Capitulo 19: Una pérdida

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Cosmo mira todo el desastre que hay en el lugar, para tratar de arreglar un poco lo que ha ocasionado, decide dejar a Vita en su habitación hasta que despierte y se lleva el cuerpo de Derek hasta un callejón, toma la pistola que usó Derek para dispararle y así quien lo encuentre deduzca que murió por un disparo, pero no pudo pues él ya había agotado el cartucho, así que tuvo que cortarle el cuello con sus propias uñas. Regresa a la sala de los Leuxtonsso y como evidentemente no va a limpiar el charco de sangre además de que colocar a una empleada levantaría sospechas, toma una botella de vino y la rompe mezlcando el vino con la sangre para que de ese modo si pueda llamar a una empleada y lo limpie, pero antes recoge cada una de las balas que habían en el piso.

—Señor ¿en qué le puedo servir? —dice una de las empleadas al atender el llamado de Cosmo.

—La señorita Vita accidentalmente dejo caer esta botella de vino, por favor limpie todo, que no quede ni una sola mancha.

—Sí joven Derek —responde la empleada, pues Cosmo ha tomado la apariencia de Derek para ser lo más discreto posible —¿Dónde esta la señorita?

—En su habitación, cuando fue a buscar algo para limpiar el vino regado, resbaló y se dio un fuerte golpe dejándola inconsciente por ahora, pero por favor limpie rápido para que el señor Leuxtonsso no encuentre este desastre.

—Sí señor —disponiéndose a limpiar todo el vino mezclado con sangre, recoge la botella rota junto con los demás vidrios rotos.

Luego de una larga jornada de trabajo, los señores Leuxtonsso finalmente regresan a casa para descansar, pero el humor de Deuros cambia apenas una de las empleadas le informa que su hija esta en su antigua habitación inconsciente de un fuerte golpe que tuvo. Inmediatamente sube para ir a la habitación de su hija, quien poco a poco esta recobrando la conciencia y alcanza a escuchar en la lejanía la voz de su padre, pero aún no puede para abrir bien los ojos.

Mientras tanto acaban de llegar a la ciudad los señores Phoulebú, pues su hijo los había llamado para darles una importante noticia, de camino hasta el edificio Galaxia donde se van a hospedar, William, su chofer tuvo que detenerse porque en medio del gentilicio aglomerado logra ver algo que lo impacta y no puede irse sin confirmar lo que vió.

—William, ¿por qué te has detenido? —pregunta la señora Victoria

—Señora Phoulebú, me pareció ver algo horrible, y discúlpeme pero no puedo irme sin confirmar, esperen aquí y les traeré las noticias.

—Muy bien William, pero los chismes no son de muy buen gusto.

William se baja rápidamente del vehículo después de haberlo dejado estacionado en un lugar que no obstaculice el tráfico. Cuando llega ve con horror el cuerpo degollado del joven Phoulebú, dejándolo en blanco, de regreso al auto no encuentra las palabras adecuadas para darle las noticia a sus jefes.

—Seño... señora... Victoria... por favor tome sus pastillas de la presión, lo que verá podrá alterarla de una manera desmesurada —dice William casi sin poder hablar.

—William, por favor, dígame de una vez ¿qué pasó?

—Sí William, no nos tenga con el suspenso y cuéntenos de una vez —agrega el señor Phoulebú.

—El joven Derek... está muerto, y ahí esta su cadáver siendo examinado por inspeccionado.

Pudo notársele en la mirada de los señores que en ese instante el mundo de los Phoulebú se derrumbó; se bajan tan rápido del auto que cualquiera habría visto que estaban volando en lugar de correr, y sí, efectivamente era el cuerpo de Derek, la señora Victoria dio un grito de horror al ver a su único hijo en esas condiciones, gritó, maldijo, lloró hasta más no poder, tanto que sus cuerdas vocales se lesionaron de tantos gritos, y finalmente se desmayó. Por otra parte el señor Henry tuvo que sujetar a su esposa para que no cayera al piso, mientras él no podía contener el dolor que sentía, se supone que cuando estas apunto de morir ves tu vida pasar por delante, en el caso del padre de Derek, vió toda la vida de su hijo pasar por sus ojos, desde el momento en que nació, todos sus logros, y toda la vida que había compartido con su hijo, y ahora verlo en esa nefasta situación, saber que nunca más va a poder compartir otro momento con su hijo. Llama a su asistente para que se encargue de organizar el velorio para cuando los de estudio forense terminen de revisar su cadáver, tengan todo listo y no haya contratiempo alguno, después de haberlo llamado, llama a los pocos familiares que tiene para darles la trágica noticia. Luego mientras que los paramédicos tratan de reanimar a su esposa, Henry llama a sus amigos más cercanos, los Leuxtonsso.

Dulce vida destruida. (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora