Mis brazaletes se iluminaron y la imagen de Galactus apareció en mi mente como si mis bandas cuánticas tratasen de advertirme de lo que estaba por ocurrir.
- Está aquí - susurré.
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