"Jóvenes estudiantes de SHIELD University, yo sé que a ustedes –tanto como a mí–, nos gustan las buenas fiestas y las buenas carreras, por eso ¡LLEGÓ EL DÍA QUE TANTO ESPERBÁMOS! Llegó el famoso VEINTISIETE DE DICIEMBRE donde la esplendorosa Black Widow y el insufrible Crossbones tendrán la carrera decisiva de sus vidas. Sí, leyeron bien. DE SUS VIDAS. ¿Por qué? Permítanme recordarles: Black Widow fue retada a una carrera en la que su puesto como corredora número uno está en juego, pero no solo ella peligra, también Crossbones, el retador, al cual peligra su estancia en nuestra universidad de locos y, básicamente, en toda la ciudad de Nueva York"
Clint leyó en voz alta, mientras esperaba a que su hermana y Pepper preparasen el desayuno para siete en casa de Stark. Natasha no dejaba de preguntarse qué haría en la carrera, si dejaría ganar o no a Brock, pero debía tomar una decisión dentro de poco porque sabía que el día le pasaría volando entres revisar el Corvette y probar que cada repuesto esté perfectamente ajustado y no tendría tiempo de pensar en nada.
—Tierra llamando a Natasha —dijo Pepper, chasqueando sus dedos frente a la susodicha que reaccionó—. Natasha, ¿Aló? ¿Estás?
—Sí, estoy —. Hizo una mueca parecida a una sonrisa.
—Sirve el jugo, por favor —. Mandó amablemente.
—Claro.
Comenzó a llenar los vasos con jugo de naranja, remolacha y zanahoria, cuando escuchó un quejido de parte del hijo del propietario de la casa.
— ¡Pepper, dime que eso no es el jugo prohibido!
Pepper suspiró. —Sí, Tony. Es el "jugo prohibido".
—No quiero —. Hizo puchero cual niño de cinco años.
Algo dentro de la mujer pareció estallar porque su rostro se puso del mismo tono que su cabello. —Mira, Anthony Howard Stark, te tomas el maldito jugo o tomas agua, es tu decisión. Pero, escúchame bien, si terminas en un hospital no iré a visitarte en ningún momento y te aguantarás a tu madre y la nana militar que te pondrán.
Todo quedó en silencio, Tony, quien se había puesto del tamaño de una hormiga ante la mirada de enojo de su novia, tragó en seco y asintió con temor a que le pegase también. Sabían que Virginia Potts era una bomba de tiempo, que explotaba cuando menos se lo esperaban y su novio, Anthony Howard Stark, tenía el don de presionar los botones y cortar los cables equivocados todo el tiempo. Nadie comentó nada de lo sucedido durante el desayuno, pero la estudiante de administración se sentó lo más apartado del genio porque sabía que si él le decía algo, aunque sea para pedirle la sal, le daría un gran sermón sobre lo irresponsable que era.
Todos hablaron sobre la tan esperada carrera, excepto Natasha, que estaba sumida en su comida que consistía en omelette con trozos de tocino y un panqueque con mantequilla y miel. Ella estaba demasiado silenciosa y todos notaron que algo le pasaba, pero como siempre, nadie se atrevió a preguntar por miedo a tener una mirada asesina o una mala contesta de su parte, y como el único que faltaba era su valeroso novio, pues supusieron que se debía a eso.
El grupo, como tal, había notado el cambio en ella desde que cierto rubio apareció en su vida, tanto en su personalidad como en su comportamiento, seguía peleando con Tony y seguían matándose a cada instante –que dejaran de hacerlo era la gran novedad–, pero era más ¿amable?, seguía siendo Natasha, la chica problema a la que todos le temían por su habilidad en artes marciales, pero ya poco le importaba el mundo en el parecía manejarse bien, el mundo de las carreras callejeras. Ya no estaba en todas la carreras, ya no se encargaba de todo con tanto esmero como antes. Ya no iba a todas las fiestas que le invitaban, ya no amanecía con los chicos en cualquier pizzería o comiendo perritos calientes en cualquier lugar peligroso de Nueva York. Había pasado de "Natasha, la loca rusa" a "Natasha, la chica de Steve"
ESTÁS LEYENDO
Take my hand♔
FanfictionCuando Natasha le ha ganado por quinta vez a Tony, y se encuentran celebrando, los amigos de Brock le dicen que la policía está en camino, obligando a la rusa a ocultarse en la casa de un desconocido muy atractivo. Nota de Autor: Los personajes no...