Capítulo 2

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La voz de Edward me asusto, ¿quién era esta persona? ¿Y dónde estaba mi Edward?

- ¿Edward?

- ¡Quién más crees!, ¿esperas la llamada de alguien?

-Claro que se que eres tú, pero te he desconocido por completo Edward - conteste ya enojada-me entristece y enfurece al mismo tiempo que me hables de esa manera sin darte un motivo.

-Mira Bella- por su tono de voz supe que estaba tratando de controlarse y cómo no, estaba presionando su tabique tratando de calmarse- sé que me propase, pero ¿por qué no contestaste el mensaje? -dijo un poco más calmado.

-Se me olvido, pensaba contestarte un poco más tarde después de comprar un café.

- ¿No ibas a ir con Ángela?- preguntó, pero pude notar un tono enojado esta vez.

-Si -respondí calmada.

-Entonces por qué...

-Mira Edward, eres mi novio y todo, pero no te debo decir cada detalle de lo que hago, además me encontré a Ángela mientras hacía fila.

La línea quedo en silencio por algunos segundos que me parecieron interminables. Ángela me hizo señas con las manos indicándome de que ya era nuestro turno para nuestros pedidos.

- ¿Edward, sigues ahí?

-Perdón amor, no debí hablarte de esa manera, es que me preocupe cuando no contestaste el mensaje, pensé que te había pasado algo durante...

-Edward, para. Tengo que dejarte...

- ¡Qué! Isabella estás loca no me dejes y menos por teléfono, yo te amo mucho, amor no me puedes hacer esto... -empezó a hablar puras incoherencias.

-Cariño, cálmate ¿de qué hablas?

-Me vas a dejar.

- ¿Qué? ¡Dios no! No me has dejado terminar, tengo que dejarte porque es mi turno de pedir el café y me tengo que ir a mi clase. -no pude aguantar soltar una risita al final, Edward llegaba a ser un poco paranoico, en algunas situaciones.

-Está bien, te dejo amor-su voz se pudo notar más tranquila.

-Y Edward, necesitamos arreglar este asunto, nos vemos a la salida. -dije antes de colgar.

Después de pedir nuestros cafés Ángela y yo caminamos hacia nuestra clase, el día estaba siendo muy frio, tanto que mi nariz estaba roja, así que el café me era de gran ayuda en este momento.

- ¿Las cosas están bien con Edward?- Ángela preguntó, dejando de lado mis pensamientos sobre el calor del café.

-Sí, claro, ¿Por qué lo dices?-dije tomando un sorbo de mi café y disfrutando del liquido caliente que se deslizaba por mi garganta.

-Pues parecía que estaban peleando y sus gritos se escuchaban a través del teléfono.

-Oh... eso, no era nada, solo una pelea común de parejas que se solucionan rápidas.

La risa de Ángela se escucho por todo el lugar, mi cara de no saber qué pasaba, hizo que parara abruptamente de reír.

-Bella, ¿es enserio? No escuchaste lo que dijiste- detuvo sus pasos y me tomo por los hombros, negué con la cabeza- Ya sabes- empezó a hacer movimientos raros con sus manos -tu y él, no tengo que decírtelo con palabras para que entiendas.

Una luz se prendió en mi cabeza e hizo que las risas de Ángela y sus señas raras tuvieran sentido.

-Oh...-mis mejillas se tiñeron de rojo y el frio desapareció de mi cuerpo, las risas de Ángela volvieron a explotar, llamando la atención de las personas que estaban cerca.

Amor y CelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora