Capítulo 7

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me adjudico la historia, prohibida su publicación en otros sitios sin mi consentimiento.

Isabella rápidamente se limpio las lágrimas que recorrían sus mejillas. Charlie la miro extrañado.

— ¿Esperamos a alguien?—pregunto Charlie, mientras seguían escuchando el insistente golpe en la puerta

—Es Edward, podrías abrirle papá, mientras yo aguardo esto— Isabella tomo los folletos y los guardo en un pequeño cajón en la alacena, no quería que volviera a suscitarse la escena de hace algunas semanas cuando Edward vio el folleto que en su momento pensó que no iba a cambiar nada en su vida.

Quería a Edward, y mucho y sabia que esta noticia tendría un impacto en su relación que estaba de nuevo volviendo a tomar forma. Tenía que tener mucho tacto al decírselo y no debía de retrasarlo más.

—Pero cariño, pensé que tu y Edward...ya sabes, habían terminando.

—No papá, lo volvimos a intentar—dijo mientras se limpiaba la nariz— ¡Dios debo de verme horrorosa!—rio—papá podrías abrir.

Bella se dirigió al baño de la planta baja, a calmarse y arreglarse un poco mientras su novio entraba. Hoy era su día y nadie ni nada podría arruinarlo, por fin en pocas semanas su sueño de viajar a Inglaterra se haría realidad. Todos esos años estudiando hasta altas horas de la noche, toda esa fiesta a las cuales no asistió, valieron la pena, se sentía orgullosa, este merito era solo suyo. Rio de nuevo al verse en el espejo, pero lo que más le sorprendió fue su brillo en los ojos y la sonrisa que no podía quitar aunque hiciera muecas frente al espejo se retoco.

La noticia se la daría cuando estuvieran cenando, esperaba que Edward se pusiera contento por ella.

En la sala había una escena completamente diferente a la de Bella.

—Edward—dijo Charlie al abrirle la puerta.

—Jefe Swan—saludo cortésmente, quedándose aun fuera de la casa—Buenas noches.

Charlie suspiro, a el no le gustaba Cullen, principalmente por ser el que le arrebataría a su pequeña, si aunque él no lo aceptara sabia que esos dos jóvenes estaban destinados a estar juntos. También le daba un poco de terror como padre celoso la forma en la que el joven Cullen miraba a su hija, sabía que estaba obsesionado con su hija, pero de la forma en la que se ama con locura, esperaba que este viaje y la distancia hiciera que pudieran no ser tan dependientes el uno del otro. Aunque no le gustara admitir Edwin era el mejor hombre para cuidar, proteger y amar a su pequeña.

—Pasa muchacho— Charlie lo invito a pasar, aunque no le cayera bien, era el novio de su hija.

Recordar a su hija y su cara de emoción cuando leyó la carta hizo que su corazón brincara de alegría. Aunque le doliera alejarse de ella, sabía que tenía que dejarla volar y cumplir sus sueños.

— ¿Cómo están tus padres chico?—pregunto viendo como Edward movía el pie nervioso.

—Están muy bien jefe Swan.

—Llámame Charlie.

Antes de que Edward pudiera agradecer por esa muestra de confianza apareció Bella, que había escuchado con atención el intercambio de palabras entre los dos hombres que amaba.

—Bella—Edward se paró de su asiento al igual que Charlie.

No respondió nada solo se acerco a él y lo tomo de la mano viéndolo directamente a los ojos.

Amor y CelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora