Edward PoV

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me adjudico la historia, prohibida su publicación en otros sitios sin mi consentimiento.


Necesitaba a Bella, era y es como una droga para mí, siento la necesidad de cuidarla y protegerla de todo y todos.

Sé que no soy un ser perfecto aunque ella lo diga, y tengo miedo de que Bella encuentre a alguien mejor y tan perfecta como ella y me cambie. Si eso sucediera, no sé qué pasaría conmigo. Sin mi Bella, mi vida no tiene luz.

Levantarme todas las mañanas y pensar en ella, que en cuanto nos veamos me va a recibir con su blanca sonrisa y sus pozos de chocolate brillando, me hace poder levantarme y seguir con mi vida.

Puede sonar extremista, pero es la realidad, mi realidad.

A Bella la conocí por casualidad, y doy gracias al destino por encontrar a un ángel bondadoso y hermoso por dentro y fuera.

Bella siempre ha sido un poco torpe, pero ese "defecto" la hace totalmente irresistible y adorable al igual que su sonrojo que siempre me cautiva.

Flashback

Me encontraba con mi padre Carlisle en el hospital de Forks, un pequeño pueblo escondido en el estado de Washington, me encontraba en mi primer año de la carrera de medicina, eran vacaciones, las cuales pase con mi familia en este pueblo.

Durante mi tiempo libre, me gustaba hacer un poco de voluntariado, así que ayudaba a mi padre en algunas leves emergencias en las que podía ayudarlo, si se me requería.

Las enfermeras del lugar ya me conocían y me saludaban a su paso. Nos dirigíamos hacia emergencias, a mi padre le habían informado que había una persona en el área de emergencias la cual se había fracturado el pie, pero como los otros médicos estaban ocupados, mandaron llamar a mi padre.

Antes de entrar al cubículo donde se encontraba la paciente, una enfermera le entrego a mi padre un tablón con el informe de la paciente.

-Bella ¿Cómo estás?-dijo al entrar al cubículo, me extraño que la llamara con tanta naturalidad como si fueran conocidos desde hace tiempo-parece ser que nos extrañas, pues es tu...

-es mi segunda visita en la semana.

-y apenas es miércoles, todo un record señorita Swan.

No podía ver a la chica pues mi padre me tapaba con su espalda, hasta que mi padre se movió para presentarnos y sentí que el mundo se detuvo, quede sumergido en esos pozos chocolates, me pregunte si su piel era tan suave como se miraba. Era un ángel y estaba en frente de mí.

-Bella, el es mi hijo Edward, estará dos semanas con nosotros, el me ayudara a atenderte-me presentó, extendí mi mano y no solo para saludarla sino para tocar su piel.

-Ho-la Edward, mucho gusto soy Bella-dijo un tanto nerviosa, sus mejillas se sonrojaron y una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo.

-Muy bien Bella, ya sabes el procedimiento, siéntate que en un momento te pondremos un yeso a tu pie.

Después de esas palabras Carlisle y yo nos encargamos de enyesar el pie de Bella, había ocasiones que nos mandábamos miradas furtivas, ella se sonrojaba y yo sonreía como un tonto. Pero nunca hablamos.

Después de esa ocasión, Bella siguió apareciendo en el hospital varias veces, me preocupe mucho, pero al parecer era muy normal en ella.

Amor y CelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora