Estaba segura de que allí había algo. La respuesta a lo que quiera que fuese que me estaba pasando estaba en ese maldito lugar. La enorme frustración que sentí al no haber podido averiguar lo que allí se escondía no me dejo a penas dormir esa noche. Bueno, eso y pensar en que podría tener otra pesadilla con esa niña. A la mañana siguiente, ya lunes, no fui al instituto, ya que iba a ir a estar con mi hermano. Paula se despidió de mi en la puerta del mismo, me dio un abrazo y me dijo que tuviese mucho cuidado. Paula estaba realmente preocupada por mí. Yo continué mi camino hacia el hospital sola, ya que el hospital estaba no muy lejos del instituto. Cuando llegué mis padres estaban en la puerta, sentados en unas sillas, dormidos y tapados con una manta. Yo no quise despertarlos. Entré directamente a la habitación en la que se encontraba mi hermano. Algo me decía que iba a estar despierto, y efectivamente. Aunque no me veía pudo percatarse de mi presencia.
-Andrea, eres tu ¿verdad?
-Sí.Nuestro tono de voz era seco y desconfiado. Parece que él sabía que yo conocía su secreto.
-¿Ya lo sabes, verdad?
-Sí.
-Ya.Hubo un incomodo silencio el cual duró aproximadamente quince segundos.
-Te aseguro que no era mi intención engancharme.
-Ya, claro. Raúl, uno no se engancha si no quiere, joder.
-Andrea, te juro que es verdad. Y además...
-¿Además qué?
-No, nada.
-Raúl, dímelo.
-A ver, que yo a penas consumía, que la mayoría de lo que obtenía era para venderlo.
-¿Qué? ¿También eres traficante? Yo estoy flipando, joder Raúl, ahora entiendo como llegó tu teléfono hasta ese lugar.Su mirada, ciega pero expresiva, se levantó de pronto.
-Te juro que ese día no fui allí para nada.
-¿Ah, no?
-No.De nuevo un silencio incomodo inundó la sala.
-Por favor, Andrea, no cuentes nada sobre esto a nadie.
Silencio tras esta pregunta.
-Oye, y cuando despertaste de la anestesia ayer... ¿qué querias decir con lo de que ese mensaje era "malo"?
Un gesto de terror se apoderó de el en ese instante.
-Pues... he visto cosas. Cosas muy feas... y creo que tienen que ver con ese mensaje. Cuando mi teléfono ardió estaba leyendo ese mensaje. De pronto la pantalla se apagó y... al bajar el telefono vi la cara de una chica... desfigurada, con ojos rojos, cara blanca y ensangrentada. Entonces... pegué un grito, mi teléfono comenzó a arder y una mano gigante de fuego intentó cogerme y le prendió fuego a mi camiseta y a la colcha. Puedes creerme o no, pero te juro que eso es lo que pasó.
Estaba claro: ese mensaje era cierto, y estaba decidido a acabar con cada uno de nosotros... No sabía como iba a salvarme, pero estaba aterrorizada, y tenía que pararlo de alguna manera.
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El Mensaje: Primera Parte
Horror¿Qué tal si los mensajes en cadena de terror fuesen reales...?