Justo en ese momento sonó el timbre. Bajé corriendo a ver quién era. Era Raúl. Esta vez venía muy diferente a como había estado estos últimos días. Su cara era pacífica y tenía una relajada sonrisa remarcada por sus blancos dientes. Le pregunté acerca de la llamada, y como yo creía, el no me había llamado ya que su teléfono seguía perdido. No nos podíamos explicar cómo había ocurrido la llamada. Lo único que pensamos fue que alguien lo había encontrado y lo estaba usando para gastar bromas pesadas. Sin embargo no podría, ya que el teléfono de mi hermano tenía una contraseña que sólo el conocía y que nadie podría acertar así como así.
Se nos ocurrió entonces la idea de ir al cuartel de la Guardia Civil a denunciar tanto la desaparción del teléfono como la llamada y mensajes. Allí, en el cuartel se encontraba Virginia, hija de el comisario jefe. Virginia había sido una de mis mejores amigas durante bastante tiempo, pero por cosas de la vida, acabamos peleadas. Actualmente nos hablamos, pero no es que hubiese mucha amistad entre nosotras.
Virginia nos miró sorprendida. No sabía a qué habiamos ido allí, y desde luego tampoco se lo imaginaba.
-Vaya, ¿Qué haceis vosotros aquí?
-Hemos venido a poner una denuncia.
-Guau, ¿a quién?
-No es asunto tuyo.Se que fui un poco borde con ella, pero no era necesario que se entrometiese. En eso, salió su padre, el comisario, para ver qué pasaba.
-¿Qué es lo que queréis?
Le explicamos al policía todo lo ocurrido y preguntamos si alguien había traido un teléfono o algo. La respuesta fue negativa. Nadie había traido nada en las últimas dos semanas. Nos sentimos decepcionados por que el policía no nos pudiera ayudar. Justo entonces, cuando nos ibamos a ir, Virginia nos llamó. Nos habló en susurros, ya que no quería que su padre se enterase de lo que quería hacer. Al parecer al escanear la llamada que había recibido, podríamos encontrar la ubicación en la que se situaba el teléfono. En ese momento, Raúl se puso pálido.
-N..no... será mejor que lo dejemos... no creo que eso funcione bien...
No entendía por qué se puso así. Le pregunté pero simplemente nos dijo que no quería meterse en problemas con la policía, ya que si el comisario se enterase de que iban a utilizar el buscador de dirección IP para localizar el teléfono, se meterían en problemas. Sin embargo, Virginia dijo que no pasaría nada, que su padre nunca se enteraría, que sería solo un momento. Finalmente lo hicimos y en seguida nos fuimos a buscar el teléfono, el cuál se encontraba en un sitio bastante peculiar.
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El Mensaje: Primera Parte
Horror¿Qué tal si los mensajes en cadena de terror fuesen reales...?