La ambulancia tardó relatívamente poco. Tanto el conductor de la moto como Raúl fueron transportados rápidamente. Tanto yo como mi madre fuimos con el en la ambulancia, mientras mi padre iba a avisar y a recoger a mi abuela. Ya en el hospital, Raúl seguía incosciente y sangraba mucho. Yo tenía miedo de que algo grave le hubiese pasado. Mamá y yo estabamos en la sala de espera muy nerviosas y asustadas mientras Raúl se encontraba ingresado en la U.C.I. Finalmente, el doctor salió para darnos información. Mi madre y yo saltamos casi al instante de las incomodas sillas del hospital para ir hacia el doctor.
-Traigo una buena noticia y otra mala. La buena es que ya no pierde sangre y que ha conseguido estabilizarse dentro de la gravedad de su accidente. La mala es... que según el sitio en el que se ha golpeado podría... sufrir alguna que otra secuela.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo entonces. Pude percatarme de que mi madre sintió lo mismo. Nos miramos con la cara totalmente pálida y aterrorizada.
-¿Qué clase de secuelas?
-No lo sabremos bien hasta que despierte. Por ahora, vamos a bajarlo a planta, ya que ha salido del estado de gravedad.De algún modo esas palabras me tranquilizaron. Unos minutos después ya habían bajado a mi hermano y estábamos con él en la habitación. Estuvo inconsciente durante aproximadamente 2 horas más. Álvaro, su mejor amigo, vino en cuanto se enteró de lo sucedido. Entró en la habitación muy nervioso y preocupado para ver que tal estaba. Yo me encargué de tranquilizarle diciendole que había salido de la gravedad y que todo iba a salir bien. En ese instante escuchamos un quejido. Era mi hermano, el cuál estaba despertando. Álvaro y yo nos pusimos rápidamente a su lado y le cogimos las manos.
-Raúl, ¿Me escuchas?
Poco a poco fue desperezandose hasta que finalmente abrió los ojos.
-No veo... NO VEO...
De nuevo me puse pálida y miré aterrorizada a mi madre.
-¡Que no veo! ¡Mamá! ¡MAMÁÁÁ!
Raúl se puso muy nervioso y empezó a gritar y a tirar todo lo que tenía cerca al suelo. En seguida llegaron las enfermeras y el doctor, lo sedaron y se lo llevaron de nuevo de la habitación. Alvaro se quedó completamente pálido sentado en una butaca. Mi madre andaba de un lado para otro suplicando que estuviera bien. Yo, por mi parte estaba completamente aterrorizada, y no sabía exactamente por qué, creía que no era la única desgracia que estaba por ocurrirnos. Y no sabía tampoco por qué pensaba que todo estaba relacionado con el mensaje.
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El Mensaje: Primera Parte
Horror¿Qué tal si los mensajes en cadena de terror fuesen reales...?