Capitulo 9

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Integra había ordenado que Serás despertara a los vampiros, ya era tarde y tenían que cuadrar su próximo movimiento contra Federico.

Serás bajo al sótano, seguía traumada por lo que pasó ese día temprano, no podía imaginar a su maestro tomando a Akuma, tembló y toco suavemente la puerta de la habitación de su maestro pero no obtuvo respuesta, le daba miedo entrar, Alucard era de los que se molestaban si se le molestaba así que prefirió levantar a Akuma.

Entro suavemente en su habitación y pego un respingo ante la escena, Alucard y Akuma desnudos y destapados en su cama, abrió los ojos como platos al ver la mano sin guantes de su maestro encima de uno de los senos de Akuma agarrándolo posesivamente. La sabana solo los cubría de la cadera para abajo, así que Victoria pudo ver los esculturales cuerpos de ambos vampiros, el de ella no estaba nada mal pero comparado con el de Akuma era nada, el cuerpo de Akuma había cambiado mucho desde que se transformó, serás vio su marcado abdomen y sus entradas bien marcadas, la cintura fina y los pechos grandes y bien posicionados. Miro a su maestro y no pudo creer lo que vio, su maestro ocultaba el cuerpo que todo hombre mataría por tener, abdomen marcado y duro, piel albina y perfecta, unas entradas marcadas que eran como una flecha a la felicidad.

Victoria se regaño a sí misma por tener ese tipo de pensamientos, se percató de que en la clavícula de Alucard había una marca pero no le presto atención y lentamente decidió retirarse, pero el destino quería burlarse más de ella, no vio por donde pisaba y termino enredada en los restos de la falda de Akuma, se cayo y tumbo una de las sillas en el proceso, escucho como los cuerpos de ambos vampiros se levantaban de la cama alertados por el sonido, Victoria se levantó rápidamente y se tapo los ojos.

-perdón maestro-dijo rápidamente para salir corriendo.

Akuma y Alucard se rieron ante la reacción de la pequeña Draculina, Alucard miro la hora en el reloj de la mesa, era tarde, nunca se había despertado tan tarde.

-felicidades señorita Akuma nunca me había levantado ni tarde, ni acompañado y mucho menos desnudo-dijo abrazando a Akuma

-me sentiré orgullosa de haber logrado tal hazaña-dijo sonriendo y besando a Alucard-mejor nos vestimos antes de que otra persona venga y la traumemos más-dijo caminando hacia su armario.

Alucard asintió divertido que traspasó la pared hacia su habitación y empezó a vestirse, camisa blanca, pantalón negro, saco negro y su gabardina roja encima, se dejó su cabello negro peinado hacia atrás y se colocó sus gafas.

Mientras con Akuma, ella se vistió con un pantalón que asimilaba el cuero, una camisa negra hasta la mitad del abdomen, guantes con circuitos, sus botas de Varanio y una de sus gabardinas negras con capucha.

Ambos salieron de su habitación y se encontraron en el pasillo.

-Akuma que es la marca que tengo en el cuello?-preguntó Alucard bajando el cuello de su camisa para que viera la cabeza del dragón.

-esa marca es la marca del rey, yo soy la reina del mundo de los demonios y esa es la marca del tipo de magia con el que me e impuesto en ese trono, al tomar mi sangre te haz Coronado como el rey del mundo demoniaco-le explicó Akuma, sus mejillas ardieron-técnicamente eres algo así como mi esposo ahora-dijo muerta de la vergüenza.

Alucard la abrazo con fuerza

-bueno esposa mía como es ese mundo demoniaco-le preguntó sin soltarla

-es oscuro y lleno de sombras, está regido por el castillo negro, y a su alrededor tiene los jardines de joyas, poseo una corte llamada la corte 7, son los 7 pecados capitales, cada uno de ellos se encarga de condenar a los demonios según lo que hicieron cuando aún eran humanos-le explicó Akuma mientras caminaban hacia la oficina de integra.

El emperador y la emperatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora