Decidimos entonces no perder tiempo. Fuimos de nuevo a ese lugar para ver qué era lo que estaba pasando. Un sentimiento de mal estar me acompañó durante todo el camino. Nos llevó el padre de Virginia. Al principio, me extrañó que no preguntase nada acerca de por qué queríamos ir allí, pero después comprendí que él también estaba siendo presa de lo que quiera que fuese lo que estaba pasando. Es por eso que sólo se limitó a llevarnos hasta allí, sin decir nada. Fue muy serio, y me atrevería a decir, muy pálido durante todo el camino. Parece como si presintiese algo malo. Una vez llegados al lugar en cuestión, bajamos del coche. Unos porreros que había allí salieron corriendo al ver el coche de la policía. Se me paró el corazon por una milésima al imaginarme a Raúl huyendo con ellos de la policía y dejando caer su porro en el suelo. Sin duda, era una conversación que debíamos tener en el futuro.
Nada más bajar, noté que el ambiente estaba muy denso. Me costaba incluso respirar y me sentía cansada. Comenzamos a buscar para ver si encontrabamos algo, pero lo único con lo que dimos fue con una jeringuilla de, al parecer, heroína. El padre de virginia se quedó en el coche. Parecía que tuviese miedo. Un rato más tarde, comenzó a anochecer, por lo que pensamos que sería mejor marcharnos de ese lugar lo antes posible. Fue entonces cuando lo sentí. Noté como una especie de cosa invisible atravesaba cada una de las células de mi cuerpo, dejandome sin respiración por unos segundos y causandome un tremendo escalofrío. Me giré bruscamente, sorprendida, para ver que no había nada. Sin embargo, notaba algo muy extraño. Tenía la sensación de que alguien estaba gritando, y repito, tenía esa sensación. No escuchaba nada, pero algo en mi me hacía notar un grito desgarrador. Comencé a caminar para intentar dar con algo, y de pronto, me detuve en seco sobre una especie de rendija que había en el suelo.
-Aquí hay algo... Aquí hay algo...
Virginia fue entonces corriendo a llamar a su padre, el cuál gritó y dijo que nos estuviesemos quietas. Yo, reacia, dije que de ninguna manera, que tenía que abrir eso y ver qué era lo que había ahí. Pero el padre de Virginia, muy nervioso, dijo que era la hora de irse. No pude hacer nada, así que nos marchamos del lugar. Sin embargo, esa fuerte sensación seguía en mí. Había algo allí y estaba completamente dispuesta a encontrarlo.
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El Mensaje: Primera Parte
Horror¿Qué tal si los mensajes en cadena de terror fuesen reales...?