Capítulo 41; A tu lado.

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Rubius

--Gracias-- abrí los ojos un poco más al escuchar a Mangel.

--¿Por qué? No hay nada que agradecer Mangel-- susurre lentamente --yo al contrario debo disculparme por todo.-- Mangel negó sonriendo.

--Te he perdonado ya gilipollas-- dijo.

--No, pues yo jamás me perdonare. Por mi culpa te fuiste y por mi culpa nos paso todo esto, por mi culpa casi mueres.

--¿Insinuah que fue tu culpa que me capturaran?-- preguntó y asentí --pues no tío, fue mi culpa por gilipollas y por entrar al pueblo como si nada.

Elevé una ceja pero me quejé al sentir una punzada de dolor, olvidé que me la había abierto. Cerré los ojos y traté de llevar mi mano hasta la herida pero Mangel la detuvo.

--No te toqueh, puedeh infectarla-- asentí fastidiado y lo mire.

--¿Cómo te capturaron Mangel?-- cuestione. Él sonrió y se fue para tomar una silla y ponerla al lado de la cama, lo más cerca posible --¿A donde fuiste?

--Al escapar decidí irme a otro pueblo, uno que no conociesemos. Cabalgué por horas, un día tal vez, y llegué a North Town.

--¿North Town?-- pregunté y asintió, según había escuchado ese lugar estaba lejos --¿Llegaste a caballo?

--Así es-- sonrió y se acomodó en la silla --al llegar caí desmayado junto con Antonio, estabamoh muy cansados. Allí mi padre me cuido, vive ahora allí.

"¿Su padre? Jamás me ha contado de él." le mire esperando a que continuara, se quedó callado y se pusó serio de repente. Agachó la mirada y suspiro.

--Nunca te conte de mi padre ¿Verdad?-- negué y se recargó en el respaldo de la silla con flojera --él... era un asco de padre. Desde que recuerdo nos golpeaba a mi madre y a mi, cuando nació mi hermana estaba feliz y emocionado pero a la vez asustado por pensar que la lastimaría.

*No había momento donde no estuviese borracho, los único momentoh donde podía hablarle y que no me golpeara era cuando dormía. Conforme crecí, la situación empeoraba y junto con mi madre tomamoh una decisión. Irnos.
Una mañana mi madre se encargó de ponerlo tan borracho que no podría ni ponerse de pie y lo ató a la cama, tomamoh nuestrah cosas y escapamos. Tomamoh un tren.

Se enderezó en su asiento y me miro, ya sabía que seguía en la historia.

--Lo atacamos, esa mañana Willy llegó emocionado con boletos para un tren, nos preparamos y salimos al ataque-- susurre recordando ese día --me sorprendí de tu habilidad y pensé que necesitabamos a alguien nuevo, llevabamos años así y consideré que sería lo mejor-- le mire y sonreí --pensé que sería interesante ponerle emoción a tu vida.

--Pueh sí, le has puehto de todo a mi vida-- respondió inclinándose sobre mí para rozar nuestros labios, cerré los ojos y abrí los labios esperando más de su contacto. Escuché su risa y abrí los ojos, se apartó de mí --¿En donde ehtaba? ¡Ah sí, encontre a mi padre!

--Jo'puta-- susurré y él rió.

--Cambio totalmente debo decirlo-- admire su sonrisa --me cuidó y me contó de su nueva vida. Esta muy arrepentido de sus accioneh. Le perdone el daño causado y el me hizo darme cuenta de que debía volver.

*Lo hice, me prepare y junto a Antonio regresé pero cometí el error de pasar primero por el pueblo en vez de ir directo a vosotroh-- dijo cambiando su expresión a una triste --unoh oficialeh me inspeccionaron y encontraron mi arma.

Metió su mano al bolsillo y sacó su arma para dejarla en le mesilla de noche, la mire y luego a él.

--Al verla supieron que se trataba de un fantasma, me encerraron y torturaron un poco ¡Ehtuvieron apunto de arracancarme un diente!-- gritó indignado e impresionado le mire --después de esas terribleh horah me llevaron al ferrocarril por la mañana, me dirigía hacía mi muerte según ellos.
Muchas graciah por salvarme Rubiuh.

Tres balas, tres disparos ¤ RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora