Capitulo 10: Un viaje inesperado

27 5 0
                                    

Cosmo no puede ocultar su molestia, ya que cree que Sophia lo toma por un tonto, tanto así que ni siquiera piensa en el lugar en el que apareció, lo dejó totalmente al azar, cuando llega se pregunta dónde está, pero antes de irse a otro lugar que si tenga pensado, como un apartamento o habitación de hotel, ve un piano de cola, él ama tocar piano, así que su instinto lo hace ir a aquel piano en medio de la lujosa sala, no es algo que él pueda controlar, simplemente fluye en él, al menos será una buena manera de desahogar su rabia. Comienza a tocar Fantasía oriental de Balákirev, toda su rabia comienza a desaparecer, deja de pensar en todo perdiendo la noción del tiempo y el lugar donde se encuentra.

Toda su vida se la ha pasado aprendiendo a tocar piano desde los grandes maestros de la antigüedad hasta lo más moderno, razón por la que es tan bueno tocando el piano, entre tanto tocar la canción, Cosmo empieza a sentir que alguien lo esta observando, comienza a mirar por todos lados, y en una puerta grande de color blanco se encuentra Vita quien lo estaba mirando desde hace ya un rato, se levanta rápidamente de la silla dejando caer sus manos sobre las teclas produciendo un sonido horrible, como si fuera un niño aprendiendo a tocar, pero no, es peor, mucho peor.

Ella se queda asombrada por la maestría y fluidez con la que él toca el piano; es viernes por la tarde en Andalama, Vita apenas había llegado de la universidad, justo antes de que Cosmo comenzara a tocar el piano, ella acababa de colocarse ropa más cómoda, similar a una pijama, Cosmo piensa que se ve muy linda; detrás de ella sale su gata Gurblee.

—¿Cómo pudiste hacer eso? — pregunta Vita con una expresión de asombro.

—Con practica, es obvio — responde sarcásticamente.

—Después de todo, no eres tan malo como aparentas ser — contesta mientras se cruza de brazos y con un ligero tono de sarcasmo.

—Soy la personificación del dolor y la destrucción.

—Sí, sí, sí, eres cruel y arrogante — dice mientras le tuerce los ojos — pero eso en este momento no me importa, ahora tengo interés en saber qué más sabes tocar.

—Sé tocar más canciones de las que podrías aprender durante toda tu vida.

En ese momento Cosmo piensa que de todos los lugares donde pudo haber ido sólo con pensarlo, tenía que ir allí, un lugar que ni siquiera recuerda haber visto pero cuando fue por primera vez a la mansión Leuxtonsso, sus ojos estaban detallando todo aun cuando él no le hubiera prestado atención pues se concentró en buscar la oficina.

—Y ya volvió el mismo arrogante de siempre ahora me dirás ¿cuál es tu nombre? Y ¿cómo entraste a mi casa?

—Para ambas preguntas la respuesta es no.

—Llamaré a seguridad.

—Y ¿qué me harán? — responde desafiante mientras se le va acercando.

—Te echaran de aquí.

—No pueden, ¿acaso se te olvidó con quien estas hablando niña tonta?

—¡Vete de mi casa! — exclama Vita en un último intento.

—¿O qué? — le dice justo después de aparecer detrás de ella, sujetándole las manos y susurrándole al oído. Ya esta fría otra vez —si tanto me temes, no deberías desafiarme ¡oh! espera... hablando de desafiarme, la última vez que estuve en tu casa me pareció ver una pintura, un retrato de hecho, quisiera que me lo mostraras.

Cosmo la suelta y decide ir a ver las demás habitaciones hasta encontrar aquella donde vio tal cuadro, Vita esta más que agradecida por haber ocultado a tiempo tal retrato de lo contrario podría haberlo hecho enojar, esta un poco preocupada pero se siente calmada porque sabe que no lo va a encontrar tan fácil.

Dulce vida destruida. (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora