Take my hand♔

Capítulo XIX

Los toques en la puerta la hicieron dar un salto y que el cigarro, que estaba en su boca, cayera al piso apagándose al instante. Resopló y dijo:

—Pasa.

Se giró hacia la puerta, al momento en que Lauren entraba y arrugaba la nariz.

— Parece que has estado aquí mucho tiempo —dijo viendo la copia exacta de la Catedral de San Basilio, sobre la mesa de Ping-Pong.

— ¿En serio te parece? —respondió con sarcasmo, esbozando una sonrisa de satisfacción.

Ambas sonrieron. Natasha pasó las manos en su jeans y respiró profundo, la ansiedad la estaba consumiendo. Debía dejar de fumar, o quedaría en la ruina. Recogió la colilla del paso y la tiró al bote de la basura.

—Clint pregunta si comerás.

Lauren quiso preguntarle el porqué de su hibernación extrema, pero se retractó. Su cuñada no lucía nada bien, había cajas de cigarros vacías y tres tazas de café en el escritorio del estudio; llevaba casi tres días encerrada haciendo la maqueta que debía entregar el siete de enero –primer día de clases–, aunque eso no era excusa para estarlo. Esperó la respuesta de la pelirroja, que admiraba su trabaja y perfeccionaba algunas cosas.

—Dile que sí, que voy en un momento.

Minutos después, estaban los tres cenando en silencio. La comunicación entre los hermanos había sido escasa esos días, porque la Romanoff no quería hablar de lo sucedido con Steve y Barton no dejaba de preguntar por ello. Solo lograban discutir sobre que ella no tenía nada y que esa no era la solución, opiniones de ambos, respectivamente.

— ¿Cómo va tu trabajo? —preguntó Clint demasiado serio.

—Bien. Faltan algunos detalles y quedará bien —respondió devorando el trozo de carne.

— ¿Quedará bien? ¡Por Dios, Nat, eso está increíble! —comentó Lauren intentando animarlos.

—No me gusta alardear, Lau —. Le dio un guiño a la castaña y siguió comiendo.

—Mañana es Año Nuevo, ¿Qué harán? —preguntó la novia de Clint después de unos silenciosos minutos.

—No lo sé. Creo que saldré con Pepper y Tony a alguna fiesta —comentó la pelirroja distraída.

— ¿Desde cuando eres tan amiga de Tony? —inquirió Clint, muy interesado en el comentario de su hermana.

—Desde que me invitó a una fiesta en el Empire State.

— ¿Tony te invitó? ¡Eso no me lo creo!

—Créelo. Dijo que me "necesitaba allí" y estoy segura que Pepper le obligó a invitarme.

—Eso si me lo creo.

—Clint —dijo su novia reclamando su atención.

— ¿Si, bebé?

— ¿Te gustaría ir a mi casa en Año Nuevo? —preguntó un poco insegura.

— ¡Claro! —dijo el hombre, de repente, muy animado.

—Estará... mi primo

La alegría se desvaneció del rostro de Barton.

— ¿Por qué esa cara, Katniss? —le molestó la pelirroja del grupo.

— ¿Tu primo? —preguntó haciendo el desentendido.

—Sip.

— ¿Jackson es que se llama?