Capítulo 22

589 40 0
                                        

Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me adjudico la historia, prohibida su publicación en otros sitios sin mi consentimiento.

10 de enero de 2012

Para: Isabella Swan

De: Edward Cullen

8:59 a.m

Amor, perdóname por favor. No sé lo que paso. Sin ti no puedo vivir, hare lo que sea para reconquistarte. Sin ti me muero Isabella. Me muero. Tuyo Edward.

________________________________________________________________________________

10 de enero de 2012

Para: Isabella Swan

De: Edward Cullen

22:43 p.m

¿Enserio? No vas a concederme el "honor" de contestar mi mensaje anterior ¿Acaso ya te olvidaste de mi y te estás revolcando con alguien más? Juro que si regresas a mi olvidare todo y podremos comenzar de nuevo Isabella. Por qué eres mía y siempre lo serás.

11 de enero de 2012

13:05 p.m

Para: Isabella Swan

De: Edward Cullen

¿Cómo estuvo tu noche? ¿A Cuántos te follaste? Siempre supe que esto terminaría así. Tú y tu estúpido viaje a Inglaterra. ¿Todo fue planeado para dejarme como el estúpido novio, verdad? Me das asco. No sé cómo pude estar contigo.

________________________________________________________________________________

12 de enero de 2012

18:32 p.m

Para: Edward Cullen

De: Isabella Swan.

Edward, déjame en paz. Esta será la última vez que contesto tus mensajes. Deja de llamarme y enviarme mensajes de textos.

________________________________________________________________________________

13 de enero de 2012

Para: Isabella Swan

De: Edward Cullen.

Mi amor, perdóname cielo. Yo te amo, olvidemos todo, regresa conmigo, regresa de nuevo a tu hogar y comencemos todo de nuevo. Fui un tonto dije cosas sin sentirlas realmente. Te amo, no puedo vivir sin ti, siento que cada día que pasa estoy muriendo poco a poco. Te amo Bella, siempre serás mía y yo siempre seré tuyo. Eres mía.

...

El sonido de las gotas de lluvia chocando sobre mi paraguas me acompañaba en mi camino hacia el departamento. Las personas pasaban rápidamente por mi lado tratando de protegerse de las heladas lluvias de enero que azotaban la ciudad por lo menos cuatro veces a la semana. Pareciera que el clima se había puesto de acuerdo con mi humor.

Seguí caminado acompañada también del sonido de mis botas al pasar por los charcos que se estaba formando por la lluvia de la ciudad. Liverpool me recordaba tanto a mi pueblo natal, Forks; no tanto en la arquitectura sino que era un pueblito en el que prácticamente llovía todos los días.

Amor y CelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora