Detuvo el auto, y sonrió para sí misma, lo había hecho. Había perdido la carrera, había decido que Steve era más importante, y estaba dispuesta a sufrir las consecuencias de sus acciones y mentiras. Una presión, que determinó como nerviosismo, se instaló en su pecho; correría el riesgo de ser sincera por única vez en su vida, de confiar sin esperar nada a cambio, de hablar sobre lo que era sin inventar nada, de ser ella misma.
—Nat, acabas de dar la mejor carrera —dijo su hermano, quien parecía estar feliz de que su hermana dejara ese mundo.
—Lo sé.
—Ahora, enfréntate a la horda de furiosos estudiantes que han perdido dinero.
—Nadie les obligó a apostar.
Salió del auto con una sonrisa en el rostro, que se desvaneció al instante en que captó ese par de ojos azules que le veían con decepción, dolor y el rechazo tomando el protagonismo. Palideció, dejó de respirar y perdió la cuenta de cuánto tiempo estuvo estancada, con los pies pegados al piso, el corazón golpeando con furia su caja torácica, la garganta cerrada y la vista clavada en el hombre vestido con pantalón deportivo gris, suéter de capucha –ese que ella se ponía a cada rato porque le parecía caloroso– que le hacía juego, sus gafas y la gorra de los Yankees de Nueva York. Sus ojos estaban clavados en ella, y su boca era una fina línea; tenía las manos en los bolsillos del pantalón.
—Steve... —exhaló su nombre en su susurro.
Parecía que su voz le había asustado, porque él había salido corriendo entre la muchedumbre de personas que estaban dentro de ese estacionamiento y ella, quien pareció reaccionar, detrás de él. Empujando y apartando de su camino a personas, sin atreverse a murmurar una disculpa. Corrió detrás de él, intentando seguirle el ritmo del paso apresurado del rubio que tenía por novio, consiguió tomarle del brazo y detenerlo.
—Mierda, Steve. Detente —dijo sin aliento.
— ¿Para qué? ¿Para seguir escuchando mentiras? —replicó, molesto y dolido—. Creo que me has visto la cara de estúpido durante mucho tiempo, Natasha. ¿O debería decirte Black Widow aquí? —. Señaló con ambos brazos el lugar—. ¿Acaso Natasha es tu verdadero nombre? —. El sarcasmo en sus palabras era una estaca en el corazón de la rusa, ¿en serio le estaba pasando eso, justo a ella? —. ¿Si dijiste la verdad? Ah no, espera, debería preguntar qué es mentira o qué es verdad.
—Steve, deja el drama.
— ¿El drama? ¿Eso es? Natasha, me mentiste. ¿O cómo le dices a esto? ¿Ocultar la verdad? ¿Proporcionar información no verificada? ¿Cómo? ¡Mierda, habla!
— ¿Qué quieres que te diga que no sepa ya? ¡Si, te mentí! Pero, no fue mi intención, ¿Acaso crees que estoy metida en esto porque quiero? No, no lo estoy. Estoy aquí por una razón.
—No, ¿sabes qué? Mejor cállate, porque no soporto ver cómo te haces la víctima, cuando eres una mentirosa manipuladora. Es lo que hacen en Rusia, ¿no?
La mano de ella no se quedó quieta y terminó estampándose en la mejilla de él. Sí, le había dado una bofetada a Steve.
—Creí que no me juzgabas, Rogers.
—Creí que no rompías promesas, Romanoff.
Dicha estas palabras, Steve salió del lugar, en busca de su auto. La adrenalina que le corría por las venas, la furia y el dolor de la traición le hacían un agujero más grande a cada segundo que todas las imágenes pasaban por su cabeza. Natasha hablando con Clint, cuando se acercó a Brock y le golpeo en la mejilla, toda la carrera estuvo al pendiente de sus movimientos, escuchando a hurtadillas los consejos de su ¿cuñado?, cuando hablaba de donde quedarse sin que fuera vista, y cuando debía salir del lugar donde estaba. Claramente sabía que había perdido la carrera con intención; pero eso no le quitaba nada de culpa. El engaño seguía, el dolor seguía ahí en el mismo sitio y doliendo mucho más.
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Take my hand♔
FanfictionCuando Natasha le ha ganado por quinta vez a Tony, y se encuentran celebrando, los amigos de Brock le dicen que la policía está en camino, obligando a la rusa a ocultarse en la casa de un desconocido muy atractivo. Nota de Autor: Los personajes no...