Take my hand♔

Capítulo XI

Transcurrió poco tiempo después de ese encuentro, Steve no volvió a ver a Peggy y los besos con Natasha se volvían cada vez más seguidos, más íntimos, más intensos; despertando sentimientos en ambos. El tema sobre la explicación de su reacción en ese almuerzo fue olvidado, aunque pasaban más tiempos juntos, más noches enteras hablando, jugando o durmiendo juntos. Sí, dormían juntos. De la manera más inocente, lo hacían.

Los jueves por la tarde iban a Marvel's Party Pizza, los viernes a casa de Tony y los sábados se separaban hasta el domingo por la tarde, donde iban a cualquier lugar o se quedaban en casa de Steve.

Las miradas llenas de sentimientos iban en ascenso, las manos juntas y los abrazos tiernos también. Clint les veía reír a cada momento, y le hacía feliz ver a su hermana de la misma manera. Ella se lo merecía, pero se temía que no fuese sincera con Steve, y que él se enterase y la destruyera nuevamente. Siempre estará ese pequeño terror a que su pequeña hermana vuelva a ser más que pedazos de un corazón roto.

Brock estaba muy oculto, volviéndose fuerte, construyendo su imperio de dinero de manera ilegal y a cuestas de la necesidad de otros. Seguía tramando su venganza, pero no dejaba de vigilar a «su rusa» quien era cuidadosa, discreta en cuanto a lo que tenía con el hijo del general. Sharon le había dejado, pero ¿Qué importaba una rubia cabeza hueca cuando en un futuro próximo tendría a una ágil pelirroja?

Las carreras continuaron su rumbo, cambiando de pista y lugares cada sábado, The Joker era el vencedor de todas, había ascendido de lugar en la tabla, ahora estaba en el puesto número diez, quedando por vencer a Dum-Dum Dugan, Falcon, The Führer (Albert Wesker), Hawkeye (Clint), Red Skrull (Johann Schmidt), Crossbones (Brock Rumlow), Don Blake (Thor), Iron Man (Tony) y, la primera de la lista, Black Widow (Natasha Romanoff). Todo eso lo había logrado en menos de un mes. Y le faltaba poco para llegar a ser el número uno, pero eso solo sucedería si conseguía ganarle a Black Widow, cosa que muchos creían imposible, pues, a ella nadie le ganaba.

Para Natasha, las carreras fueron más complicadas, los comentarios en la página pasaron a ser mensajes privados con las mismas amenazas, aunque solo eran refranes. Sus sentimientos hacia el rubio crecían como si del árbol de las habichuelas mágicas se tratase, al igual que las posibilidades de ser descubierta por la policía.

Aunque para Steve todo sucedía diferente, sus noches se llenaron de insomnios y su estudio de cuadros. Sus proyectos finales del trimestre, estaban culminados. Ahora solo se dedicaba a pasar sus bocetos al lienzo. Tenía casi diez cuadros completos de Natasha, y el resto tenían que ver con ella, o con sus ojos, su cabello, su sonrisa, los lugares a los iban juntos. Pero, era imposible no verlos, y asociarlos con ella, o eso pensaba él, mientras los veía, parado frente a ellos.

Eran las cuatro y cincuenta y seis de la tarde cuando el sonido de un piano lo sacó de sus pensamientos, buscó su teléfono y contestó después de ver el número desconocido para él.

- ¿Hola?

- ¿Steve? ¡Hola! Habla Peggy

Todo su cuerpo se tensó al escuchar su voz. ¿Por qué diablos se ponía así cuando escuchaba su voz? Ni él mismo lo sabía.

-Ho-Hola Peggy, ¿Co-Cómo estás? -. Se había puesto nervioso de manera inesperada, había sentido esa descarga eléctrica en su estómago y ya sabía que esa noche no cenaría.

-Espero que no te molesta que haya pedido tu número a mi prima, Sharon Carter, va a varias de tus clases -explicó un poco entusiasmada.

-No-No, para nada. Conozco a Sharon, una vez le pedí los apuntes de una clase.

-Me alivia que no te molestase. Llamaba para preguntar si podíamos vernos... -. Al parecer ella estaba nerviosa también, porque hablaba muy rápido.