Capítulo 18

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me adjudico la historia, prohibida su publicación en otros sitios sin mi consentimiento.


—Mis padres me preguntaron cuando vas a ir a verlos —Edward siguió cambiando los canales de la televisión. Aparte mi mirada del libro que estaba leyendo. Me encontraba acostada en el sillón con mis piernas sobre el regazo de Edward. Estábamos en su departamento.

—Cuando quieras, sabes que me encanta visitar a Esme y Carlisle —le dije.

— ¿Qué te parece mañana?—Apago la televisión y me volteo a ver. Asentí y seguí con la lectura —Tendrías que quedarte a dormir en casa, ya sabes que a mi madre le pone nerviosa que conduzca de noche por la carretera.

Los padres de Edward no vivían en la ciudad, su casa seguía en el pequeño pueblo de Forks de donde ambos éramos originarios.

—Le tengo que preguntar a Charlie, ya sabes cómo se pone con esas cosas — dije de forma divertida. Edward frunció el ceño y lo mire sin entender.

—Ya eres una adulta, no tienes por qué pedirle permiso a tu padre para dormir con tu novio —quito mis piernas de mi regazo y se levanto con dirección a la cocina.

Me quede con la boca abierta por su reacción ¿Qué diablos le pasaba? La furia empezó a hervir dentro de mí, sin darme cuenta me encontraba caminando con pasos fuertes hacia la cocina. Lo encontré ahí abriendo una cerveza y dándole un trago.

— ¿Qué diablos te pasa para qué me hables así?

—Si no quieres ir a casa de mis padres y dormir conmigo solo dímelo —le dio otro trago a su cerveza.

— ¡y quien está diciendo que no voy a ir! Te lo acabo de decir —siguió ignorándome viendo el vacio dándole otro trago a su cerveza — Si me vas a ignorar no me voy a quedar como una estúpida aquí.

Di la vuelta hacia la sala para ponerme mis zapatos y mi abrigo.

—No-no te vayas—salió de la cocina.

—Sé que soy una adulta, pero vivo con mi padre y por lo cual le debo respeto, si viviera sola como tú, sería otra cosa.

—Perdón.

—Y si a un sigue en pie ir con tus padres, no va a ver intimidad entre nosotros, también les debemos respeto —Lo mire directo, Edward bufó —Así es como me criaron Edward —Termine de ponerme mi abrigo, cómo no dijo nada camine con dirección a la puerta.

—No te vayas — sentí sus brazos alrededor de mi cuerpo, su cabeza enterrada en mi hombro —Perdón, no sé qué fue lo que me paso. Te amo, no quiero que te vayas enojada. Tienes razón.

Quede en silencio sin decirle nada, con sus manos me volteo suavemente para quedar cara a cara. Tomo mi cara entre sus manos y se acerco a mí hasta que nuestras narices se tocaron.

—No quiero que te vayas —susurro contra mis labios.

—No me voy a ir.

—Me refiero....a que no quiero que regreses a Inglaterra —Me miro a los ojos —Los meses que te fuiste fueron insoportables para mi... no podía hacer nada pues todo me recordaba a ti, deseaba con tanto ahincó tomar el primer vuelo e ir por ti para regresarte.

—No tenias que hacer eso... sabes que siempre volveré a ti —Deseaba que nuestros labios se tocaran. Mi vista pasaba de sus ojos a sus labios.

—Lo sé, pero me moría al imaginar que alguien más se acercaba a ti y que me olvidaras.

Amor y CelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora