El emperador y la emperatriz

Capitulo 5

Ya han pasado 5 meses desde la llegada de Akuma y William a Hellsing, la relación entre los dos Nosferatus mayores iba igual a como habían concordado meses atrás, no se hablarían ni se buscarían a menos que fuera estrictamente necesario, lo cual a Integra la molestaba, no sólo había traído a Akuma por su enorme poder sino por qué ella que llevaba años trabajando con Alucard sabia mejor que nadie que el Nosferatu estaba solo, ni siquiera su sirvienta era una compañía interesante.

-creo que fracase en el otro objetivo de la misión-comentó Integra a James quien estaba sirviéndole él té de la tarde

Integra sabia que podía hablar de esto libremente ya que ambos vampiros dormían aún

-por qué lo dice señora?-preguntó el veterano

-uno de los objetivos era buscarle a Alucard una compañera, creí que Akuma era perfecta para el, es idéntica a él en todo-dijo frustrada Integra

-tal vez es por eso señora, los iguales se repelen-explicó James-pero no le salió del todo mal, William y Serás están el algo, los veo pasear de noche siempre y una vez los vi besarse-dijo sonriendo James.

-tienes razón, esto no va a servir, mandare a Akuma a nuestra base secreta en Italia, la pondré de espía al Vaticano-dijo sería

-estás segura de eso señora? Tal vez con algo más de tiempo se pueda cumplir-dijo inseguro James

-muy segura, James esto no va a servir tanto Akuma como Alucard tienen menos sentimientos que una piedra, fue algo idiota de mi parte pensar que entre esos dos podía haber algo-dicho esto se levanto y miro por su ventana el ocaso-llama a Akuma y a Alucard.

James asintió y se fue al sótano a despertar a los vampiros, Alucard dormitaba tranquilo en su silla, soñaba con ojos vino tintos y labios carnosos, se despertó de golpe y sintió como de su nariz salía un hilo de sangre, no era la primera vez que le pasaba, mejor dicho le pasaba más seguido de lo que le gustaría, no podía sacarse a Akuma de la cabeza desde ese día pero fiel a su palabra no le hablaba a la vampiresa, no podía negar nada, la deseaba, mucho, más que deseaba la sangre, deseaba profanar ese cuerpo alto y delgado.

James entro interrumpiendo sus fantasías, limpio rápidamente la sangre de su nariz, las sombras tapaban la cara del vampiro así que James creía que él Nosferatu seguía dormido, aún no se ocultaba del todo el sol así que era probable.

Deposito la cubeta con dos bolsas de sangre en la mesa y se dispuso a despertar al Nosferatu pero este le hablo primero.

-que deseas James?-preguntó levantándose de su silla, no tenía la típica gabardina roja de siempre, su elegante traje negro se camuflaba con la oscuridad de la habitación.

-vine a dejarle su desayuno señor y a avisarle que Integra desea verlo en su oficina, a usted y la señorita Akuma-dijo elegante James, el mismo se retiró para ir donde la vampiresa.

Alucard ignoró el echo de que Integra lo quería ver, agarro una de las bolsas de sangre y empezó a tomarla.

James toco con elegancia y prosiguió a entrar, la habitación estaba casi igual de oscura que la del Nosferatu mayor, solo que algunas velas iluminaban la mesa donde un grueso cuaderno forrado de cuero negro con detalles en plateado reposaba, tenía varios lápices a su alrededor, James supuso que sería una especie de diario y que no debía tocarlo.

A diferencia de Alucard Akuma no utilizaba su ataúd para dormir, dormía en una cama normal con cortinas de terciopelo morado oscuro a su alrededor, James se preparó para levantarla pero no fue necesario, Akuma al igual que Alucard se le había adelantado, la vio colocando su capucha como siempre, se volteó a mirar a James, su rostro era un agujero negro, parecía la muerte, y eso era técnicamente.