Capitulo 20: Adios

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Hoy es el funeral del único hijo de los Phoulebú y Vita sigue devastada en especial porque pudo ver su muerte, mientras que todos los demás siguen investigando quien fue el homicida, pero ella sabe que nunca podrán encontrarlo, la señora Victoria se levanta para dar unas palabras de despedida a su hijo.

—Ni siquiera sé por donde comenzar, primero quiero agradecerles a todos ustedes por sus buenos deseos y que estén aquí acompañándonos en nuestro dolor, no encuentro las palabras adecuadas para describir como me sentí cuando vi a mi hijo lleno de sangre, ni como me siento al verlo en lo que será su residencia por la eternidad, pero lo que si puedo decir es que siento un dolor en mi pecho que nunca podrá ser sanado... —se toma un momento mientras trata de aguantar las lágrimas para seguir hablando— ...Hijo, donde sea que estés, espero que me estés escuchando y sepas que te adoro más que a mi vida, siempre vivirás en mi corazón, no es justo que te haya visto nacer y ahora tenga que verte partir... —Victoria deja de hablar porque rompe en llanto haciendo que ya las palabras no salgan de su boca, así que toma la palabra el señor Henry.

—Muchacho, verte ahí me hace recordar tantos momentos que compartimos como familia, todos tus logros que nos llenaron tanto de orgullo, siempre fuiste y serás nuestro mayor orgullo, sólo lamento que la vida no te haya querido dejar un poco de tiempo más.

Luego del discurso de despedida de los señores Phoulebú, Vita va a decir el suyo.

—Hoy no es un día cualquiera, todos hemos perdido algo en este momento, un hijo, un amigo, un colega, yo perdí a mi mejor amigo, a mi novio y con quien pensaba tener una vida a su lado, es tan triste para todos incluso para el cielo que se ha puesto gris por el dolor de todos...— Vita en ese momento comienza a llorar y con voz quebradiza continua dando el discurso— ...me duele ver como alguien que amo tanto, y que conocí desde siempre se encuentre en ese ataúd, no poder nunca más aquellos maravillosos ojos, no escuchar sus chistes, su sarcasmo, no poder verlo más sino solo en sueños... hasta siempre mi amor, no sabes cuanto me duele verte ahí y tener que despedirme para siempre de ti —termina Vita su discurso porque no da para hablar más.

Vita se regresa a su silla mientras es consolada por sus hermanos, viendo como entierran a Derek Phoulebú, al terminar queda en su tumba las muchas coronas fúnebres y ramos de flores, incluido uno enorme de parte de la familia Leuxtonsso.

En medio de todo ese dolor Vita siente nuevamente la presencia de aquel ser que la estado acosando en los últimos meses, voltea a mirar a todos lados y ve a un hombre alto, de tez blanca, cabello rubio y una particularidad, ojos que a su parecer son de color miel, ese extraño se va acercando poco a poco a Vita.

—Lamento mucho tu perdida, fue un conmovedor discurso —le dice aquel desconocido mientras la abraza.

En ese instante Vita siente muy fuerte esa presencia.

—Muchas gracias pero me temo que no tengo el gusto de conocerlo —responde ella.

—¡Oh! lo siento mucho, me presento soy Hakim Kafkis, socio comercial de la familia Phoulebú.

—Mucho gusto señor Kafkis, Vita Leuxtonsso.

—Sí ya lo sé, solo vine a darle mi pésame ahora si me disculpa debo marcharme.

Hakim se marcha pero Vita queda pensativa sobre el color de sus ojos porque no parece que tuviera lentes puestos, pero es algo sin importancia; una vez terminado el sepelio cada uno de los invitados se va a sus casas, los señores Phoulebú están devastados, porque era su único hijo.

Cosmo supo del sepelio del joven Phoulebú y también asistió pero estuvo en la lejanía y se dio cuenta de todo que paso, en especial la conversación de Hakim con Vita, no le dio una buena impresión sentir la presencia de esos dos juntos, razón por la cual regresa a Supralunar.

Dulce vida destruida. (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora