Capitulo 19

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-estáis seguros de que debemos volver al mundo mortal?-insistió el demonio tres, la gula.

-si, aún tenemos a los idiotas del Vaticano trabajando en un arma que me preocupa bastante, no quiero a todo mi ejército, solo a mis mejores soldados, con eso tengo-insistió Akuma, Alucard estaba sentado en el trono a su lado, lo vistieron con túnicas de seda y pieles negras, no llevaba corona y en su mano desnuda reposaba una copa de vino.

No hablaba, no entendía mucho del sistema, debía ser instruido en el tema, solo conocía los pecados y su respectivo orden en las tribunas, solo eso.

-está bien- sentenció el demonio número 5, la pereza-subamos a los que tengan que subir y ya-dijo aburrido

-lo haremos, cerrare las entradas al infierno apenas subamos, no quiero accidentes-dijo Akuma.

-bueno ahora, otro temita-dijo el demonio número cuatro, la codicia, mirando a Alucard-tu..em novio su majestad, debemos instruirlo y coronarlo como es debido-sentenció y Alucard lo miraba serio.

-si..-dijo Akuma desviando la mirada

-debemos sacar las coronas definitivas, es la primera vez en 10 siglos que tenemos dos reyes-dijo emocionada Yokkyū, demonio dos, lujuria-las coronas negras del dragón, hay que hacer una ceremonia de coronación!

-estoy a favor de eso-comentó el demonio número siete, la ira

-yo también-sentenció el demonio número seis, la envidia

Al final los 7 demonios estuvieron a favor, la corte culminó y Akuma salió de última.

La vistieron de rojo, su vestido largo se movía vaporoso al par de su andar, en el pecho tenía un precioso dragón negro bordado.

A su lado apareció Yokkyū.

-señora, espero que la sesión de hoy haya sido complaciente-dijo dirigente-debemos planear todo, podría dejarlo en mis manos, planeare una boda y coronación dignas de los reyes más poderosos-dice orgullosa

-no quiero una boda-sentenció Akuma

-no?

-no-finalizó-Alucard y yo estamos malditos, las bodas son cosa de los católicos, simplemente no va con mis o nuestros principios-explicó

-cierto..-dijo la demonio apenada-solo coronación.

-si, sacad las coronas negras, que les pongan las mejores joyas del reino, las quiero pulidas-ordenó a la súcubo-quiero que cuando las vean tiemblen.

-si señora-dijo emocionada mientras se retiraba.

Siguió su camino hasta la sala del trono, tenían que coronar a Alucard antes de subir, así le verían como otra autoridad.

Los sirvientes corrían de un lado al otro, llevando los estandartes con dragones negros bordados con detalles en oro, limpiando el mármol negro del piso o poniendo la alfombra de color sangre.

Pusieron otro trono idéntico al de Akuma, ambos estaban arriba de la plataforma, al verlos Akuma resopló, sentía melancolía porque ahora ya no sería solo ella, ahora había otra autoridad y en el fondo no le gusta, le gustaba ser la más poderosa, la reina, el Ángel de la muerte, la que nunca será tumbada.

Llevaba más de 100 años reinando sin marido a su lado, todo eso cambiaría mañana.

Pero de cierto modo le gustaba también, ahora Alucard sería el verdadero No-Life-King, con título.

-estás bien?-Hades apareció a su lado

-si-susurro despegando la mirada de los tronos

-ya no serás la única-comentó Hades revelando la preocupación de ella.

-siempre me revelo tan fácil?-dijo divertida

-no, eres muy difícil de leer, solo que hoy es tu último día como autoridad absoluta-dijo melancólico Hades-114 años...el reinado más largo de la historia del infierno-comentó-114 años reinando sola-le dijo mirándola-los mejores años del pueblo.

-los crepusculares viven bien-susurro ella

-si, siempre había guerras y truncadas de reyes, ahora, todo es paz-dice Hades

-*se ríe* no, estamos en el infierno, aquí nunca hay paz-dice divertida caminado

-cierto, error mío-dice siguiéndola-los crepusculares viven sin sufrir en exceso digámoslo así.

Ella asiente

-si usted lo desea puede detener todo, el no es su esposo es solo su amante si no lo quiere como autoridad cancela todo y ya, usted es la reina-dice Hades

-el tiene la marca del dragón, es lo que se tiene que hacer-cerro ella-voy a extrañar ser el Shinigami-comentó a su siervo con melancolía

-lo seguirás siendo, dudo mucho que acepten a Alucard, tardarán en incluirlo, además, la codicia me dijo que hay que instruirlo-agregó

-en efecto, Alucard no conoce nada del sistema, ni de su poder, por eso lo mantendré lejos de la armada y cualquier cosa que tenga que ver con proteger el reino, no me gusta la idea de tenerlo por ahí, con un idiota armado es suficiente-dijo golpeando de forma amistosa a Hades

El soltó una risotada

-en efecto-dijo imitando a Akuma.

Hubo un silencio incómodo

-señora, quiero que sepa que seré siempre su mano derecha, la serviré a usted y solo a usted-dijo mirándola

-gracias Hades, por cierto donde está?-dijo nerviosa

-lo llevamos al campo de entrenamiento atrás del castillo, Yokkyū e Ira le están enseñando a usar correctamente sus alas y poderes-dijo eficiente

-que codicia le enseñe la historia del sistema, los procesos de castigo, todo, no quiero vacíos en el-ordenó

-si señora-dijo Hades haciendo una pequeña reverencia-si me disculpa verificare que el vampiro no destruya algo-dijo divertido

-ve-respondió Akuma siguiendo su camino.

Camino hasta el puente que conectaba las torres con el resto del castillo, vio desde ahí a Hades y a Alucard, el ultimo tratando de mantener los anillos de poder encendidos en sus muñecas.

Sonrió con suficiencia al ver que no lo logro, pero borro esa sonrisa de inmediato, era su novio por cerbero! No podía ser tan cruel.

"Tal vez le enseñe yo"pensó y decidió borrar lo anterior de su cabeza y saltar del puente, su cuerpo caía en el vacío y escucho a Alucard gritar su nombre y a Hades reír con ganas.

Justo cuando iba a tocar tierra sus alas se desplegaron y planeo en el aire hasta ellos.

-me asustaste-confiesa Alucard

Ella solo soltó una risita

-veo que aún no dominas el control de tus alas-comenta Akuma viéndolo

-no, solo se sacarlas y volar pero esquivar o planear no-dijo molesto

-solo confía en ellas, es inusual ver a un vampiro así lo sé pero solo confía en ellas-le dijo-concéntrate y veras

Y así durante el resto de la tarde practicaron y practicaron hasta que Alucard lo logró, al igual que mantener las anillas de poder.

Akuma se sentía satisfecha pero lo que le había dicho Hades seguía retumbando su cabeza.

No sabía qué hacer...

El emperador y la emperatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora